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Full text of "El Parnaso Oriental. v1"

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EL PARNASO ORIENTAL 
o 

GUIRNALDA POETICA 
DE LA 
REPUBLICA URUGUAYA 




Ministerio de Educación y Cuiiuk\ 

BIBLIOTECA ARTIGAS 

Art 14 de la Ley de 10 de agosto de 1<>50 

COMISION EDITORA 
Dr. Daniel Darrac& 

Ministro de Educación y Cultura 

Juan E. Pivel Devoto 

Director deJ Museo Histórico Nacional 

Arturo Sergio Visca 
Director de la Biblioteca Nacional 

Abelardo García Viera 

Director del Archivo General de la Nación 



Colección de Clásicos Uruguayos 

Vol. 159 

LUCIANO LIRA 

EL PARNASO ORIENTAL O GUIRNALDA POETICA 
DE LA REPUBLICA URUGUAYA 

Cuidado de la edición a cargo del Departamento de Investiga- 
ciones del Museo Histórico Nacional, Profesora Elisa Silva 
Cazet y Sra María del Rosario Sánchez de Echave. 



LUCIANO LIRA 



EL PARNASO ORIENTAL 

o 

GUIRNALDA POETICA 
DE LA 
REPUBLICA URUGUAYA 



Prólogo de 
JUAN E. PIVEL DEVOTO 



TOMO I 
REIMPRESION FAC SIMILAR 



MONTEVIDEO 
1981 



SALA L'i 



PROLOGO 



EL PARNASO ORIENTAL 
I 

El 16 de julio de 1822. a pocos días de conmemo- 
rarse el sexto aniversario de la Declaración de la In- 
dependencia de las Provincias Unjdas del Río de la 
Plata, el gobierno de la Provincia de Buenos Aires 
facultó al Ministro Bernardino Rivadavia para encar- 
gar la compilación de las producciones poéticas com- 
puestas en el territorio nacional desde el 25 de mayo 
de 1810 hasta la fecha de la Resolución. La tarea fue 
confiada a la Sociedad Literaria. Vicente López y 
Planes, Esteban de Luca y Cosme Argerich que la 
integraban, aplicados a realizar la obra, no le habían 
dado término cuando la Sociedad se disolvió. 

En 1824 comenzó a circular en el Río de la Plata 
un volumen titulado La Lira Argentina ó colección de 
las piezas poéticas, dadas a luz en Buenos Aires du- 
rante la Guerra de su Independencia, con pie de im- 
prenta "Buenos Ayres-1324T\ aun cuando el volumen 
de 515 páginas y la partitura compuesta por Blas Pa- 
re ra para la Canción de Vicente López y Planes, hu- 
biera sido impreso en Francia, precedido de una pre- 
sentación de "El Editor' 7 , fechada en Buenos Aires el 
25 de mayo de 1823. 

Puntualiza el anónimo edito i que el título de la obra 
es lo único que le pertenece; que las piezas poéticas 
guardaban en su colocación un orden cronológico 
'"más o menos seguido'", a pesar de que la compilación 
se iniciaba con la ''Marcha Patriótica" de López y 



VII 



PROLOGO 



Planes, datada el 14 de mayo de 1813, por ser dema- 
siado poderosas las razones que existían para acor- 
darle a esta obra "una excepción semejante". De igual 
modo explica las razones por las que el poema heroico 
"El Triunfo Argentino"', escrito en 1807 en memo- 
ria de la victoria de los defensores de Buenos Aires 
contra el invasor británico, era incluido en una anto- 
logía del período comprendido entre 1810 y 1822. Los 
testimonios más serios permiten aseverar que el com- 
pilador de "La Lira Argentina" fue Ramón Díaz, cuya 
muerte se produjo en Buenos Aires el 6 de diciembre 
de 1824, después de haber sido integrante de la legis- 
latura provincial, procurador general y defensor de po- 
bres y menores. El Dr. Francisco de Paula Almeyra 
fue encargado de la impresión de la obra, cuyo despa- 
cho con destino a Buenos Aires le creó una enojosa 
situación con las autoridades aduaneras y policiales. 
Estas dispusieron que la edición fuese confiscada en 
virtud de las escandalosas ideas que la obra divulgaba 
contra la autoridad de los monarcas y los principios 
de la religión Almeyia fue obligado a abandonar 
Francia en plazo perentorio. "La Lira Argentina" es 
un esfuerzo no desdeñable; dista mucho de ser una 
obra perfecta; el compilador dejó de lado composicio- 
nes valiosas, omitió en la mayoría de los casos con- 
signar el nombre de los autores : el volumen carece de 
índice. 

En 1825 o 1826 fue impresa en Buenos Aires una 
"Colección de Poesías Patrióticas" formada por 353 
páginas, atribuida a Juan Cruz y Florencio Várela. Se 
desconoce su portada. Carece también de índice. Su 
circulación fue muy limitada. Hemos tenido a la vista 
páginas provenientes de distintos pliegos. Al parecer 
e&ta obra no aventaja mucho a la publicada en 1824, 



VIII 



PROLOGO 



La empresa no era simple. Reunir lo publicado en la 
prensa periódica y en hojas sueltas sobre los aconte- 
cimientos civiles y militares de la revolución ocurridos 
desde 1810, no ofrecía dficultades. Estas surgían cuan- 
do el compilador debía seleccionar con sentido docu- 
mental para no omitir el recuerdo de un hecho histó- 
rico, contemplar a la vez el mérito literario y eludir 
lo que pudiera avivar el espíritu de partido suscitado 
por las luchas internas. 

Los antecedentes de "La Lira Argentina" de 1824 
y de la "Colección de Canciones Patrióticas" de 1825 ; 
los folletos con composiciones poéticas editados en 
Montevideo entre 1829 y 1833; el frustrado intento de 
la Imprenta de la Caridad para editar en 1832 la co- 
media en tres actos "Los Treinta y Tres" del Dr« Car- 
los G. Villademoros y la vinculación de éste y otros 
escritores con Luciano Lira a partir de 1833, crearon 
las circunstancias propicias para generar el propósito 
concretado en la publicación de "El Parnaso Oriental". 
El Dr. Gustavo Gallinal fue quien aportó la primera 
información sobre la vida de Luciano Lira. "Era na- 
tural de Buenos Aires, hijo de Francisco Lira y María 
del Rosario Reyes, según consta en la partida de su 
casamiento que contrajo en Montevideo el 12 de enero 
de 1833 con Saturnina Navarro. En el Registro Ofi- 
cial de la República Argentina consta que en 26 de 
marzo de 1823 fue nombrado subteniente del Batallón 
1? de Cazadores y en 29 de diciembre de 1827, te- 
niente primero, ascendiendo a capitán graduado en 
diciembre de 1828. Perteneció a la falange de los emi- 
grados y se consagró durante su destierro en Monte- 
video, a la enseñanza. En setiembre de 1832 fue nom- 
brado auxiliar de la Escuela Normal, siendo poco 
después designado para llenar la vacante dejada por 



IX 



PROLOGO 



don Juan Manuel de la Sota de preceptor en el pueblo 
de las Vacas, cargo éste que no desempeñó u ocupó 
por brevísimo tiempo, porque algunos días más tarde 
quedó como ayudante de de la Sota en la Escuela Nor- 
mal. Junto a de la Sota, meritorio ciudadano y educa- 
cionista, autor de algunos modestos y útiles trabajos 
sobre la historia y la geografía nacionales, estuvo Lu- 
ciano Lira basta agosto de 1833, en que renunció su 
cargo de Preceptor segundo para fundar fc£ Ei Ateneo", 
establecimiento de primeras letras, para niños y niñas, 
puesto bajo la inspección y patronato de Comisiones 
formadas por damas y caballeros orientales y argen- 
tinos'\ 

El 20 de agosto de 1833 El Universal inició la pu- 
blicación de un aviso sobre el " v Ateneo de niños y ni- 
ñas", que llamaba la atención a los padres de familia 
ki y muy particularmente a la clase pobre del Estado'', 
en el que Luciano Lira informaba de la apertura en 
la calle San Ramón número 38 de un establecimiento 
de instrucción primaria para ambos sexos, '"con com- 
pleta separación de uno y otro", en el que se impartía 
la enseñanza de las siguientes asignaturas: Lectura, Es- 
critura, Aritmética, Gramática, por un patacón men- 
sual. Costura y marca a un mismo tiempo, por un peso 
mensual: bordado por dos pesos. Música y piano, tres 
pesos. El establecimiento recibía alumnos pupilos y 
medios pupilos por 15 y 10 pesos respectivamente. 
Una Comisión formada por los Dres. Carlos G. Villa- 
demoros, Pedro Somellera, Bonifacio Gallardo, Julián 
Alvarez y Florencio Várela fiscalizaría el funciona- 
miento del Ateneo en lo que atañe a la observancia de 
loa métodos de enseñanza en él aplicados, y el orden 
interno: presidiría, además, los exámenes públicos se- 
mestrales. "El que firma (Luciano Lira) siente, que el 



X 



PROLOGO 



local no llena todas sus ideas respecto de la casa de 
educación que ha abierto pero no duda de la protec- 
ción de los amigos de ¡a ilustración para extenderlo 
como quisiera: entonces una sociedad respetable de 
Señoras velará poi el adelanto de las niñas encargán- 
dose por ahora de esto las Sras. Doña Jacinta Palo- 
meque de Villademoios. — abnegada mujer, madre del 
Dr. Villademoros — y D a Francisca Romero*'. 

El 10 de setiembre el Di. Villademoros comenzó a 
dictar en el Ateneo lecciones dianas de francés de 6 a 
8 de la tarde. Con maduro criterio aplicóle Luciano 
Lira a la obra de extraer de la prensa periódica, fo- 
lletos y hojas sueltas, las producciones poéticas para 
editarlas en una obra orgánica. En 1833 el movimiento 
revolucionario iniciado en 1825 era el que permanecía 
vivo en la memoria de los orientales; el período ar- 
tiguista clausurado en 1820 con el dominio extranjero 
estaba, por muchos relegado al olvido; otros adopta- 
ban acerca de él un cauteloso silencio, interrumpido 
esporádicamente por algún "Remitido* 9 que la prensa 
acogía en sus columnas, dirigido a recordar al cau- 
dillo en su cautiverio. 

El compilador con prudente noción de las distin- 
tas opiniones que existían sobre el pasado dio cierta 
unidad al proceso de la independencia y conscien- 
te de la trascendencia histórica de las invasiones 
inglesas de 1806 y 1807 buscó las odas de José 
Prego de Oliver para iniciar con ellas el período 
cronológico de la compilación. Acudió al concurso de 
todos los contemporáneos a quienes un acontecimiento 
relevante había inspirado una composición poética 
cualquiera fuese su género. El 14 de noviembre de 
1834 finalizó los trabajos consagrados a la composi- 
ción del primer tomo de "El Parnaso Oriental o Guir- 



XI 



PROLOGO 



nalda Poética de la República Uruguaya". Realizó su 
impresión en Buenos Aires, en la Imprenta de la Li- 
bertad, calle de Cangallo, númeio 58. En la portada 
del primer tomo corresponde señalar una variante 
constituida por el pie de imprenta debajo de la viñeta 
con referencia a la ciudad de Buenos Aires y al esta- 
blecimiento gráfico ya citado, que apareció en algunos 
ejemplares, y la de aquellos en que ambas menciones 
no aparecen 5 siendo sustituidas por una línea y la fe- 
cha común- 1835. El 9 de marzo de este año, Lira 
dirigió un oficio al Ministerio de Gobierno solicitando 
le fuera entregado un baúl y un cajón que existían en 
los almacenes de la Aduana "con doscientos libros 
de una obra intitulada Parnaso Orientar'. Se pro- 
veyó de acuerdo con lo solicitado. El 19 de marzo "El 
Universal" y 6<> E1 Estandarte Nacional" insertaron en 
su página de avisos el siguiente anuncio: "Parnaso 
Oriental o Guirnalda Poética de la República Urugua- 
ya". Un tomo en 4 o de 38 pliegos. El deseo de mostrar a 
la distancia las bellas producciones poéticas de los que 
se han dedicado a cortejar las musas con suceso en esta 
joven República nos ha animado a presentar a nuestros 
lectores la obrita que anunciamos; ella se encuentra 
adornada de sesenta piezas poéticas colocadas de modo 
que por su orden, presenta una historia de los sucesos 
más notables que han tenido lugar en este Estado* He- 
mos tenido en vista al formar esta colección el reunir 
lo más selecto, y todo lo que tuviese relación con las 
grandes épocas de la patria huyendo con escrupuloso 
cuidado de insertar en ella, nada que fuese personal. 
Se hallará en venta en la Librería de D. Jaime Her- 
nández, Calle de San Gabriel y en lo del Sr. Salan- 
drouse Calle de San Pedro. El Editor". 

XII 



PROLOGO 



II 

La aparición del primer tomo de "El Painaso Orien- 
tal", seguida de "Un Paso en el Pindó 1 ' de Manuel 
Araúcho reavivaron en el e?píritu público el recuerdo 
de un pasado glorioso \ Ambas obras fueron aco- 
gidas con simpatía por los contemporáneos de los 
hechos ocurridos entre 1806 y 1825 y la generación 
que siguió a la de los libertadores, ávida por conocer 
el proceso histórico en el que se había gestado la na- 
ción independiente y sobeiana. Para satisfacer esa as- 
piración fue dado a conocer el 18 de julio de 1835 
un opúsculo de setenta páginas impreso en octavo por 
la Imprenta de la Caridad* cuya edición se hizo cargo 
el librero Jaime Hernández. "Templo de la Libertad. 



1 "UN PASO EN EL PINDO COLECCION DE POE- 
SI AS DEL SR. D. MANUEL DE ARAUCHO Un tomo de 25 
pliegos Primera nbia de este genero que be publica en este 
Estado Oriental del Uruguay por uno de su& hijos Se hallará 
en la librería del Sr. D, Jaime Hernández y en la imprenta 
de los Amigos, donde se ha impreco Su precio es el de 14 
reales por un ejemplai. No se halla en el Parnaso Oriental 
publicado en Buenos Ayres, composición alguna de las que 
integran e«4a obra Ella contiene varias especies de metros y 
asuntos. Su autor parece que ha enrayado en ella la magestad 
de Caliope y los encantos de Erato, sin dejai de ser inspirado 
alguna \ez por Clio y Euterpe El orden en que se hallan colo- 
cadas la* composiciones que contiene, es absolutamente exactu 
V si en ella no se encontrasen algunas que puedan llamarse 
gefes de obra, al menos se verán en las producciones de su 
autor los sentimientos que lo animan en. favor de la Patria 
que le vió nacer. Repetimos que es la primera obra de este 
género que en el País se pública, y creemos que esta recomen- 
dación será bastante para que el público la reciba con estima- 
ción. Los Editores. ("El Universar. "Diario Comercial, Político 
y Uterino". Monte vi dep, sábado 20 de junio de 1835 }, 

jan 



PROLOGO 



El Sol de Julio. Constitución. Libertad. Montevideo. 
1335*\ titulase la obra cuya carátula litografiada por 
Gielis sobre cartulina luce el grabado de un templo 
simbólico: dos columnas asentadas sobre cuatro esca- 
lones coronadas por un plinto con la imagen del Sol. 
Al pie en el centro del pórtico, un libro abierto en 
cuya página inicial se lee: Libro del Destino, 

Precede la obra una Dedicatoria al bello sexo orien- 
tal, composición poética de Acuña de Figueroa quien 
declara que ella contiene el cuadro de las acciones pre- 
claras de la historia patria. 

Del heroico PueMo 

las grandes hazañas, 

sus días de gloria 

sus horas infaustas : 

Todo consignado 

en épocas \ drías 

en este volumen 

escrito se baila- 
La Inti oducción explica el carácter y finalidad del 
opúsculo: "'El Sol de Julio remontado al inmenso 
centro de la bóveda del cielo, alumbra hoy el espacio 
de la República Oriental del Uruguay, y derramando 
sus brillantes luces sobre sus hijos muestra a la faz 
del Universo un pueblo libre y dichoso. Hov es el 
quinto aniversario del juramento augusto de Nuestra 
Carta Constitucional; de aquel día memorable del año 
30* que jamás será celebrado bastantemente, ni des- 
cripto con demasiada elocuencia en las páginas de 
nuestra historia; y a su recuerdo tan feliz como pa- 
triótico y dulce, consagramos este opúsculo que deberá 
aparecer anualmente en cada día de su celebración. 
El será un obsequio que siempre tendremos el placer 



XIV 



PROLOGO 



de tributar a nuestros conciudadanos en el día más 
grande de la Nación; y contendrá desde el año veni- 
dero la historia de todos ]os sucesos ocurridos desde 
esta época hasta aquella. Será también amenizado con 
producciones poéticas: con todo cuanto sea útil o 
agradable y que le pertenezca exclusivamente. Los 
Editores procurarán hacer una reunión apreciable de 
lo más selecto para integrar este tributo literario, de 
modo que sea una memoria constante de los bienes 
que obtenga la Nación bajo la influencia de las leyes; 
e ilustre al mismo tiempo la generalidad ^obre lo que 
es más importante, demostrando a la \ista de sus 
compatriotas el cuadro de la causa pública m atizado 
con la meditación de su gloria. Dilatarán sus observa- 
ciones sobre todos los departamentos que empiezan a 
aumentar su riqueza y población consideiablemente, 
y presentarán una noticia exacta todo lo po-ible de sus 
adelantos. De este modo celebrarán por su parte al 
Sol de Julio cada vez que alumbre en nuestras comar- 
cas; y esperan que sus tareas serán protegidas por 
todos los orientales, a quienes las ofrecen del modo 
más afectuoso y con la efusión más dulce de sus ina- 
cabables votos* 5 . 

El "Himno al Sol de Julio de 1835" que sigue a la 
Introducción evoca la hazaña de los guerreros que con 
el pueblo oriental fundaion un Estado Libre, Indepen- 
diente y Constituido. El Himno finaliza con este voto: 
";0h Sol! Jamás concluya tu brillante y esplendorosa 
carrera! Lleva en tu radiante marcha las preces de la 
Nación que te dirige bus votos! Salud o Sol de Julio 
de 1835 T\ ¿Qué razones existían paia que al 18 de 
Julio de 1835 se le atribuyera un significado trascen- 
dental? En esa fecha finalizaba el plazo establecido 
en el artículo 10 de la Convención Preliminar de Paz 



XV 



PROLOGO 



por el que las partes contratantes prestarían al go- 
bierno legal de la República el auxilio necesario para 
preservar la estabilidad del poder legal, a cuyo venci- 
miento quedaría considerada "en estado de perfecta 
y absoluta independencia". 

Los actos institucionales promovidos por la revolu- 
ción de 1825 hasta la paz de 1828 habían sido difun- 
didos ampliamente en el territorio uruguayo en el que 
ejerció sus potestades el Gobierno Patrio. Colonia y 
Montevideo permanecieron ocupadas por las autorida- 
des brasileñas hasta el mes de mayo de 1829, fecha en 
que el gobierno patrio entró en ellas. Todo el país 
estuvo representado en la Asamblea Constituyente y 
Legislativa que sancionó la Constitución de 1830. Du- 
rante la guerra contra el Brasil la prensa de Buenos 
Aires y la que fue editada en Canelones y Durazno 
divulgó la gestión del gobierno patrio. Para que la 
unidad política instituida por el Constituyente de 1830 
se consolidara, era necesario que existiera una con- 
ciencia histórica. Un medio para alcanzarla consistía 
en llevar al conocimiento de todos los habitantes del 
país los sucesos militares e institucionales que culmi- 
naron en la paz de 1828. El 25 de agosto de 1833 
'*E1 Universal" y "El Investigador" habían publicado 
en Montevideo, el primero con reflexiones y comenta- 
rios muy exp lesivos, el texto íntegro de la Ley funda- 
mental de 25 de Agosto de 1825 que declaró la Inde- 
pendencia Nacional. 

El 28 de agosto de 1833 "El Universal" de Monte- 
video publicó el texto de la Ley Fundamental de 25 
de agosto de 1825 acompañado del siguiente comen- 
tario: "'publicamos hoy por haber sido festivo el día 
25 del corriente el acta solemne con que el Pueblo 
Oriental declaró su independencia en el año de 1825 



XVI 



PROLOGO 



en medio del estruendo de las armas, y cuando los 
principales puntos del país estaban ocupados aún por 
las tropas extranjeras que tenían encadenada su li- 
bertad. La providencia oyó sus votos y la victoria con- 
firmó una decisión hija del heroísmo. El 25 de agosto 
es uno de los días grandes de la patria, y en él no 
puede dejar de leerse ese documento sin una vehe- 
mente emoción, y sin que excite en cada ciudadano 
oriental el recuerdo de sus deberes". 2 



2 Por su parte **E1 Nacional' 1 había evocado la instala- 
ción del Gobierno Provisorio en 1825, al conmemorarsie el dé- 
cimo aniversario, con el siguiente artículo: "Ayer fué el ani- 
versario de la elección del Gobierno provisorio en la Florida 
el año de 1825, á los dos meses menos cinco días del arribo 
de los 33 bravos que dieron la señal de libertad al Pueblo 
Uruguayo. Diez años han corrido después de aquel célebre 
día, y podemos lisongeamos de que no han sido malogrados 
los deseos de los buenos patriotas de aquella fecha. En este 
día estábamos reunidos á las márgenes del Pintado cerca 
de mil bravos que sin mas recursos que su valor y patriotismo 
esperaban decididos el momento del encuentro con los usur- 
padores para arrojarse sobre ellos y vencer. Tal día como el 
de ayer se celebró el acto de patriotismo mas heroico, cons- 
tituyéndose en gobierno un número de ciudadanos propieta- 
rios de esta tierra que sin detenerse en las consecuencias 
que acarrearía un suceso desgraciado y del que estaban las 
probabilidades por la escases de nuestros recursos y por otras 
mil circunstancias, cargaron, sobre si el dulce título de Padres 
de la Patria, y olvidándose de todo cuidaron solo de poner 
los medios de salvarla. No&otros como que tuvimos la glona 
de presenciar este suceso y hallarnos en aquellos momentos 
críticos en que nada podía halagar sino el sublime orgullo 
de obtener el titulo de patriotas y salvar nuestro paisi del 
poder del extrangero, nosotros que presenciamos las demos- 
traciones de júbilo que manifestaban todos los ciudadanos 
alli reunidos y los que concurrieron á presenciar este acto, 
estamos en posecion de poder espresarnos con el lenguage de 
la verdad. Alli se veia patriotismo sin ínteres, y sin intriga; 



XVII 



PROLOGO 



En un artículo titulado "Rasgo Histórico*', inser- 
ta en el opúsculo que comentamos, se reproduce el 
texto del mi&mo documento, precedido de una certera 
apreciación sobre los sucesos del año 1825. *'Cuando 
en el año de 1825, expresa el cronista que estimamos 
pueda ser Francisco Araúcho, se empezó en los campos 
orientales la lucha de la libertad; cuando disputába- 
mos cuerpo a cuerpo en los combates nuestra Inde- 
pendencia, y corría la sangre de los guerreros a to- 
rrentes en las batallas, los pueblos por otra parte se 
reunían a formar comicios púbücus en medio del es- 
truendo de las armas, y nombraban sus Representan- 
tes para darse una forma de Gobierno proporcionada 
a sus circunstancias y necesidades Tal era el espíritu 
de orden y regularidad con que se emprendió la mar- 
cha de las operaciones políticas, desde que a las playas 
del Uruguay se lanzaron los valientes que inflamaron 
la República diseminando por toda ella el fuego de la 
gloria. Pocos héroes eran los que en las riberas de la 
Capital de la República Argentina se alzaron en débil 
barquilla para lanzarse en medio de nuestros opreso- 
res con la velocidad del rayo; aunque no tan pocos 
desde que eran Orientales y emprendían la obra he- 
roica de libertar este bello país del poder extranjero. 
Mas pronto se multiplicaron los guerreros, y con ellos 



uno solo era el \ota de todos. Patria y libertad: á esto estaban 
reducidas las aspiraciones de un crecido número de patriotas 
beneméritos Entonces no pudo creerse que algún dia llegase 
á ser superior á ellas tanto - Pero hoy nuestro intento esta 
reducido á manifestar nuestro reconocimiento á los ciudada- 
nos que formaron el primer Gobierno Patrio; ellos deben 
ocupar un lugar en la historia y nosotros nos honramos en 
colocarlos en nuestras paginas", C k El Nacional". Montevideo, 
15 de jumo de 1835. Pagina 2, columnas X y 2). 



XVIII 



PROLOGO 



los triunfos repetidos, sin que en medio de la actividad 
con que se disponían las operaciones militares, se ol- 
vidase colocar al mismo tiempo la base fundamental 
de nuestra existencia política. Se formaba el poder 
Legislativo al mismo tiempo que las columnas del Ejér- 
cito: y mientras éste ensayaba el modo de vencer en 
las cercanías de la Florida, en ese pueblo, objeto de 
nuestros mas dulces recuerdos, se reunió la Represen- 
tación Nacional y el 25 de Agosto proclamó nuestra 
Soberanía e Independencia del modo grande v so- 
lemne, por medio de este documento inmortal"'. El 
texto de la Convención Preliminar de Paz de 27 de 
agosto de 1328 y el instrumento del canje de ratifi- 
caciones efectuado en Montevideo el 4 de octubre, 
más difundido en la época que la ley fundamental 
del 25 de agosto de 1825. fue también incluido en la 
recopilación. Los testimonios históricos documentan los 
hechos; la poesía contemporánea recoge el eco de los 
sentimientos colectivos que ellos provocaron» Con buen 
criterio el compilador del opúsculo insertó a continua- 
ción tres obras poéticas: "Oda al Sol de Julio" escrita 
por Manuel Araúcho, "Cantata a Julio" y "Canción 
Patriótica", estas dos últimas de autores no mencio- 
nados. La "Canción Patriótica" exalta los hechos de 
armas de la revolución comprendidos entre 1811 y 
1828. 

Coro 

A la Patria ornarán loa laureles» 
Que en la impávida frente ciñó, 
En Las Piedras, San José y Cemto, 
Dó su fiero ardimento ensayó. 

Y del grupo de libres lidiando 
La csadia en la acción del Rincón 
Preconiza á la faz de dos mundos 
De la hueste enemiga el baldón. 



XIX 



PROLOGO 



Coro 

Siempre en lid desigual belicoso 
El soldado Oriental se mostró; 
Y si no Sarandi que Jo diga. 
Donde eterno su nombre esculpió. 

Y no menos intrépido y fuerte, 
En los campos del Ituzmrigó* 

La cuadrada falange arrollando, 
Que orgullos a la Patna amagó. 

Coro 

Y un trofeo en Misiones alzando. 
Blasón digno de tanto i¿lnr. 
Anunció con la Paz de Occidente, 
Del Oriente la hazaña mejor. 

Y asi fuertes, colmados de gloria, 
A Ja Patria, Orientales, oíd 

Que a su-a ínclitos hijos les dice 
De mi anhelo los votos cumplid, 

III 

El 11 de agosto de 1835, en un ambiente en el que 
el espíritu de confianza en el futuro del país impulsaba 
todas las voluntades, apareció el segundo tomo de 
El Parnaso Oriental* estampado en el taller de la 
Imprenta de la Caridad. 

**Ayer — anunciaba 66 El Independiente" — se dió 
principio al reparto del segundo tomo del Parnaso; 
y aunque no hemos tenido el tiempo necesario para 
examinar las composiciones métricas que comprende, 
no aventuraremos nuestro juicio recomendando la lec- 
tura de algunas piezas originales en su j enero y de 
un mérito verdadero"» 

"El ensayo dramático con que el Dr. D, Carlos Vi- 
llademoros ha querido conservar la memoria del arxivo 
de los treinta y trrg compañeros de gloria, que ocupa 



XX 



PROLOGO 



el primer lugar en este volumen, es una composición 
llena de fuego y que no carece de bellezas, de ecsenas 
vivas y de interés. Los caracteics nos parecen bien 
sostenidos, y la parte histórica sujeta en lo posible 
a las mejores noticias, que conservamos del hecho mas 
notable de la revolución del Estado*', 

"Después de esta composición, siguen mas de ochen- 
ta de diferente género y autores, que sería molesto el 
describir; pero que siendo dignas en su mayor parte 
de figurar entre las ya publicadas, nos atrevemos a 
recomendarlas a los conocedores*'. 

"El editor del Parnaso puede estar satisfecho que 
la acó j ida pública corresponderá al esmero con que 
ha procurado patentizar los progiesos de la literatura 
de la República Uruguaya. Nosotros le felicitamos, y 
animamos a indicarle los deseos de la mayoría por 
que aparezca en breve un tercer tomo, en complemento 
de la obra* 1 c . 

Con beneplácito general fue recibido el segundo tomo 
de El Parnaso. Sus numerosos suscritores al apreciar 
los méritos de las obras que formaban el volumen 
asociaban el esfuerzo editorial al progreso del país, 
de su cultura. Las expresiones laudatorias eran a la 
vez acompañadas de acertadas observaciones críticas. 
En el remitido de Unos suscriptores al Parnaso publi- 
cado en El Nacional el 19 de agosto de 1835, éstos 
expresaban: "Sentimos no obstante, no tener un co- 
nocimiento de todos loh autores de varias poesías, que 
no siendo de inciertos autores, se ocultan sus nombres 
bajo el anónimo, indicando solo la Patria á que per- 
tenecen y no concediéndonos el placer de conocer á 



3 "El Independiente". Montevideo, agosto 12 de 1835. 
Págs, 3 y 4; cois. 2 y 1. 



XXI 



PROLOGO 



esos individuos favorecidos de Apolo. Si los Sres. 
Editores del Parnaso, hubiesen imitado en su 2<? tomo 
al I o explicando, no con iniciales, el nombre y patria 
de los autores de las composiciones métricas, hubiera 
sido a nuestro juicio mas aceitado*', 

bfc El mérito relevante de ambos tomos, y la generosa 
acogida que lian tenido en el público los que han visto 
la luz, creemos han correspondido a los deseos de sus 
Editores. Esto mismo debe animarlos al complemento 
de la obra, publicando un 3 U y último tomo, I que no 
dudamos de su buen éxito I para que no queden en la 
obscuridad de las tinieblas, las composiciones de va- 
rios Americanos, y especialmente de Orientales, puesto 
que la obra pertenece á su Patria; y eso mismo ser- 
virá de estímulo á ellos, para esforzarse á honrar la 
literatura de su Patria. Así tendremos el placer de ver 
los trabajos del Sr. Aguiar. que no nos fué posible en 
el 2? tomo, y también algunos del Sr. D. F francisco] 
Araucho, y otros Montevideanos". 

É Tor lo que á nosotros toca, siempre estarémos dis- 
puestos á dispensar al Parnaso Oriental protección; y 
deseamos que en breve aparezca un tercer tomo, obser- 
bándose en la espresion de sus respectivos autores lo 
que se verificó en el primero 1 '. 

El ''Estandarte Nacional" insertó en su edición de 
24 de agosto de 1835 el remitido de Un censor a pro- 
pósito de la comedia en tres actos "Los Treinta y 
Tres" del Dr. Carlos G. Villademoros, En farragoso 
y confuso artículo, el autor recuerda la influencia 
ejercida por el teatro en la antigüedad. Le merecía 
reparos que acontecimientos de la historia contempo- 
ránea fuesen llevados a la escena; consideraba irre- 
verente que hombres ilustres aparecieran personifi- 
cados por actores desprovistos de valores morales. Es- 



XXII 



PROLOGO 



timaba que las vidas de los héroes sólo podían "ser 
celebradas dignamente por la epopeya o por la histo- 
ria". No ocultaba el menosprecio que sentía por los 
actores que cumplían su oficio en nuestro medio. 
lk ¿Qué efecto pueden producir e] patriotismo de Ré- 
gulo, ni que honor infundir la tiranía execrable de 
Sila representados por esos hombres? fcv ¿C° mo ad- 
miraremos al Cid, a los altivos y leales castellanos, a 
Pelayo, a Lanuza, y tantos otros que ennoblecieron los 
patíbulos con su sangre? ¿Qué efecto puede producir 
el recuerdo de la casta Lucrecia, representada por una 
actriz, que pasa desde el lecho meretncio a la escena, 
y que ha estado una parte de la noche entregada en 
los brazos de los que van a admirar sus virtudes? De 
este modo, pues, el Teatro está muy lejos de prestarse 
a que lo ocupen los contemporáneos, porque en vez 
de ser un medio de conservar *a memuna, no hace 
sino hacerla descender a una esfera mucho menos ele- 
vada de la que su realidad merecen. El actor Culebras, 
cuya imaginación se ocupaba en buscar, para sus be- 
neficios espectáculos capaces de llamar la atención, 
cuidándose bien poco por lo que no fuera alcanzar 
una buena entrada, nos ha presentado más de üna 
prueba de esta verdad. El hizo aparecer sobre la es- 
cena a Wáshington y a San Martin... ¿y quién ne- 
gará que éstos nombres respetables fueron profanados, 
y que estos campeones de la Libertad aparecieron en 
ridículo? Recordará el pueblo de Montevideo estas 
representaciones, y recordará, también, que ellas exci- 
taron la indignación general; porque, ¿quién se re- 
signará a que un actor que todos conocemos, que quizá 
todos despreciamos, y que horas antes, aparesca ha- 
ciendo la personería de un hombre que juega el rol de 
grande en la historia? Basta esta sola reflexión para 



XXIII 



PROLOGO 



patentizar el mal efecto, y la impropiedad de hacer 
aparecer sobre el Teatro a los contemporáneos. En Ro- 
ma y Grecia esto hubiera tenido muy buenos resulta- 
dos, pero nosotros debemos renunciar a la idea de al- 
canzarlos... Hemos creído que sin menoscabar el mérito 
del trabajo del Sr. Villademoros, y sin desconocer las 
bellezas de que pueda estar adornada su obra, podría- 
mos emitir estas ideas que en su esencia hemos visto 
autorizadas por un excelente publicista del siglo an- 
terior, que ha tratado esta materia con bastante acierto. 
Hemos creido también oportuno hacerlo, por que es- 
tando próxima a llegar la Compañía dramática, senti- 
ríamos que nuestro Presidente, y los demás que como 
él se inmortalizaron el 19 de abril de 1825, fueran 
celebrados de un modo tan ridículo, y que nos des- 
fraudaría del placer de creer, que todo lo que está 
ligado a su nombre es siempre tan grande, siempre 
tan glorioso como ellos", 

"El Nacional" consideró que debía estimular a Lu- 
ciano Lira para que prosiguiera la obra emprendida. 
Lo hizo en un artículo que apareció en edición de 22 
de agosto de 1835. "La publicación del tomo segundo 
del Parnaso, expresa, ha puesto a su Editor en el 
compromiso de continuar recopilando las composicio- 
nes métricas que el genio de los nativos y habitantes 
de la República produjeron, hasta preparar un tercer 
tomo. Deseando suministrarle algunas noticias, vamos 
a darle conocimiento de algunas obras de mérito que 
aun no han visto la luz, aun cuando produzca disgusto 
a sus autores. Habiendo publicado el ensayo del Dr. 
Villademoros en el drama, es preciso que el Editor 
del Parnaso haga uso de las relaciones e influencias 
para conseguir una otra producción del mismo Sr. 
y que pertenece al propio género de representables. 



XXIV 



PROLOGO 



No hemos tenido la oportunidad de verla, pero estamos 
informados que su mérito no es inferior a la publi- 
cada. Debe conservarse en los estantes de los curio- 
sos otra pieza dramática del Sr. Martínez, eclesiástico 
de luces, que manifestó que la magestad del culto no 
le había indispuesto con las musas. No es del gusto 
moderno, pero el mérilo del verso y la invención pu- 
diera cubrir ante los rigoristas los vicios del tiempo 
y de los modelos. El Sr. Figueroa conserva muchos 
rasgos preciosos de sus entretenimientos: no le faltan 
al Sr. Delgado, y no pudo esterilizarse el genio del 
autor de la graciosa letrilla Babel, etc. Esperamos no 
olvidará el Editor del Parnaso estas noticias, y el com- 
promiso en que está para con los amigos de lo bello". 

IV 

La prensa periódica había adquirido en este mo- 
mento un vuelo que correspondía al progreso general 
del país, al funcionamiento normal de sus institucio- 
nes y al desarrollo de las ideas. A El Universal que 
se editaba desde 1829 sumáronse en 1835 El Estan- 
darte Nacional* El Nacional y El Independiente. Estos 
periódicos no fueron meros divulgadores de noticias. 
Antonio Díaz. Bernardo P. Berro, Carlos G. Villade- 
moros, Andrés Lamas y Santiago Vázquez que los re- 
dactaron proyectaron sus ideas sobre temas de carác- 
ter doctrinario: los partidos políticos de carácter per- 
manente, la conveniencia en arraigar los hábitos re- 
publicanos, la enérgica oposición al tráfico de esclavos 
realizado con el asentimiento oficial, la prudencia con 
que debía ser ejercitada la libertad de imprenta utili- 
zada muchas veces para el desahogo de pasiones polí- 



XXV 



PROLOGO 



ticas, las consecuencias funestas que podían resultar 
de atribuir a los gobiernos la suma del poder. 

El fomento de la enseñanza primaria se intensificó 
al inaugurarse el I o de agosto de 1836 el Colegio de 
los Padres Escolapios, cuyo plan de estudios aprobado 
por el gobierno fue ampliado luego mediante la auto- 
rización para establecer una cátedra de Filosofía. El 
18 de febrero de 1836 el Poder Ejecutivo informó a 
la Asamblea General: "Habiendo sido la educación 
primaria en todos los tiempos el objeto principal de 
los cuidados del gobierno, ha llegado hasta donde lo 
permite nuestro naciente Estado. Pocas naciones po- 
drán lisonjearse de haberla propagado proporcional- 
mente tanto. En todos los puntos de la República exis- 
ten escuelas, donde la enseñanza es gratuita, donde 
se provee a Jos niños lo necesario, y donde se propor- 
ciona el local que permiten las poblaciones. Poco fue 
preciso adelantar en este ramo; pero^ el ejecutivo lo 
ha conservado con esmero, y llamando muy especial- 
mente su atención, la capacidad, contracción y morali- 
dad de los preceptores», no tuvo menos empeño en 
que ellos fuesen puntualmente pagados, que en los in- 
formes de las Juntas Económicas no quedasen relega- 
dos al olvido, ni se tolerasen aquellos cuyos servicios 
eran inútiles o perjudiciales 1 '. 

Al finalizar el año lectivo de 1835 tuvieron lugar 
en la Catedral de Montevideo, los días 25, 26 y 27 los 
actos que presidió el Dr. Joaquín Campana, en repre- 
sentación del Presidente de la República, en los que 
los alumnos de Filosofía, bajo la dirección del profe- 
sor del curso Presbítero José Benito Lamas defende- 
rían SUS proposiciones sometidas a réplicas que estu- 
vieron a cargo del Dr. Guaco Otaagui, Dr. Carlos 
G. Villademoros. Dr. Alejo Villegas, Di. Francisco 



XXVI 



PROLOGO 



Solano Antuña, Di\ Teodoro Miguel Vilardebó, San- 
tiago Vázquez y Lorenzo Justimano Pérez. En esta 
oportunidad finalizaron su» estudios filosóficos los jó- 
venes Jaime Estrázulas y Benito Baena. El 4 de di- 
ciembre de 1835 Santiago Vázquez puso de manifiesto 
las aptitudes relevantes de aquellos jóvenes que ha- 
bían correspondido al examen del catedrático José 
Benito Lamas; a la vez se preguntaba: "¿a qué ca- 
rrera los llevará la inclinación del saber que no hallen 
obstáculos e imposibilidades?" Señalaba que aun no 
habían sido instituidas las cátedras para cuyo funcio- 
namiento el cuerpo legislativo había asignado los re- 
cursos necesarios. Estimaba que los actos académicos 
debieron ser solemnizados con la asistencia del Presi- 
dente de la República y la del Ministro de Gobierno: 
concluía sus comentarios solicitando que Estrázulas y 
Baena fuesen enviados a Europa vt a perfeccionarse en 
los conocimientos que les será difícil adquirir en 
su patria". La lev de presupuesto había facultado al 
Poder Ejecutivo para instituir las cátedras de Mate- 
máticas, Derecho Civil, y Teología Moral y Dogmá- 
tica. Una comisión especial integrada por el Dr. Joa- 
quín Campana, Dr. Florentino Castellanos y D« Cris- 
tóbal Echeverriarza redactó el proyecto que reglamen- 
taba el plan de estudios superiores. Quienes hubieran 
realizado los estudios preparatorios podrían ingresar 
a las Facultades Mayores de Teología y Jurispruden- 
cia* En la primera de ellas se estudiaría Filosofía, Ma- 
temáticas y Teología; en la de Jurisprudencia, Dere- 
cho Civil. En ambas los estudios se realizarían en tres 
años. El Poder Ejecutivo aprobó este proyecto el 22 
de febrero de 1836. Designó catedrático de Teología, 
Moral y Dogmática al presbítero José Benito Lamas; 
de Filosofía, al Dr. Alejo Villegas; de Matemáticas, 



XXVII 



a Joaquín Pedralbes y al Dr. Pedio Somellera. de De- 
recho Civil, Los cursos fueron i n angulados el 6 de 
marzo de 1836, En el discurso que pronunció en el 
acto el Ministro de Gobierno Di, Francisco Llambí, 
puntualizó que la felicidad del hombre y la gran- 
deza de las naciones eran debidas a la influencia de 
la educación y las ciencias. Las vicisitudes y sufri- 
mientos experimentados por el género humano guar- 
daron armonía con el grado de ignorancia o civiliza- 
ción que hubieran alcanzado. ''Nosotros, nacidos feliz- 
mente en una era venturosa en que el deseo de saber 
se ha generalizada por multiplicados escritos, podemos 
lisonjearnos de encontrar superados muchos de los 
obstáculos que ellos sintieron, y aun de ver estableci- 
dos vehementes estímulos paia que los talentos de 
nuestra juventud se desarrollen con toda aquella ex- 
tensión, que algún día les hará aparecer como el or- 
namento de su patria, y como firmes apoyos de su 
ilustración sucesiva. Esta lisonjera esperanza, la mar- 
cha del siglo y del entendimiento humano, excitan con 
razón en nosotios el interés eme demostramos al re- 
unirnos hoy en este lugar, para echar los primeros 
fundamentos de las ciencias <juc tan eficazmente con- 
tribuirán a la felicidad y futuro bienestar de nuestros 
conciudadanos; si no podemos elevarlas a la perfec- 
ción que deseamos, debemos, sin embargo, manifestar- 
nos contentos y satisfechos porque las establecemos 
en cuanto requiere y permite nuestro presente estado. 
Elias se perfeccionarán, sin duda, a medida que nues- 
tra sociedad fuese prosperando"'. Al dirigirse a los 
profesores, expresó: "Preceptores . la Autoridad no 
puede daros una mayor prueba de la confianza que 
merecéis, que entregándoos desde este momento el más 
precioso depósito que puede dejar en vuestras manos. 



XXVIII 



PROLOGO 



De vueatra prudencia y saber van a iecibir las prime- 
ras impresiones que se desenvolverán con los años, y 
fructificarán en el curso de su vida, espero, pues, con 
confianza que no os empeñaréis menos en su ilustra- 
ción, que en conducirles por la senda de la moral y 
la virtud". "De vuestro cela y empeño, dijo al refe- 
rirse a los estudiantes, esperamos todos que ellos co- 
rresponderán algún día al grande objeto que la Na- 
ción se propone, facilitándoles los medios de instruirse 
y hacerse dignos hijos de la República Oriental. Las 
aulas creadas por la ley quedan abiertas". 

La tensión política existente desde el 9 de febrero 
de 1836 en que el Presidente de la República General 
Manuel Oribe, con ánimo de unificar el poder, supri- 
mió la Comandancia de la Campaña ejercida desde el 
29 de octubre de 1834 por el Gral. Fructuoso Rivera, 
hizo crisis el 16 de julio de aquel año cuando el cau- 
dillo se levantó en armas contra el gobierno constitu- 
cional. Este primer intento revolucionario de Rivera 
que interrumpió un ordenado proceso institucional fue 
juzgado severamente por los integrantes del Poder 
Legislativo. No suscitó la adhesión popular en el me- 
dio rural en el que los hacendados influyentes eran 
partidarios del orden. Después de la batalla de Carpin- 
tería librada el 19 de setiembre de 1836, en la que la 
legalidad fue defendida por la Guardia Nacional, Ri- 
vera traspasó la frontera y acampó en el territorio de 
Río Grande del Sur. En el período en que el orden 
se consideró afianzado, aun cuando no fue sino una 
tregua, apareció el tercer tomo de "El Parnaso Orien- 
tal", anunciado desde la publicación del segundo. El 
requerimiento de los suscriptores y la publicación en 
Buenos Aires de "El Cancionero Argentino" aguijo- 
nearon la voluntad de Luciano Lira» Este no con- 



XXIX 



PROLOGO 



taba ya con la colaboración del Dr. Villademoros. cer- 
cano colaborador del gobierno de Oribe. Francisco 
Acuña de Figueroa prestó su valioso concurso para se- 
leccionar el material destinado al tercer tomo. El "De- 
fensor de las Leyes"', cuya publicación *e inició el 12 de 
hetiembre de 1836. redactado por Manuel Araúcho. Ma- 
nuel Errazquin, Carlos G. Villademoros y Avelino Le- 
rena, insertó en el número correspondiente al 18 de 
marzo de 1837 el siguiente anuncio sobre el Parnaso 
Oriental: "Deseoso el Editor de la colección que con 
este título vio la luz en esta Capital de complacer a 
un sin número de personas que directa e indirecta- 
mente se han interesado con él. animándolo a conti- 
nuarla: mucho más cuando ha venido a recordarla El 
Cancionero Argentino que actualmente se publica en 
Buenos Aires, debe prevenir al público, que tanto ha 
favorecido su tarea, que va a ocuparse de la organiza- 
ción del tercer tomo, que cuenta para ello con la bon- 
dadosa deferencia del Sr. D. Francisco A. de Figue- 
roa, del que no solo espera todo lo publicado sino 
mucho que no lo es de su enriquecido repertorio, y 
que constará el volumen que ofrece de 40 pliegos de 
impresión, sin alterarse por esto el precio para los 
Señores Subscriptores; oportunamente avisará del es- 
lado de sus trabajos, y cuando sea llegado el tiempo de 
abrir la subscripción". 

"Los SS. en cuyo poder se hallan algunas composi- 
ciones métricas, dignas de consignarse en el Parnaso, 
sea cual fuere su género, tendrán la bondad de propor- 
cionarlas, favoreciendo con ello esta empresa, y diri- 
giéndolas al efecto a la oficina de la Imprenta Oriental, 
constituyéndose responsable de los originales el propie- 
tario de este establecimiento , \ 



XXX 



PROLOGO 



"El título y carácter Nacional con que ha aparecido 
esta obra, autoriza a su Editor para prevenir que nada 
insertará en ella que pueda hacerla desmerecer, que 
huirá como hasta aquí de todo cuanto sea personal, 
y en fin que no perdonará trabajo alguno puesto en 
ello, para hacerla digna del Pueblo Oriental, a quien 
está exclusivamente dedicada. EL EDITOR". 

El Diario de la tarde que comenzó a editarse el I o 
de abril de 1837, confirmó este anuncio en términos 
que estimulaban al editor a proseguir la obra: "Esta- 
mos informados que está próximo a ver la luz el tomo 
3 o del Parnaso Oriental. Su editor había resuelto ce- 
rrar este medio de publicación a las composiciones mé- 
tricas de los hijos de la República con el tomo 2 9 ; 
pero las insistencias y el convencimiento propio, ven- 
cieron su resistencia y vuelve a presentar un medio 
fácil para que el genio ofrezca pruebas de los progre- 
sos que hace la ilustración en estas regiones. Noso- 
tros nos congratulamos por haber tenido alguna parte 
en que se continúe la recopilación de lo que se oculta 
ante las telarañas de los estantes y lo que pudieron 
producir el estímulo en los poetas nacionales. Con este 
motivo nos atrevemos a aconsejar al Editor del Par- 
naso se esfuerce porque cada año, vuelva a repetirse 
el anuncio de la impresión de un otro tomo sobre los 
publicados". 4 

La tarea de selección e impresión, realizada ésta por 
la Imprenta de la Caridad, fue cumplida en el plazo 
de dos meses y días. El 29 de abril de 1837 bajo el 
título Parnaso Oriental el ''Defensor de las Leyes" pu- 
blicó este aviso: * k La subscripción al tercer tomo de 



4 "Diario de la Tarde" Año 1. Montevideo, 8 de abril 
de 1837 



XXXI 



PROLOGO 



esta obra está abierta; los señores a quienes por un 
olvido involuntario no se les hubiese pasado carta de 
invitación y quisieren obtener este volumen, se servi- 
rán ocurrir a la librería de D. Jaime Hernández, calle 
de San Gabriel, que dejando sus nombres serán ins- 
criptos en la lista de subscriptores" ♦ 

El 22 de mayo el mismo periódico anunció: "El 
tercer tomo del Parnaso Oriental ha principiado a 
repartirse y su Editor suplica a los señores cuyos nú- 
meros Ies corresponden y sean retardados en la en- 
trega, se dignen disimularlo por ser imposible hacerla 
de un modo simultáneo''. 

V 

Las Odas. Himnos, Marchas, Cantos y Canciones, 
Cielitos, Elegías, Diálogos, Sonetos, Epístolas, Epigra- 
mas. Letrillas, Octavas, Décimas, Acrósticos, Versos 
sueltos, Inscripciones, Desahogos poéticos y Obras 
teatrales que forman los tres tomos de El Parnaso 
Oriental fueron publicados sin sujeción a ningún cri- 
terio. A la heterogeneidad del conjunto se suma la 
ausencia de un plan orgánico en lo que atañe al orden 
en que se suceden. Pero es evidente que el compilador 
Luciano Lira y quienes lo asesoraron se dieron a esta 
tarea con el propósito de ofrecer al país una visión 
del proceso histórico del que había surgido la nacio- 
nalidad. Las composiciones que forman el Parnaso 
tratan de la victoriosa resistencia opuesta por las ciu- 
dades del Río de la Plata a las Invasiones Inglesas 
de 1806 y 1807; exaltan en forma reiterada a la revo- 
lución de mayo de 1810; recogen los ecos de nuestro 
movimiento emancipador de 1811, el primer sitio de 
Montevideo y la emigración al Ayuí, evocan con el 



XXXII 



PROLOGO 



segundo asedio de Montevideo, la batalla del Cerrito 
v al "heroico empeño de pueblo Orientar" conducido 
por el "impertérrito Artigas, vencedor de riesgos y 
fatigas" en la defensa de la Provincia contra los in- 
tentos de opresión neutralizados en 1815. Ilustran 
otras obras sobre el período de la Provincia Oriental 
independiente: las harás jubrio>as de las fiestas Mayas 
de 1816, la apertura de la Biblioteca pública y los 
sentimientos patrióticos interpretados por Bartolomé 
Hidalgo cuando, enfervorizado, se íefiere al "pabellón 
que esta Provincia reconoce por suyo" y exhorta a 
defenderlo. Su "Himno Oriental" de 1816 preludia 
la lucha heroica, en que se desangró contra la invasión 
lusitana hasta 1820* En esta fecha el relato histórico 
se interrumpe. El Parnaso recoge luego- de un expresivo 
paréntesis las canciones guerreras que precedieron 
a la cruzada de 1825; la hazaña de los Treinta y 
Tres Orientales en que Montevideo estuvo au- 
sente adquiere la dimensión histórica que unifica 
el sentimiento nacional a la vez rjnc lo» himnos 
guerreros v poemas inopnados pot las ^clonas de 
Sarandú ltu/amgó y Misiones dicen lo que fue la lucha 
contra el Impeno del Brasil hasta entonce* mu narrar 
por el cronista. La Convención Prelumnai de Paz de 
27 de agosto de J828 que ícconoció nuestia inde- 
pendencia, la adopción del Pabellón Nacional, la en- 
trada del gobierno Patno en Montevideo el I o de mayo 
de 1829, la Asamblea Constituyente, el Código de 1830 
y la jura solemne del 18 de julio forman un período 
de nuestro pasado que los poetas del Parnaso escribie- 
ron antes que los historiadores, al recoger en sus obras 
todías las manifestaciones del sentimiento colectivo. 
Fue en esta circunstancia que comenzó a adquirir nom- 
bradla Francisco Acuña de Figueroa, cuya primera 



XXXIII 



PROLOGO 



versión oficial del Himno Nacimial de 1833 fue pu- 
blicada en la primera página del tomo inicial del Par- 
naso. En otras aparece refejado el sentimiento de res- 
peto a la Ley Fundamental consagrada bajo el "'Sol de 
Julio''; el anhelo por la estabilidad del urden, la paz y 
la concordia renovados al conmemorarse cada aniver- 
sario del 18 de julio. El sentimiento de respeto per 
las instituciones de gobierno se manifiesta en las 
obras relativas a la elección presidencial de Rivera, 
al renovarse la legislatura, al asumir Oribe el I o de 
marzo de 1C35 la segunda presidencia constitucional. 
Fue éste un momento en que irrumpió en la escena 
una nueva generación noblemente esperanzada; así lo 
trasuntan muchas páginas del Parnaso editado para 
formar nuestra conciencia histórica, arraigar los há- 
bitos republicanos y el prestigio de la« instituciones. 
La pérdida irreparable que significó la muerte de Ber- 
nabé Rivera adquirió el carácter de un duelo nacional. 
El mismo sentimiento de gratitud a los servidores de 
la patria inspira el recuerdo dedicado a Felipe Caba- 
llero y a otros ciudadano*. Los hábitos, costumbres 
de la época «;e manifiestan en las ingenuas composi- 
ciones de salón; la vida cotidiana, la epidemia de es- 
carlatina, la apertuia del mercado, los espectáculos de 
la Casa de Comedias, y de la Plaza de Toros; la reli- 
giosidad de las costumbres, los temas sociales, la cari- 
dad, el repudio al tráfico de esclavos, fueron motivos 
de composiciones que alternan con las referentes a los 
hechos históricos y a las traducciones de Acuña de 
Figueroa* exponentes de nuestra cultura clásica de 
la época. 

Las poesías de José Prego de Oliver. el drama "La 
Libertad más acendrada y Buenos Aires vengada", ori- 
ginal del Presbítero Juan Francisco Martínez, puesto 



XXXIV 



PROLOGO 



en escena en la Casa Je Comedias el 12 de agosto de 
1808 e impreso recién en 1837. en el tercer tomo del 
Parnaso; las coinposi (ñones de Bartolomé Hidalga, 
Juan Cruz y Florencio Vaiela; la Comedia "Los Trein- 
ta y Tres" de Carlos G. Villa demoro s ; la "Oda a la 
Providencia" de Bernaido P. Beiru y la * Oda a Oribe*' 
de Carlos G. Villademoros: el ''Cielito Orientar*, "Oda 
a la Jura de la Constitución"', "Himno Nacional" de 
1033. u La Malambi uñada o la conjuración de las vie- 
jas contra las jóvenes"' v las tradúcele nes de Horacio, 
de Francisco Acuña de Figueroa, el poeta más repre- 
sentado en el Parnaso, constituyen a nuestro juicio 
las obras más valiosas compiladas por Luciano Lira. 

VI 

El compilador prescindió, entre otras piezas valio- 
sas, de los Cielito? de "la época ríe Artigas" no gra- 
tos a la memoria de la sociedad montevideana; la 
"Canción patriótica en honor del general D José Ar- 
tigas y su exército" 1 publicada en el "Suplemento al 
Censor" editado en Buenos Aires el 31 de enero de 
1812; lo más xepresentativo de la obra poética de 
Bartolomé Hidalgo impresa entie 1816 y 1822; los 
Diálogos gauchescos, testimonios de la escisión pio- 
ducida entre los dirigentes de la la clase doctoral 
que apoyaron la incorporación al Brasil y los que 
se opusieron a ella paia según las? consignas revolu- 
cionarias de Lavalleja y del Cabildo representativo de 
1823; la "Graciosa y divertida conversación que tuvo 
Chano con el señor Ramón Contreras en la que de- 
ralla el primero las batallas de Lima y Alto Perú como 
a*í mUrno las de la Banda OiientaP, impresa en fo- 



XXXV 



PROLOGO 



llcto editado en Buenos Ahes en 1825; la "Oda a 
Ituzamgó" de Florencio Vaiela de 1827; el "Cielito 
Orientar' publicado en "El Tribuno"' de Buenos Aires 
el 31 de julio de 1827, después de la renuncia de Ri- 
vadavia y la reparación de Alvear; el soliloquio pro- 
nunciado por Fermín Oidóñez en la función teatral 
de aficionados que celebró la gesta de la independen- 
cia americana el 18 de julio de 1820 publicado el día 
22 en "El Universal"*, en el que se exaltan las hazañas 
de las Piedras, Rincón, Saiandí, Uuzaingó y Misiones; 
el "Himno a la Constitución", emento pur un corres- 
ponsal ausente de *'E1 Univeisal", que |n insertó en 
el número 07 de 18 de octubic de 1820, cuyo coro 
expresa: "Venid Orientales / nul himnos cantemos; / 
Venid v juremos , La Constitución", la composición 
"Enigmas de Oráculo"", escrita pui Acuña de Figueroa 
en homenaje al lectoi de "El Universal*' descubridoi 
del anagrama que encuhiía lo* rjombres de ''Lavalleja 
inmoztal / o el invencible Rivera"; el "Himno Orien- 
tal 5 * conipuesLo por Juan Ciuz Várela que publicó 
"El Universal" en el número 314* de julio 16 de 1830, 
cuyo coi o expresa: "Entonemos el himno de gloria / 
A la nueva Nación Oriental; , Coionada de lauro en la 
guerra, / Coionada de oliva en la paz". Los desahogos 
poéticos a que dieron lagar las revoluciones lavallejis- 
tas en 1832, 33 > 34 y la promovida por Rivera en 
1836, no tuvieron cabida en fcC El Parnaso Oriental" 
que recogió en sus páginas el sentimiento producido 
por la muerte de Bernabé Rivera y de otros ciudada- 
nos. Pero el compilad oí no alteró el medido plan que 
se había trazado. Prescindió de la "Elegía" a Bernabé 
Rivera publicada en el número 1.106 de "El Univer- 
sal" de 19 de abril de 1833 suscrita por L,A.O.Z y del 
"Soneto" a la memoria del Capitán Liñan. publicado 



XXXVI 



PROLOGO 



con las iniciales de M[anuel] Afiaúcho] en el nú- 
mero 1.277 Je 22 de nuxiembie de 1833, para 
mantenei su equidistancia en las contiendas ar- 
madas de los bandos políticos. El pi opósito eviden- 
ciado con claridad de nú herii susceptibilidades en los 
países vecinos y entre orientales, explica la exclusión 
del Soneto de Eusebio Péiez, en el que recuerda la 
lucha contra "el luso \ el sangriento Ibero 1 * publicado 
en el número 1.176 de El Universal el 18 de julio de 
1833; de las poesías de Isidoro De Maiía destinadas 
a glorificar las batallas de Las Piedlas. Rincón, Sa- 
randí y Misiones», impjesas en "El Nacional" de 18 
de mayo de 1836 y el 24 de setiembre de 1835, "El 
Universal'", de 12 de octubre de 1835 y "El Nacional"' 
de 22 de abril de 1836. Luciano Lira silenció el pe- 
ríodo artiguista poique en la década del treinta era 
un motivo polémico* excluyó Oda* y Diálogos rela- 
cionados con la guerra del Brasil para no acentuar en 
demasía la derrota del Impelió y 5 en otros casos, mu- 
tiló composiciones o modificó su texto, <lo señalamos 
en el prólogo del Tomo II ) para no zaherir a España 
y apaciguar las pasiones aún latentes entre los dirigen- 
tes de la ciudad y la tendencia popular de raíz cau- 
dillista. 

VJI 

Seríamos omisos si a las noticias sobre "El Parnaso 
Oriental", que extraemos de un estudio más amplio 
sobre la historia de la cultura uruguaya en el periodo 
1811-1851, no hiciéramos referencia a la reedición 
efectuada por el Instituto Histórico y Geográfico del 
Uruguay en 1927. Los suscritores de la edición origi- 
nal superaTon el númeio de trescientos; varios a más 



XXXVII 



PROLOGO 



de un ejemplar: el tiraje puede considerarse excep- 
ción al. Acredita el interés de la sociedad de la época 
peí el conocimiento de las tradiciones nacionales, tan- 
to más si se lepara en un detalle: hacia 1860 los tres 
volúmenes de la primeia edición eian ya muy raros. 
Fundadas razones asistían a los Doctoies Gustavo Ga- 
lhnal y Maiio Falcao Espaltei cuando en 1925 pro- 
pusieron la reedición de esta obra, convertida en pri- 
vilegio de bibliófilos v emditus e inaccesible a los 
interesados en el conocimiento de nuestro pasado. 
"Grac'as a la extraordinaria raie^a de "'FJ Parnaso", 
vanas ubidt de escritoies nuestros que figuian en 
sus páginas — expresaban Gallinal y Falcao Espal- 
ler — han «ido erróneamente atribuidas a escritores 
de nlru'j lu^aies* tal sucedió con el drama del Padre 
Martínez, estudiado como anónimo e inédito por Ri- 
cardo Rojas en su "Historia de la Literatura Argen- 
tina'", \ nria^ clüi josÍLionef» su>as atribuidas a Este- 
han de Lúea por Estanislao Zeballos*'. fc *La edición 
tendría earácí.ci conmemorativo, con ocasión de las 
glorio fechan patrióticas. Llevaiía ésta o parecida 
dedica v oiia* "El Instituto Históneo y Geogiáfico del 
Uruguay, en homenaje a los moldados > a 1o^ legisla- 
dores de lo25 publica esta obra, cancionero cívico y 
patriótico de la gesta de emancipación nacional 1 * Una 
comisión especial formada por ti es miembros de nú- 
mero de! Tn c " tato se expidió en el sentido de que la 
obra de Luciano Lira debía sei '^vulgarizada en lo 
posible, a fin de pone i la al alcance de los estudiosos* 
interesados en la historia literaria del país". El pro- 
yecto fue aprobado. La obra fue reimpresa a plana y 
renglón i espejando las características de la edición 
original cuyas viñetas y adorno* fueron repioducidos 
ion íiguiosa fidelidad. El Di. Gustavo Gallinal, en el 



XXXVIII 



PROLOGO 



prólogo que le fue ene ornen da o! o. ubicó ^El Parnaso 
Orientar en el panorama histórico ole la época y pro- 
dujo un agudo análisis crítico de su significación lite- 
raria. En compañía del Dr. Mario Falca o Espalter cui- 
daron todos los detalles de la edición, hoy agotada y 
rara, transcurrido medio siglo de realizada. Al acome- 
ter la empresa de la presente reimpresión fac similar, 
la ''Comisión Editora de la Biblioteca Artigas" de 
^Clásicos Uruguayos"* rinde homenaje al preclaro 
espíritu de los estudiosos que en 1925 exhumaron 
es*a obra cuyas páginas rememoran un período glo- 
rioso de nuestra formación histórica. 



JUAN E P1VEL DEVOTO 



XXXIX 



LUCIANO LIRA 



Natural de Buenos Airea. Hijo de Francisco Lira \ María 
del Rosario Reyes. E] 26 de marzo de 1823 fue nombrado 
subteniente del Batallón 1° de Cazadores de las Provincias 
Unidas del Rjo de la Plata El 29 de chuembic de 1827 
teniente pnmeio A^cmdió a capitán graduado en diciembre 
de 1828. Emigió al Uruguay después de producirse el aleja- 
miento del poder dd General Lavalle Ejerció la enseñanza 
en el departamento de Colonia* y en la ciudad de Montevi- 
deo, en la que fundó en 1833 un "Ateneo de niño*, y niñas' 1 
En 1834 miciú les trabajos para la publicación de "'El Par- 
naso Oriental o Guirnalda Poética de la República Urugua- 
ya " obra que ha incorporado el nombre de su compilador a 
nuestra historia Los tres tomos* de '*E1 Parnaso" fueron edi- 
tados entre los año* 1835 y 1837. Luciano Lira fue instado 
a publicar un cuarto tumo La obra imo favorable acogida. 
El 2 de julio de 18o9 se embarcó en Montevideo a bordo 
de la goleta 'Catalina*' con destino a Martín García paTa 
incorporal se a la expedición unitaria comandada por el Gene- 
íal Juan L avalle. Murió el mismo año en la marcha hacia el 
norte del ejercí lu expedicionam». 



XL 



IX 



GUIRNALDA POÉTICA 



DU L.V 




1835. 



ó 

GUIRNALDA POÉTICA 

DE LA 




BUENOS AIRES. 



IMPRENTA DE LA. LIBERTAD, CALLE DB CANGALLO N# 58, 
FE ENTE AL TEATRO. 

1835. 



AL 



fcrsttmomo 

DE MI 

RECONOCIMIENTO Y AMOR. 



MONTEVIDEO, NOVIEMBRE 14 PE 1994. 



HIMNO, 



DECLARADO NACIONAL POR EL SOTERIOR PECRJBTO PE S 
DE JULIO PE 1833, DEDICADO AI* EXHO. GOBIERNO. 

L DE D. FRANCISCO A. PB nGUEllOA» * ] 



CORO, 

Orientales, la Patria 6 la tumba ! 
Libertad^ 6 con gloria morir ! 
Es el voto que ti alma pronuncia, 
Y que heroicos sabremos cumplir. 

Libertad, libertad ! ! Orientales. 
Este grito á la Patria salvo, 
Que á los fieros tiranos asombra, 
Y á los libres infunde valor. 



* Oriental. 



I. 



2 EL PARNASO ORIENTAL. 



Sangre y muertes y horrores nos cuesta 
Este don sacrosanto gozár; 
Libertad ! ! en la lid clamaremos, 

Y muriendo también Libertad. 

coro- 

Triste esclavo de Iberia el Oriente 
Libertad ! generoso gritó, 

Y á su acento sublime responde 
Con rugidos el fiero León : 

Su trozada cadena por armas, 
Por escudo su pecho en la lid, 
Logró el libre postrar á sus plantas 
Del tirano la horrenda cerviz. 

cono. 

En fatal servidumbre sufrimos 
De dos cetros el peso y poder, 
Mas el eco sonó de venganza 

Y dos cetros supimos romper ! 
Esos prados y montes, foti Patria! 
Do el estruendo marcial resonó, 
Serán siempre teñidos en sangre, 
De tus glorias eterno padrón. 

cono. 

Recordemos con gloria los triunfos 
Do Misiones, Rincón, Sarandí. 



i 



EL PARNASO ORIENTAL, 3 



Do la Patria miró su estandarte 
Cual sagrado Oriflama lucir: 
De Ituzaingo do el astro Argentino 
Presidiendo á la unida legión, 
A sus rayos y luz se eclipsaron 
Las estrellas del verde pendón. 

CORO. 

Las falanges atónitas ceden 
Al impulso de tanto valor, 
Cual brillantes disipan y ahuyentan, 
A las sombras los rayos del Sol : 

Y dó quier sus sobérbios campeones 
Frente á frente se osaron mostrar, 
En sus pechos llevaron sangriento* 
Los recuerdos del sable Oriental. 

CORO. 

Ya los grillos rompiendo con gloria 
Nuestra Patria se vé prosperár, 

Y el altar de las leyes sustenta 
Sus destinos, su gloria inmortal ! í 
inviolables sabrémos los fueros 
Ee la caria sagrada cumplir; 

Que los bravos de Oriente no pueden 
Como viles esclavos vivir. 

2 



& EL PARNASO ORIENTAL. 



CORO* 

De las leyes al númen juremos 
Igualdad, patriotismo, y unión, 
Inmolando en sus aras divinas 
Ciegos odios, y negra ambición : 
Y hallarán los que fieros ultragen 
La grandeza del Pueblo Oriental, 
Si enemigos. - . Ja lanza de Marte, 
Si tiranos . - . ♦ de Bruto el puñal ! ! ! 

CORO. 

Orientales, la Patria 6 la tumba ! 
Libertad^ 6 con gloria morir^ 
Es ti voto que el alma pronüncia^ 
Y que heroicos sabremos cumplir. 

[ 1833.] 



EL PARNASO ORIENTAL. & 



DÉCIMA. * 



El blanco y rojo color, 
Con que la Patria os convida, 
Es para que se decida 
Vuestro aprecio en lo mejor. 
Si al rojo, nuestro valor 
Breve os sabrá castigar ; 
Y si ai blanco queréis dár 
Discreta y sabia elección, 
Contad con la protección 
Del Ejército Auxiliar. 

[W11.I 

* Cuando los patriotas sitiaban la plaza de Montevideo, 
ésta décima apareció colocada en una bandera blanca y roja al 
frente de la ciudad, y en aquella habia pliegos para el Exmo. 
Cabildo, Tubieron las tropas de la Patria que hacer uso de este 
ingenios* medio, para poder hacer llegar á manos de aquella 
Autoridad sus comunicaciones; porque las que anteriormente se 
habían remitido, las ocultó el Gobernador, [Noí$ del Editor*] 
* OncntaL 



6 EL PAJtNAflfO ORIENTAL, 




CORO. 

Orientales la Patria peligro, 
Reunidos al Salto volad, 
Libertad entonad en la marchot 
Y al regreso decid Libertad. 

Cuan gozoso se miró el tirano* 
Ostentando su injusto poder 
Y observando en los campos de Oriente 
A los Ubres desaparecer. 



* OrientaL 



EL PARNASO ORIENTAL» 7 



Solo espinas los campos producen 
En el dia de la lobreguéz; 
Sol y aurora las puertas de rosa 
No gustaron abrir esta vez* 

CORO» 

Precipitan del Desaguadero 
Al Indiano que supo triunfar, 
En Oriente se pierden los lauros 
Que la Patria nos hizo ganar. 

Sin recursos, y sin mas fortunas 
Que jurar libertad, libertad, 
Los nativos del ínclito Oriente 
Empezaron con ánsia á entonar. 

CORO* 

Gloria ¡oh Patria! Que tus Orientales 
Muerte gritan con hárto placer, 
Y tranquilos bajan á la huesa 
Sin cadenas que saben rompen 

La valiente jornada del Salto 
Se resuelven todos á emprender, 
Su deseo es salvar el sistéma 
O en su honor con valor perecer. 

CORO. 

En movibles, y pequeñas chozas 
Marcha el Pueblo con augusto pié, 



& EL PARNASO ORIENTAL 



Ya en un móntese oculta afanoso 
Ya un gran rio en bus ondas lo vé : 
La constancia redobla sus votos 
Allí fué el recordar, allí fué f 
La esperanza de librar á Oriente 
Que sellaron con etérna Leí. 

CORO- 

Ni el cansancio, la sed, la fatiga 
A la virgen pueden arredrar, 
Ni á la esposa que su tierno infante 
Por instantes lo mira espirar. 

El anciano con voz balbuciente 
A sus hijos procura animar, 

Y el ardiente clamor de la Patria 
De sus pechos ahuyenta el pesár* 

CORO* 

Llega el tiempo en que retrocedieron 
Nuestros hijos de la Patria honor, 
Sumergidos en triste memoria, 
Pero llenos de gloria y valor. 

# Su caudillo los guía animoso, 

Y el tirano viólos con rubor 

Cuando el pecho contra el muro estrechan, 
Inflamados de eterna! rencor. 



* D» José Artigas, General d* Ion Orientales, 



EL PARNASO ORIENTAL, 9 



CORO. 

Las cenizas de las almas libres 
Al gran Salto filáronse á esconder, 
Muere el padre, la hermana, el amigo, * 
Sin que el llanto se mire vertér. 

Salve j oh Salto ! Mansión destinada 
A los libres que el Sol vió nacér, 
¡ Justo asilo de una acción heroica 
Quien tus timbres pudiera tenér! 

CORO. 

Orientales la Patria peBgra, 
Reunidos al Salto volad, 
Libertad entonad en la marcha, 
Y al regreso decid Libertad. 

[181L] 

* Murieron muchas farailiaa que siguieron al í^rcito. 



2 



10 EL. PARNASO ORIENTAD 



A LA LIBERTAD DE SU PATRIA. 



ODA. 

[ DI D» TRANCIflCO «UL'CHO. * ] 

Neecio qua n átale solum dulcebine cnncto» 
Ducitet ínmemorea non einit efiBe sin, 

[ Ovn>. J 

¡ Oh portento grandioso ! Se disipa 
La niebla que ofuscaba á los humanos, 
Y desenvuelto ya de su espesura 
Brillar se mira el hemisferio Indiano, 
La humanal dignidad es columbrada: 

Da improviso se exalta el entusiasmo 

Penetra los espíritus su llama, 
Los abrasa, devóra, y sublimado 
El amor patrio, que virtudes brota, 
Recuérdase el derecho sacrosanto. 
A la voz sola de Derechas de hombre 

* Oriental, 



EL PARNASO ORIENTAL. 11 



El corazón so agita del tirano, 
Que pavorido tiembla, y en un punto 
Del solio al suelo se miro postrado, 
Subiendo á dirigir la noble empresa 
Genios por la República aclamados, 1 
Que incesantes consagran sus fatigas 
A la felicidad del suelo pátrio. 
La juventud florida ráuda vuela 
A ejercitar la fuerza de sus brazos 
En pro de sus amados compatricios 
Del Dios guerrero á los gloriosos campos, 

¡Oh cual esas impávidas legiones, 
Como si fueran rayos fulminados 
Por la sana de Jove Omnipotente, 
Se lanzan á los monstruos inhumano?, 
Que de terror servil sobrecogidos 
Del Indo fuerte al formidable amago, 
Su existir libran á ominosa fuga 
Las armas por el tránsito sembrando ! 

¡ Y que contraste á las falanges bravas, 
Que de laúros sos sienes adornando, 
Y de palmas las suyas guarneciendo 
Con magestuosos y gigantes pasos, 
Déla inmortalidad al sácro templo 
Penetran de laureles coronados! 
Vanamente los déspotas cruéles 



10 EL PARNASO ORIENTAL* 



Mil designio* conciben temerarios 
A fia de derrocar la independencia 
Para elevar sobre ella el simdácro 
De la arbitrariedad; la negra furia 
No podrá restaurar su esterminado 
Trono fatal, por mas que coa esfuerzo* 
Impotentes tal ánsie : sofocados 
Serán cuando al heroico sentimiento 
De libertad civil, enagenados 
Los corazones con ardor provocan 
Todo riesgo por don tan soberano. 
Rubor eterno ai mísero egoísta, 
Que idolatrando «1 interés privado 
Indiferente existe, y no coopera, 
Cual debe £ los progresos del Estado : 
Cesará su memoria cuando cése 
De habitar «en la tierra que ha afrentado, 
En tanto, que los héroes de la Patria 
De sus hechos la gloria eternizando, 
Homenajes sinceros de sus hijo* 
Recogerán á sus hazañas gratos, 

¡Cuan seductora, idéa! Compatriotas, 
Yo os mko taanspofitar, considerando 
Un tan encantador prefteotimionto 
De honor, y glo* ¡4 al nombre Americano. 
<? Quién habrá, que consie&ta por mas tiempo 



EL PARNASO OMÍNTAL 13 



El imperio fatal de los tiranos ? 

No que subió al Olimpo el fuerte grito 

De los hijos del Sud así clamando : 

O MUERTE, Ó LIBERTAD ¡ AugUSÍO VOtO ! 

Digno de ánimos nobles y bizarros* 
Ea, pues, valerosos Argentinos, 
Si tal resolución iremos fijado, 
Constantemente unidos conspirémos 
A realizar un roto tan sagrado. 
Nuestra causa no puede ser mas justa: 
Los recursos están en nuestros brazos; 
Purguemos de rivales á la Patria, 
Y para siempre libres nos hagamos. 

[1812*) 



14 EL PARNASO ORIENTAL. 



ODA, 

COMPUESTA AL 25 DE MAYO DE 1813, DELANTE 
DE LA PLAZA DE MONTEVIDEO, 

[ DE D, JUAN RAJ4QN ROJAfl. * ] 



A mi ardiente clamor en este día 
Volad genios del canto, 
Musas corred, y el don, j el álroo encanto 
De vuestra melodía 
Me prodigad sin fin; así animado 
Saludaré á mi Patria enagenado. 

Eterna gloría Sud-Americano 
A nuestro patrio suelo, 
Gloria eterna I repítase en el Cielo, 
En el soberbio Océano; 



* Argentina 



EL PARNASO ORIENTAL. 



15 



Gloria eternal las avecillas canten 

Y gratos trinos á mi par levanten. 

A tu espleudor tributo este mi ensayo 
Mes de América hermoso, 
Tronó el tirano el yugo ponderoso 
Veinticinco de mayo 
Rompióse en tu presencia, y se gozaba 
El ciudadano, y de placer lloraba. 

Brillante asiento ocupas magestuoso 
En nuestro augusto templo, 

Y sumiso te admiro y te contémplo. 
¡ Oh dia poderoso ! 

Allí la Libertad reina contigo, 
Ella te felicita en su testigo* 

Tú el término fijaste á mi deséo 

Y á mi libre existencia, 

Fuiste elegido por la independencia 
Para justo recréo 
Del militar, del sábio, del infante, 
Del tierno esposo y delicada amante. 

Jamas el tiempo borre tu memoria 
Ni estos gratos loores; 



16 EL PARNASO ORIENTAL. 



Siempre te llameo Mayo de las Flores 

Y precursor de gloria : 

El malo huya de tí, tiemble, se oculte, 

Y al despecho se entregue, y se sepulte. 

Se presenta la aurora en el Oriente 
Con rosado semblante, 
Saluda al veinticinco y al instante 
Sale el Sol refulgente, 
Que saludando á Mayo venturoso, 
Un rayo le dirige luminoso. 

Ejército, romped, romped la salva 
Del bronce estrepitoso; 
Himnos mil entonad, siempre afanoso 
Desead que venga el alba 
Que nos retorne tan felice dia, 

Y la unión nos proteja, y la alegría. 

[ 1813. ] 



EL PARNASO ORIENTAL, 17 



A LA ACCION DEL 31 DE DICIEM- 
BRE pe 1813. 

ODA. 

[ DE D« JUAN RAMON ROJAS. * | 



Yo cantára los triunfos y la gloria 
De mis caros hermanos 
Honor del siglo ¡ oh Sud-Americanos ! 
Yo escribiéra la historia 
Dibujando el cuadro, do sus hechos 
Estampase, y sus ínclitos derechos. 

Pero es empresa que t mi débil pluma 
Encargarse no debe; 
La mano tiembla, que ella no se atreve 
A reunir la suma 
De tantos pormenores singulares, 
Que honran felices nuestros patrios lares* 



Argentino. 



18 EL PARNASO ORIENTAL. 



Su cítara divina déme Apolo, 
Néstor su gran prudencia; 

Y si Homéro rae infunde su elocuencia, 
Del uno al otro Polo 

Irán mis écos por el aire vago, 
Por senda oculta, y anchuroso lago. 

Del treinta y uno el triunfo y la victoria 
Hoi repita mi canto : 

¡ Cuánto hai que referir, oh numen, cuánto 
Digno de otra memoria! 
Pero supla otra vez lo que no digo 
Quien de la heroica acción fuére testigo. 

Preparadas las huestes del tirano 
Que alhagan su deseo, 
Salen altivas de Montevideo, 

Y al bravo Americano, 

El yugo llevan y la cruda muerte 
Por amargar así su feliz suerte. 

Intrépido el sitiado no vacila : 
Anima á bus soldados 
Con la horrible armadura sofocados : 
Corre de fila en fila, 
Dá la señal, y en marcha redoblada 
El campo cruza la terrible armada. 



EL PARNASO OttTOSWTAL. 19 



Los hijos de la Patria confiados 

En fíu milicia y brío, 
Desprecian del tirano el poderíor 
De su furor guiados* 

Desprecio que en la guerra mal fondado 
Al débil y abatido ha entronizado. 

Penetra por la izquierda con prestirá 

Y al sitiador sorprende, 

Que, animoso no obstante se defiende* 

Y rechazar procura 

La hueste de los crueles opresores, 
Que no perdona incautos moradores. 

En los albores del glorioso día 
Ufanos se gozaban; 
En su línea temibles resonaban 
Por sello de alegría 
Heridos los clarines y tambores, 
Pero fué su alegría en los albores* 

Al Cerrito llevaron la bandera 
Que luego tremoláran; 
Su róbia y su despecho redoblaran : 
¡ Musas, Musas, quien fuéra 
Elocuente esta vez ! ¡ Con que colores, 



SO EL OftIENTAL. 



Fintára yo á los fuertes sitiadores ! 

j Hijos del Dios guwrero y de Betonft 
Dad espíritu al cánto ! 
Que aligara la Fama niela en tanto 
Hasta la ardiene Zona, 
Diciendo con acénto acelerado, 
Que «tais ceQidoa del laurel 3 agrado. 

Como la nove negra amenazante 

Que mas y mas se aumenta 
Anunciando la horrísona tormenta, 

Y en un pequeño instante 

Rompe el trueno, la lluvia, el sordo viento, 

Y el rayo qu& estremece el firmamento. 

De esta manera el sitiador se avuza 
Uniendo sus legiones; 
Se aprérnian, se encarnizan tos campeones 
Sediento» d<e venganza, 

Y disparando atroz la artillería 

En noche obscura se convierte el dia. 

Veloz kt muerte galo presurosa 
Del canon ominoso, 
Que causando m estrépito espantoso 



EL PAMt ASO ©MENTAL. 91 



La arroja sanguinoso 

Do el cruel disputa con ferviente coto, 

Y cubre de cadáveres el suela 

Retroceden, atropelkm los Libertó» 
Que aman sus pavellonee; 
De la Patria loe bélicos Dragases 
En el avance espértos 
El córbo empuftan, y á dó quier apto enfilan, 
Todo destruyen, matan* aniquilan. 

Cuerpo» dividen, y á bayonetazos 
Rompen ingratos pechos, 
Que teñidos en sangre, son deshechos 
En menudos pedazos : 
Los bronces y fusiles ensordecen, 

Y ondeantes de humo las columnas crecen. 

Viéras allí acometer furioso 
Al soldado postrero. 
Que descargando su cortante acéro 
Derriba al poderoso, 

Y del membrfido brazo al golpe fuerte 
Le cúbren las tinieblas de la muerte. 

Los blandenguez audaces y aguerridos 



92 EL PARNASO ORIENTAL. 



Ardorosos sostienen 

Un gran fuego» se estrechan y se encienden 
Con los contrarios, que despavoridos 
Desalojando el punto de la gloría, 
Renuncian al honor y la victoria. 

Desordenados, pálido el semblante, 
El aliento oprimido, 
Temiendo de la bala el cruel sil vid o, 

Y con pié retemblante, 

Húyen, corren» se esconden, se retiran, 

Y al vencedor respetan y lo admiran. 

Como cuando se estiende por un monte 
La llama luminosa, 
Que el resplandor colora el horizonte 
Coa variedad hermosa, 
Voraz subiendo hasta la verde cima 
Que parece que Febo se aproxima ♦ 

Así las armas de los sitiadores 
De lejos resplandecen : 
Cuanto mas lidian, mas se ensoberbecen 
Sus brutos voladores, 
Que bañados de espuma, magestuosos, 
Son después de la lid, aun mas fogoso*. 



EL PARNASO ORIENTAL- 23 



¡Viva la patria ! gritan loa temibles : 
Bravos, la patria viva, 
Las sitiadoras claman, y la oliva, 
Sus cuidados sensibles 
Llevan rodeadas de olorosas flores 
Para teger guirnalda á sus amores. 

Con los vivas el campo resonáia i 
Ríe el plácido Oriente : 
El eco hiende el aire, y á Occidente 
£1 triunfo publicára; 
Rápido vuela, y lleno de alegría 
Lo lleva al Norte, corre al Mediodía. 

Los guerreros se suben á la cumbre 
Del Cerrito Victoria, 

Y en tanto que eternizan su memoria 
El Cielo vierte lumbre : 

El rúbio Apolo para en su carrera, 

Y se suspende en la celeste esféra. 

Número Seis, Blandeguez, y Drargones, 
Valientes Atilleros, 
Ilustres Voluntarios, compañeros 
De espada y condiciones: 
La Libertad sus dones hoi reparto A° 



24 EL PARNASO ORIENTAL. 



Con vosotros, piogénie del Dios Marte. 

Revolución del Sud, yo te saludo 
Exáltado y contento; 
En tus hijos ufano te presento 
Impenetrable escudo : 
Y mientras suena un verso mas sonoro, 
Himnos entone el Apolíneo coro. 

[1813.] 



EL PARNASO ORIENTAL. 25 



\L HEROICO EMPEÑO DEL PUEBLO 

ORIENTAL. 

ODA, 

[ Di D» FRANCISCO A2AVCH0- * ] 



Opresión ! ♦ . - .Tiranía Cruel acento, 

Fatal aliento impuro, 

Que desprendido del abismo oscuro 

Inspiras al mortal atroz tormento! 

Desarma la fiereza, 

Que es superior él tí naturaleza* 

¿ Cual frenesí te indujo á declararte 
Contra el voto sagrado 
De los virtuosos pueblos, que han jurado 
Con sus robustas manos sofocarte, 
O dar con complacencia 
Antes que ser esclavos su existencia ? 

En vano de mil formas revestida 
Alucinar pretendes 

+ Oriental. 



3 



26 EL PARNASO ORIENTAL. 



Al Oriental, que esclavizar emprendes; 
Tu astúta usurpación le es conocida : 
Al punto se previene, 

Y si no la destruye la contiene, 

¿ Tanta sangre vertida en la defensa 
De los justos derechos, 
Que tiene un pueblo, sus gloriosos hechos 
Debieran coronarse con la ofensa, 
De que ingratos hermanos 
Convertidos se viesen en tiranos ? 

No . . • - que este don precioso, inestimable, 
De Libertad fué dado 
Por el Supremo Autor de lo criado 
Al hombre, de quien es inalienable, 

Y en su razón comprende 

El deber de oponerse á quien le ofende* 
Pueblo Oriental, enérgico, sublime 

Tú conocistes el precio 

De aquel bien soberano; con desprecio 

Superaste el escollo, que reprime 

Al déblil, ó egoista 

Que retrocede del peligro á vista. 
Espesos montes del feráz Oriente, 

Asilo generoso 

De tantos héroes, á quienes odioso 
Fué á los tiranos humillar su frente; 



EL PARNASO ORIENTAL. $7 



Etérno monumento 

Seréis de bu constancia y ardimiento. 

Y tú, modélo de los hombres libres» 
Impertérrito Artigas, 
Vencedor de loe riesgos y fatigas, 
Arístides virtuoso, mientras vibres 
El acéro luciente, 
Vivirá el Oriental independiente. 

Por tí aparece la deseada aurora 
Del memorable dia, 
Final para la horrenda tiranía, 
En que la dulce Libertad señora 
Fija su trono augusto, 
Cubriendo á la opresión de acérbo sústo. 

¡ Oh Provincia Oriental ! Eleva al cielo 
Oblación obsequiosa, 
Porque de tus rivales victoriosa 
Mantienes séres libres en tu suelo, 
Que protestan ufanos 
Antes morir que cohsetir tiranos. 

[ 1814. ] 



5 



96 SL PARNASO ORIENTAL 



SENTIMIENTOS DE UN PATRIOTA. 

UNIPERSONAL * 

{ DE »♦ BARTOLOME HIDALGO * ] 



Especie de bosque* — Música patética, y concluida saldrá por 
el céntro rm Oficial con espítelas, sable y látigo. 

Qfic.-ph Patria} ¡oh Patria í ¿A tu sagrado nombre 
Quién resistir podrá ? ¿ Qjiién indolente 
Verá que loa tiranos hoi tu séncx 
Rasgan atroces; manchan insolentes ? 
¿ Cuál és el que en la crápula sumido 
A su pasión se entrega, y torpemente 
Deja que le redoblen las cadenas 
Y la cerviz al yugo le sujeten? 

* Esía composición fué ejecutada en el Teatro de Montevi- 
deo en la noche del día 30 de Eneio de 1916. [Nota del Edi- 
tar.} 

* Oriental, 



EL PARNASO ORIENTAL. 89 



¿ Quién que á tí pertenezca es tan ingrato 
Que te mire ultrajar impunemente? 
¡ De imaginarlo solo me estremezco! 
Pechos de mármol, insensibles seres : 
De Libktad el grito hiénde el aire : 
Romped los grillos, y después alegres 
Tomad las armas y el derecho jttflto 
Disputad; que ya veo los lauréle* 
Sobre vuestras cabezas confundiendo 
El despótico orgullo de Jos cruéles. 
La depresión y el vil abatimiento * 
Huyan de un alma noble, pues no debo 
Sino solo pensar que nació libre, 
Y Libertad clamar, ó heroica muerte. 
Pero si alguno hubiese entre nosotros 
Que estos mis sentimientos no alimente, 
Desparézcase al punto, y no profane 
Lugar que solo un Ubre ocupar puéde. 

Música apastóle, entretanto saca una gazeta que Ice para 
sí, y después dirá — 

Patricios constantes, 
Sud-Americanos, 
Amigos, hermanos 

En cordura y valor siempre triunfantes; 



Con entereza. 



30 EL PARNASO ORIENTAL. 



Heroicas legiones 
Que al Perfi victorias, 
Libertad y glorias 

Lleváis, dando por leyes condiciones: 

Diamantinos pechos, 

Que al audáz tirano 

Con espada en mano 

Disputáis de la Patria sus derechos; 

; Nunca infortunado 

El hádo os estreche ! 

Tampoco os despeche 

Algún pequeño triunfo del malvado í 

A un triste accidente 

Vuela una ventura : 

Suerte y desventura 

También hemos tenido en el Oriente. 

En asédio ddro 

Yo vi k mis paisanos 

Presentarse ufanos, 

Y estrecharse animosos contra el múro. 

Lloraban la suerte 

De aquel destinado 

Tal vez por el hádo 

A recibir con gloria honrosa muerte. 

En la pena mudos, 

Si un poco descansan 



EL PARNASO ORIENTAL, 31 



Furiosos se avanzan 

Presentando sus pechos por escudos. 

Cajas dentro. 

Pero el parche suena 

Y el deber me llama, 
El pecho se inflama 

Y á presencia del gozo huye la pena. [VaseJ 

Música bélica : se correrá un telón que hasta este acta debe 
cubrir el resto del bosque: varios árboles, uno con elpa- 
hellon de la Provincia, y saldrán por entre ellos 16 sol- 
dados, 14 con fusiles, 2 sin ellos, y algunos mal unifor* 
modos : los formará delante de los árboles un sargento* 
y quedarán descansando sobre las armas. La música 
habrá tocado todo este tiempo : el Oficial dirá señalando 
á ellos. 

¡ Hélos allí á los valientes hijos 
De la Patria, mis caros compañeros 1 
¡ Desnudos, con miserias y fatigas, 
Pero de heridas y de honor cubiertos! 
¡ A los que presididos de mi espada 
De constancia y valor dieron ejemplo, 

Y entre el canon, la muerte y terrorismo 
El ponderoso yugo sacudieron ! 

¡ Salud amigos ! ¡ Salud almas libres ! 
i Hijos dignos del Sud, que combatiendo 



32 



EL PARNASO ORIENTAL. 



Por la causa mas justa de los hombres 
Libertáis de tiranos nuestro suelo ! 
Proseguid, proseguid : siempre mi brazo 
Estará con vosotros, y mi aliento. 
Seis años de fatigas, y de glorias; 
Seis años que olvidados del recréo 
De nuestro hogar, esposas, tiernos hijos 
Corremos las campañas cuando Fébo 
Con sus ardientes rayos nos aflige, 
O cuando el aquilón en crudo invierno 
Derriba plantas, árboles, y troncos 

Y el campo delicioso deja yermo; 

Seis años nonos bastan, bravos héroes: 
Aun es fuerza pelear con gran denuedo: 
La América del Sud nos dio su cuna; 

Y su causa ardorosos defendiendo, 
Nuestra existencia, nuestros intereses 
Es de justicia que sacrifiquemos. 
Quien falta á sus deberes pierde al punto 
Toda la dignidad de su? derechos. 
;Cuál tendremos nosotros á la Patria 
Sin retribuirle cuanto le debemos? 

De nuestro horror al yugo, nadie duda ; 
¿ Quién no nos vio con el luciente acéro 
Lidiar el treinta y uno, y el catorce 
Do sangre, y humo, y de sudor cubiertos ? 



EL PARNASO ORIENTAL. 33 



¿ En la terrible acción dada en las Piedras 
Nos vio retroceder el monstruo fiero ? 
Del Paraná las náyades alegres 
La acción celebran, cuando en Sari Lorenzo 
Perdió el tirano; y luego bulliciosas 
Tienden por la planicie sus cabellos. 
Amigos, los trabajos en nosotros 
Asombramos no deben, y escediendo 
En tesón al famoso, al gran Leónidas, 
Redoblemos las glorias y el esfuerzo. 
La vida muelle y el colchón de rosas * 
Huya á la vista de un audaz guerrero, 
Que no es justo sus miembros se recreen 
Mientras que brazos pide el patrio-suelo. 

Música : el Oficial reconocerá á los soldados desarmados 
arrancará de un árbol dos varas en las que se enluts- 
tarán dos cuchillos, y ellos volverán á su formación. 

Mas no solo el valor y la constancia 

Presidir deben hoi nuestros derechos . 

Otras virtudes hai, otras virtudes 

Que nuestro nombre heroico hagan eterno : 

Union sin ambición, filantropía, 

Dulce fraternidad : mirad guerreros 

Cuales son los canales que derraman 



* Con entereza. 



34 EL PARNASO ORIENTAL. 



El almo bien á nuestro pátrio-suelo ! 
¿ Qué males no ha causado la discordia ? 
Los dilatados y soberbios reinos 
Fueron destruidos luego que este monstruo 
Fijó su torva vista, y ceño horrendo ! 
¡Mirad la historia, y asombraos amigos ! 
¿Ved á loe valerosos Agarenos 
Por siete siglos dominar la I^éria; 
Mas desunidos en pequeños reinos 
Ceder á la cautela y vigilancia 
Del infante Peí ayo y compañeros ! 
Hernán Cortés con un puñado de hombres 
Surca el Océano procurando puerto, 
Que el Nuevo Mundo le negára siempre, 
A no estar en discordia y fieros zelos 
Los hijos de Tlascala y Motezuma; 

Y valientes cual simples los primeros, 
A Motezuma hicieron crúda guerra 
De triunfos coronando al Estremeño, 

Y llorando, aunque tarde, el Nuevo Mundo, 
Que cediéran por fin á un estrangero ! 

En el Perú Pizarro, ese vil monstruo 
Con sus secuaces cruéles, y perversos 
Obtuvo gran poder sobre los Incas; 
Porque en gran desunión, observó luego 
A Huáscar y jítahuatpa, que engañados 



EL PARNASO ORIENTAL. 35 



Ambos su vida, y libertad perdieron. 
Venid á nuestros dias, ved los males 
Que trae la desunión : ¡ved los Chilenos ! 
Ved .... ¡ el sentimiento amigos * 
No dá curso á mi voz, un triste velo 
Echar quiero á la historia desgraciada 
Que hizo tan gran perjuicio al gran suceso 1 
Pero no importa; aun en tiempo estamos t 
De reparar los males y los yerros. 
¡ Union, amigos, la amistad sagrada 
De laureles nos ciña y de trofeos ! 
Amor á vuestros gefes, fieles hijos, 
Gran subordinación, ju&to respeto : 
¡ Tiemblen los enemigos cuando sepan 
Que la unión nos sostiene en lazo estrecho ! 
Convidemos con ella siempre ni hombre 
Que libre quiera sér, que este derecho 
A todos concedió naturaleza : 
Cochabambinos fuertes, y Pazeños, 
Cordobeses, Salteííos, Tucumanos, 
Argentinos y hermanos los mas tiernos 
Del resto de Provincias que hoi defienden 
La Libertad del Meridiano-suelo, 
Con la unión os convida vuestro hermano 



* Con sensibilidad. 
•\ Con tóno agradable. 



6 



36 EL PARNASO ORIENTAL. 



Que ánsia por estrecharos en su pecho! 

Los que por adopción la justa causa 

Defendéis, también sois mis compañeros : 

Con lábio cariñoso á tí este dia 

Me quiero dirigir ¡ amable secso 

Interesado en nuestra gloria y pena : 

Las que amáis con tesón mis sentimientos 

Recibid de mi afecto los servicios, 

Ya que ocupo un lugar en vuestro afecto ! 

j Todos corred que ansioso entre mis brazos 

Quiero oprimiros, y admiraros quiero ! 

Toma el pabellón y dirigiéndose á los soldados dirá : 

Mirad el pabellón que esta Provincia 
Reconoce por suyo : defendedlo : * 
¡Tremóle desplegado en nuestros muros 
Símbolo fiel de tan heroico esfuerzo ! 
Si el tirano intentase arrebatarlo, t 
Antes en sangre y muerte se halle envuelto; 
El dia se encapote, gima el aire, 
La bóbeda celeste al róuco estruendo 
Despida rayos, y la triste noche 
Aumente su pavor : retiemble el suelo; 
Neptúno mande con acento horrible 

* Los soldados presentan lab armas» y las preparan, 
t Con entereza. 



EL PARNASO ORIENTAL. 37 



Al Océano que salga de su centro : 
Todo tiemble y destruya si se pierde 
El pabellón que ufano doi al viento» 
¡Viva la faaia, amigos ! 

Los soldados responderán con una descarga que mandará el 
sargento, quedando en su primera posición: cajas y 
música con marcha á un mismo tiempo, y concluida, el 
Oficial dirigiéndose al pueblo dirá : — 

¡ Oh, que gloria ! 

Sagradas sombras de mis compañeros, 
Cenizas frías de hombres inmortales 
Del sepulcro salid, oíd mis acentos : 
Antes que al yugo la cerviz humille 
Asiento y lauro entre vosotros quiero : 
Cuando llegue el instante de mis días, 
Dejaré á mis amigos el empeño 
De estampar en la losa que me cubra 
Estos mis liberales sentimientos : 
Por libertar mi Patria de tiranos 
La sangre derramé: tomad ejemplo. 



38 EL PARNASO ORIENTAL. 




AL ASOMAR EL SOL, 

EN LA MAÑANA DEL DIA 25 DE MAYO DE 1816, FUE SALUDADO 
CON UNA SALVA DE ARTILLERIA, Y AL MISMO TIEMPO LOS 
ftlñOS DE LA ESCUELA PUBLICA ENTONARON EN LA PLAZA 
DE MONTEVIDEO LA SIGUIENTE CANCION. 

f DE D* FRANCISCO 4RU7C1IO, * ] 



CORO. 

Al Sol que brillanfe 
Y fausto amanece, 
Aromas y cantos 
América ofrece. 
La lóbrega noche 
De la servidumbre 



* Oriental. 



EL PARNASO ORIENTAL. 



39 



Huyó de la lumbre 
Del Fébo de Mayo; 

Y al vér su carrera 
La infame opresión, 
Sionte turbación 
Tristeza y desmayo. 

CORO. 

La Patria despierta, 
Y su rostro hermoso 
Baña luminoso 
El rayo solar. 

La sorpresa priva 
De acción al placér, 
Llegando á entender 
Que ha sido soñar. 

CORO. 

Observa á sus hijos 
Que en torno la abrazan . 
Como despedazan 
Sus gruesas cadenas. 

La dicen ¡ oh Madre ! 
Llegado es el día 
De honor y alegría; 
Cesáron tus penas. 

CORO. 



40 EL PARNASO ORÍENTAL. 



Cíñete festiva 
El manto de estrellas, 

Y de flores bellas 
Adorna la sien. 

Recibe en tu séno 
De fecundidad 
La alma Libertad, 
El Supremo Bien. 

CORO. 

Ya los pajaritos 
De matiz ornados 
Cantan arrobados 
Tu feliz natál. 

Modulando trinos 
Con gracioso ahinco 
Al gran veinticinco, 
Al dia inmortal. 

CORO, 

La alígera Fama 
De una á otra Zona 
Festiva pregona 
Nuestro gran destino : 

Y los pueblos libres 
Al punto se inflaman 

Y con gloria esclaman : 
¡ Anuncio divino ! 



EL PARNASO ORIENTAL. 41 



CORO. 

Los siglos venéren 
Del ástro la gloria, 
Que vio la victoria 
De la humanidad 

Y siempre que asóme 
Su faz refulgente 
Diga reverente, 
La posteridad : 

CORO. 

Al Sol que brillante, 
Y fausto amanece, 
Aromas y cantos 
América ofrece. 



42 



EL PARNASO ORIENTAL. 



LAS INSCRIPCIONES SIGUIENTES 

ESTABAN COLOCADAS EN EL PEDESTAL DE UNA HERMOSA PI- 
RAMIDE ARTIFICIAL, FORMADA Elí CELEBRIDAD DEL ANI- 
VERSARIO DEL 25 DE MAYO DE 1816, EN tA PLAZA DELA 
CIUDAD DE MONTEVIDEO. 

[ DE P> BARTOLOME HIDALGO * ] 



Llegó el veinticinco, y al instante 
¡ Oh Sud-Americanos ! 
Desparecieron grillos, y tiranos, 

Y el dia mas brillante, 

Que el Meridiano suelo visto habia, 
Cual vosotros también resplandecía. 

Ved el gran Mayo bravos Orientales; 
Mirad á Mayo hermoso, 
Siempre esplendente, siempre magestuóso 
Con latiros inmortales : 
Himnos cantad á su eternal memoria, 

Y su nombre gravad en vuestra historia. 

* Oriental. 



III. 

Temblad tirano*, dijo Mato augusto, 
Respetadme tiranos; 
¥ vosotros ¡ oh Sud-Amencanofi i 
Vivid ya sin disgusto; 
Temed sangrientos, que mis rayo* vibre» 
Que aunque algún día esclavo» ya soi libro. 

IV. 

La Libertad á nuestro patrio-suelo 
Descendió en carro de oro; 
Rompió el horrible yugo, calmó el UórO, 

Y alegre se vio el cielo» 

Y al disputar los meses esta gloria 
Dijo la libertad : Mayo y victoria» 



44 EL PARNASO ORIENTAL. 



HIMNO 

A LA AÍEBTüfcA DE LA BIBLIOTECA DE MONTEVIDEO EL 20 
PE MAYO DE 1816. 

[ DE D. FRANCISCO ARAUCSO. * ] 



CORO, 

Gloria al nümen sácro 
Del feliz Oriente^ 
Que erige á Minerva 
Altar reverente. 

Ya se abren las puertas 
De la ilustración, 
Que artéra opresión 
Tres siglos selló ; 

Mantuvo entre sombras 
Su império ominoso, 



♦ Oriental. 



EL PARNASO ORIENTAL. 45 



Vino Mayo hermoso 
Y las disipó. 

CORO. 

Del Ubre sistema 
Fundamento estable 
Será el memorable 
Civil instituto, 

Dó á sus hijos tiernos 
La Patria prepara 
De la ciencia clara 
Cultivado fruto. 

CORO, 

Noble empresa ha sido 
Tras tantas penurias, 
De la guerra injurias 
Monumento tal, 

Que honra la memoria 
Del siglo ilustrado, 
En que le ha elevado 
El pueblo Oriental. 

CORO. 

¡Salve Biblioteca! 
Tallér del ingénio, 
Escuéla del génio 
Vida del sabér: 




40 EL PARNASO ORIENTAL 



Colmada te miras 
De preciosos á6m¡s 
Y jamas pregones 
Del tiempo el poder 

CORO» 

Del feliz Oriente, 
Qtee erige ú Mimrvm 
JÜtar reverente* 



KL PARNASO ORIENTAL. 47 



HIMNO ORIENTAL 

[ ANTIGUO. ] 

[ DC D. BARTOLOME HIDALGO * ] 



CORO. 

A campaña^ Su d-Jl mejicanas, 
Oíd */ ico del Ubre Oriental; 
JÍ campaña^ que un nttevo tirano 
Subyugarnos quiere á Portugcti. 

Sangre, luto, liantes y mas sufrieron 
Los valientes nativos del Sud; 
Gloria, nombre, Patria y mas ganaron 
Por su esfuerzo, constancia y virtud; 
Libres, libres clamaban ufanos 

Y la Fama que libres oyó, 

Llevó el eco de un Polo á otro Polo 

Y el tirano del eco tembló. 



• Oriental. 



48 EL PARNASO ORIENTAL. 



CORO. 

¿Y es posible que estando tranquilos 
Disfrutando nuestra libertad, 

Y ofreciendo al portuguez vecino 
Nuestros bienes y nuestra amistad, 
Quiera ahora robar nuestras casas, 
Nuestros campos venir á talár, 

Y sedientos del oro y riquezas 
Nuestro suelo querer usurpar ? 

CORO* 

¡ Miserables ! La espada y la muerte 
Os esperan, la rabia y furor : 
En Oriente ya no habrá tiranos, 
Es la muerte partido mejor. 
Hombres libres de nuestras Provincias 
Las legiones del Sud animad, 

Y soberbias que entren en la lficha, 
En la lucha de la Libertad. 

CORO. 

Por convenio de Fernando el triste 
Se ha resuelto esta guerra empeñar, 

Y esta Banda Oriental es la présa, 
Que el inicuo quiere devorar. 
Portugueses volved las espaldas, 
El consejo del justo atended : 



EL PARNASO ORIENTAL, 49 



Portugueses, id á vuestros láres, 
O el enojo de un libre temed, 

coro. 

Tiernos hijos, gratas compañeras, 
Desechad la congoja y pesar; 
Enjugad el patriótico llanto, 
Nuestros pechos os van á escudan 
La cadena rompióse por siempre, 
No mas grillos, ni yugo opresor: 
Preparad el laurel y la palma, 

Y tejed la corona de honor. 

CORO. 

¿ Qué os detiene, pérfidos tiranos ? 
A rohar nuestros campos venid, 

Y veréis á los hijos de Oriente, 
Cual se arrojan á la fuerte lid. 
Vuestra sangre saldrá á borbotones, 
Que los libres luego pisarán, 

Y al contorno de tiranos yértos 
Esta marcha dulce cantarán. 

CORO. 

A campaña, Sud-Americanos^ 
Oíd el éco del libre Oriental; 
JÍ campaña, que un nuevo tirano 
Subyugarnos quiere á Portugal* 



40 EL PARNASO ORIENTAL. 



DESPEDIDA 

DE Ir AS DAMAS ARGENTINA? A LOS ORIENTALES, CUANDO 
ESTOS PASARON DESDE BUENOS AIRES A LIBERTAR SU TAIM f 
DOMINADO POR LOS PORTUGUESES EN EL AÜO DB 1825* 



SONETO* * 

Céda de amor la deliciosa Dama 
CuaDdo un grito mas noble, y penetrante. 
De las Porteños en el pecho amante 
El fuego p&trio abrasador, inflama. 

Hoi por vosotros ouestro suelo clama; 
Prenda de nuestro amor tierno, y constaate, 
Marchad sia vér el llanto que este infltaafr» 
De nuestros tristes ojos se derrama, 

¡ Adiós ! Vengad la Patria á nuestros brazos 

Volveréis algún dia vencedores, 

Y mas tiérnos serán nuestros abrazos, 

Y mas dulces serón nuestros amores, 
Id, y venced; cuando el tirano muera, 
El beso en nuestros lábios os espera. 



* De incierto autor* 



EL PMWASO ORIENTAL. <ft 



CANCION GUERRERA. 



PUBLICADA EN BUENOS AIRE» AL DECLARAR LA GUERRA AL 
BRASIL, Y A CONSECUENCIA DEL GRITO DE LIBERTAD 

dado por Loa ORIENTALES. 



/ A lA guerra, á la guerra 1 Argentinos ! 



Que la Patria y la gloria os Uamaron, 
Yes tm Dil quien no acude á su voz. 

De la raza funesta de reyes 
Abortó Portugal un tirano, 
Que ambicioso se lanza al Océano, 
Y altaneío estas playas holló, 
* Argentino. 




[ DE 1>. JUAN CEÜZ VAJHSLA* * ] 



CORO. 




53 EL PARNASO ORIENTAL. 



Al escándalo nuevo y horrible 
De mirar en América un trono, 
En los libres renace el encono 
Que esa estirpe fatal inspiró. 

coro. 

Sorprendido, impotente, doblaba 
El Brasil la cerviz orgullosa, 

Y el tirano con piante ominosa 
De sus hijos el cuello pisó. 
Engreído del pérfido triunfo! 
No bastó una nación á su enojo, 
E insolente con bárbaro arrojo 
Nuestra Patria en su furia insultó, 

CORO* 

El valiente Argentino dormía 
A la sombra de palma y laureles, 
Que otra vez en batallas cruéles 
De la garra arrancó de un León, 
Pero al grito feroz del agravio, 
Despertó del letargo profundo, 

Y una voz repitió por el mundo : 
Ya está en pié la terrible Nación. 

CORO. 

Agitóse el gran Rio del Plata, 

Y sus ondas zañúdo moviendo, 



EL PARNASO ORIENTAL. 53 



De rivera en rivéra cundiendo 
Iba en ellas el nuevo furor. 
En los hijos de Oriente, oprimidos 
Esta llama encendióse primero, 

Y afilaron el fúlgido acéro 
Que brillar no se vio sin honor. 

CORO. 

Mas bien pronto en el suélo Argentino 
Derramóse el furor de matanza, 

Y el valor, excitado á venganza, 
De pavor al tirano llenó. 

Sin consejo, su cétro ominoso 
Por la lanza cambió de Mavórte, 

Y abandona su pérfida corte 
Porque el trono temblando sintió. 

CORO* 

¡ Argentinos valientes, al arma ! 
Que la trompa sonó de la guerra, 

Y no imptíne profáne la tierra 
De los reyes un vástago vfL 

El conduce á morir sus esclavos : 
Morirán; mas nosotros marchemos, 
Y, pisando sus cuerpos, gritémos 
; Libektad, Libertad al Brasil! 



54 EL PARNASO ORIENTAL. 



CORO. 

Hoi de tanto guerrero Argentino 
Se conmueve la tumba gloriosa, 
Y, arrojando la frígida losa, 
Se presentan con nítida fáz. 
Ellos gritan : "Tomad nuestra lanza, 
„ ¡ Oh vivientes ! Seguid nuestro ejemplo, 
„ De la gloria inmortal es el templo, 
„ Y la vida un momento fugáz." 

CORO. 

Reposad, reposad, raza de héroes* 
Vuestro ejemplo al honor nos convida; 
De la. Patria, á quien disteis la vida 
Vuestros hijos son hijos también. 
Hoi por fin* nos unió la venganza; 
A vencer al tirano volamos, 

Y volver de la lid os juramos 
De laurél coronada la sien. 

CORO. 

¡ Argentinos, unión ! y marchemos* 
A humillar a] tirano insolente 
Que usurpo nuestros campos de Oriente, 

Y preíeade véja* la Nación. 
Escarmiente, ese. déspota altivo* 



EL FAEWASO ORIENTAL. 55 



Que á insultar nuestra Patria se atreve, 
Y que lejos de América lléve 
A los reyes la horrible lección. 

CORO, 

Argentinas hermosas preparan 
El jazmín, la azucena, y la rosa, 
Con que adornen sus manos la fosa 
Del valiente que espire en la lid. 
Pero no : que preparan coronas 
Con que ciña su frente el guerrero, 
Cüando envaine triunfante el acéro 
Que hoi tremendo se mira lucir. 

CORO. 

/ A la guerra, á la guerra, Argentinos ! 
El acéro empuñad vengador; 
Que la Patria y la gloria os llamaron. 
Yes un vil quien no acude á su voz. 



56 EL PARNASO ORIENTAL. 




A LA VICTORIA COMPLETA 

CONSEGUIDA POR LOS BRAVOS ORIENTALE» SOBRE LAS FUER- 
ZAS BRASILERAS, EL DIA 12 DE OCTUBRE DE 1825, EN ÍL 
LUGAR LLAMADO LA ORQUETA DEL SARANDÍ. 

ODA. 

I ȣ D, JUJJtf CRUZ TARELA. * } 



¡ Pueblos oíd ! ¡ Escarmentad tiranos ! 
La venganza que toman las naciones 
De los que insultan sus sagradas leyes. 
Es la justicia que el Omnipotente 
Hace de los delitos de los reyes. 



* Argentino, 



EL PARNASO ORIENTAL. 57 



La cadena de ferréos eslabones 

Con que está siempre atado el viejo Mundo, 

Al pié de un insolente 

En silencio profundo. 

En una época horrible, y ja distante, 

Se tendió mas acá del mar de Atlante* 

Un día se trozó; y el mismo día 

Se vio en los Cielos, aunque tarde, justos, 

Un letrero de lumbre que decía ; 

" Los decretos augustos 

„ Del único señor de los humanos 

„ hacen libre la América por siempre, 

„ Y abandonan la Europa á los tiranos. 11 

<*Y el Brasil? ¿ El Brasil cómo consiente 

Que en infáme sitial llamado trono, 

Un déspota lo insulte, 

Y en medio de la América se siente ? 
Mas ¡ como consentir í Ya el truéno rueda 
En la cabeza del monarca intruso; 

Y en la Banda Oriental del Rico Rio 
El rayo ya estalló ! Bien corto queda, 
Bien corto el tiempo; y el presagio mío 
Tendrá su cumplimiento. 

¡ Hombres oprésos ! Recobrad aliento, 
Alzada alzad las vengadoras manos; 
2 Pueblos oíd ! ; Escarmentad tiranos ! 



5 



68 EL PARNASO ORIENTAL. 



¡ Dia de salvación y complemento ! 
Ya amaneciste en Sarani>í ! ¡ Orientales! 
¿ Qué genio os inspiró ? <? Qué génio vino 
A escribir nuevamente los anales 
Del hombre libre y su feliz destino, 
Con sangre de opresores ? 
¿ Con sangre destinada á una venganza, 
Por vosotros, humanos, no deseada, 
Por ellos inhumanos provocada? 

Hélos ya bajo el filo- — Usurpadores, 
¿ Do está vuestro poder? ¿No éra que un diu, 
Cuando recien el germen se movía 
De abrasadora guerra, 
En el silencio de domada tierra, 
Vuestra faz altanera 
De sonrisa insultante se cubriéra ? 
Probad, probad ahora 
Cuanto es de fulminante y vengadora 
La espada que alza el Oriental valiente; 
Ved como sabe de laurél de triunfo 
Ceñir la enhiesta frente, 
Y vengarse con muertes á millares 
De un solo insulto á sus patérnos láres. 

Abrete, historia, y múestra en qué regiones, 
En qué época del mundo, qué naciones 
Presentaron jamas un grupo aislado, 



EL PARNASO ORIENTAL. 59 



Desvalido, indefenso, 

De hombres que atravesando un rio inmenso. 
Hasta la orilla opuesta se lanzaron, 

Y el fuerte grito de la guerra alzaron? 
Era su Patria aquella; era su patria, 
A esclavitud horrible condenada, 

Y á los Americanos 

Ser patriotas les basta, y ciudadanos. 

¡ Oh querer eficaz del hombre libra ! 
Ellos pisaron su natál orilla, 
El suelo pátrio con dolor besaron, 
Y, al alzar la rodilla 
Que del Eterno ante la faz doblaron, 
O pronta muerte 6. Libertad juraron. 

Todo el Oriente se inflamó al momento 
En el fuego sagrado 
Que Libertad enciende, 
No lleva tan veloz el raudo viento 
En los estivos meses 
La llama abrasadora, cuando prende 
En los secos despojos de las miéaea. 

Y la lid empezó. Pero empezada, 
¿ No la veis acabar ? ¡ Cuanto sepulcro 
En Sarandí ee ha abierto! Un solo instante 
Vio las terribles háces opresoras 
Ufanas, engreídas, 



60 EL PARNASO ORIENTAL. 



¥ el mismo instantes las miro perdidas. 
Asi triunfan los libres: el amago 
No puede distinguirse del estrago. 

; Heróes f Si este renombre» 
Siempre dado al guerrero, 
Pero quizá no siempre verdadero, 
Ha sido alguna vez digno del hombre, 
Es hoi cuando mi musa reverente 
De adulación agéna, 
Con él saluda de entusiasmo llena, 
A loa ínclitos hijos del Oriente. 



EL PARNASO OMENTAL* 




CAMPANA DEL EJERCITO RUPTJ* 

BLICANO AL BRASIL, Y TRIUNFO DE ITÜZAINGD. 



i DE D. JUAN CRUZ VARELA. * j 



CAN» URICO. 

Las barreras del tiempo 
Rompió al cabo profétiea la mente, 

Y atónita se lanza en lo futúro, 

Y la posteridad mira presente. 

¡ Oh porvenir, impenetrable, oscuro ! 
Rasgóse frl fin el tenebroso velo 
Que ocultó tus misterios á mi anhelo : 
Partióse al fin el diamantino muro 



* Argentino. 



&t EL PARNASO ORIENTAL» 



Con que do mi existencia dividías 
Tus hombres» tus sucesos, y tus días. 

Mil siglos ya volaron 
Ante los ojos míos; mil naciones 
Con ellos perecieron; 

Y otras generacioAes, 

Y otros impérios á la vez nacieron : 
Empero la República Argentina 

Se salva sola en tan inmensa ruina. * 
Presente allá en las pósteras edades, 
Yeo que no ha quedado ni memoria 
De Griegos y Romanos r otra historia 

De admiración embarga el Universo; 

Otros hechos sublimes, otros nombres 

Miro allí consignados 

En las lineas fatídicas del verso, 

Y en páginas etérnas; y los hombres 
Los pronuncian de asombro penetrados, 

Y en respeto profúndo, 

Por los inmensos ámbitos del Mundo. 

No suenan las Termopilas, los llanos 
De Maratón no suenan; 



* No se olvide que este cauto fué hecho en una época, en 
4U* el Estado Oriental del Uruguay hacía parte integrante de 
la República A rgentina. [Nota del Editar.] 



EL PARNASO ORIENTAL, 63 



Platéa y Salamina 
Cual ai no fueran son; y ya no llenan 
Leónidas y Temístocles el Orbe; 
Que otra gloria mas ínclita domina, 

Y la atención del Universo absorve. 
Esos nombres ilustres se eclipsaron; 

Los de Alvear y de Brown los reemplazaron; 

Y en todos los anales de la guerra 
Ituzaingó y el Uruguay escritos! 
Enseñan á los reyes de la tierra 
Que los Libres no sufren sus delitos. 

Descended ácia mí, numen del cánto, 
Mientras el génio de la historia corta 
La pluma de oro, que á la tierra deje. 
Cual yo la miro en el momento absorta* 
Mientras jáspes, y mármoles, .y bronces 
El buril no penetra, 

Y á los siglos de entonces 
Gravada pasa indestructible letra; 
O mientras en estatuas colosales 
El Mundo no conoce todavia 
Esos Republicanos inmortales 
Que dieron glorias á la Patria mía, 
Descended ácia mí, mimen del canto; 
Y, si un mortal feliz pudiese tanto, 
Mi verso irá por cuanto Fébo dora, 



64 EL PARNASO ORIENTAL. 



Del Austro á los Triones, 
Y, loido en las playas de Occidente, 
Llevado por la Fama voladora, 
Admirará después á las naciones 
Que reciben la lumbre refulgente 
Del rosado palacio de la aurora. 
Sepultado en el báratro profúndo, 

Y respirando rencorosa saña, 
Porque ya no asolaba el Nuevo Mundo, 
Como cuando triunfamos de la España, 
El monstruo de la guerra concitara 

A la ambición sedienta; 

Y la ambición sangrienta, 

Que del monstruo los ecos escuchára 
A la Venganza en su socorro acude: 
La Venganza sus crímenes prepara, 
La Discordia sus vívoras sacude, 

Y su grito feroz hinche el Avérno. 
Estos genios del mal Juego quebrantan 
Las ciérnales puertas del infierno; 

Con hórrido alarido el Mundo espantan, 

Y al Brasil se lanzaron, 

Y el estruendoso carro despeñaron. 
Entónces ese déspota insolente, 

Que en el Brasil domina, 

Tiende á los bellos campos del Oriente 



EL PARNASO ORIENTAL. 65 



Una mano alevosa y asesina; 

Y con euojo horrible» y bronco tono, 

41 No puede ser [clamó] que el Argentino 

„ Así se burle de la voz del trono, 

„ Y tenga mas poder que el del destino. 

„ El mió es dominar un Hemisferio, 

„ Que tubo la osadía 

„ De aspirar á ser Ubre en algún día; 

„ Ni basta á mi ambición mi solo inipério " 

Asi dijo el tirano; pero escrito 
Estaba ya en el alto Firmamento 
Con caracteres ígneos su delito, 
Con caractéres ígneos su escarmiento : 
Escrito estaba; y de la voz divina, 
Del fallo irrevocable, el cumplimiento 
Confióse á la República Argentina. 
Ella llamó á sus hijos, y sus hijos 
El flamígero acéro descolgaron, 
Esos mismos acéros, que algún día 
Las falanges Ibéricas segaron, 
Cuando otro rei imbécil nos quería 
Arrebatar la independencia cára, 
Y que el baldón de América durára. 

Ya tremolando por el aire veo 
Aquel mismo estandarte, 
Que entorno á la infeliz Montevideo 



66 EL PARNASO ORIENTAL. 



Pascaba fiéro el sangriento Marte, 

Cuando el muro cercaba 

Que de España las huéstes encerraba. * 

Ya las voces escucho 

De los mismos guerreros 

Que fueron el terror de los Ibéros 

En Pichincha, en Junin, en Ayacúcho; 

Guerreros Argentinos, que llevaron 

Triunfantes sus banderas, 

Desde la márgen del ondoso Plata 

Hasta el opimo Chile. Las barreras 

Etémas de los Andes so allanaron 

Al terrible marchar de los campéones : 

Parten de allí, cual rayo, á otras regiones, 

Y con igual decoro 

En el Perú la espada desnudaron, 

Y de sangre enemiga la lavaron 

En las corrientes del Rimac sonóro. 
El Ecuador los vio, Quito amagada 
Miró Argentinos, y quedó asombrada : 

Y hélos de nuevo aquí, y arder de nuevo 
En bélico furor toda la tierra ; 



* Alude el Poéta en este verso á la ocupación de esta plaza 
por las tropas españolas, á pesar de los esfuerzos de los heroi- 
cos hijos de Oriente para evitarlo. [Nota del Editor.] 



EL PARNASO ORIENTAL. 67 



JtiBto rencor á la Nación com mueve, 
Justa venganza cada pecho encierra; 
¿Y quién es el valiente qne so atré«e 
A conducir Jos bravos á la guerra ? 
¿ Cuál es el general, que en sí confía? 
¿Cuál es mas fuerte, si el acéro blande? 
¿ A quién la Patria sus venganzas fía? 
<¡ Cuál es el héroe, que á los héroes mande ? 
Alvear se presentó i toda la huéste 
Con Víctores festivos lo aclamaba; 
/ Este es el vencedor, elgénio es éste ! 

Y sus triunfos la huéste presagiaba. 
La espalda en tanto del inmenso rio 

Las náos Brasileras 

Oprimen formidables y altaneras; 

Y en vano, en vano, en belicoso brío 
Arde la capital, los campos arden* 

¿ Cómo atraviesan á la opuesta playa 

Los valientes de aquí, que, cuanto tarden, 

Crece el peligro en que la Patria se halla? 

¡ Tardar ! No lo consiente 

El marino impertérrito, terrible 

Que sintiéndose intrépido, invencible, 

Se decide á forzar á la victoria 

A que empiece á tejerle la corona, 

Con que algún dia en Uruguay las sienes 

10 



68 EL PARNASO ORIENTAL. 



Le adorne del laurél con que blasona. 

Alzóse Brown en la barquilla débil, 
Pero no débil desde que él se alzára, 

Y la espumante proa, 
Dividiendo las ondas cristalinas, 
Convierte al enemigo vencedora; 
Lo arroja de las aguas Argentinas, 

Y en un combate, y mi!, al Mundo enseña 
Que el poder es ser bravo, y que fortuna 
Del sublime valor, que la desdeña, 

No tiene en las hazañas parte alguna. 
Mientras contra la fuerza y el Destino, 
Brown combatía la tremenda flota, 
Quedaba libre el líquido camino; 

Y á la playa remota 
Volaban las legiones animosas, 

Que al causador de tan inicua guerra 

A mostrar iban ya que las banderas 

De la Pátria flameaban victoriosas, 

Lo mismo que en las aguas, en la tierra. 

" ¡ Salud, Banda Oriental ! j Salud campeones, 

„ Que desde Sarandi poseéis la gloria ! 

„ Fué vuestro primor paso una victoria, 

„ Vuestro ensayo primero hundir legiones : 

„ Ya la Patria os saluda; 

» Sus hijos sois; y, uniendo el Occidente 



EL PARNASO ORIENTAL. 69 



„ Su esfuerzo, á los esfuerzos del Oriente, 
„ Vuestros hermanos manda en vuestra ayúda*" 
Tal dijo Altear, cuando pisó la playa 
Opima, fértil, de riqueza llena, 
Que fué la presa de ambición agena, 

Y que ya libre para siempre se halla. 
Otra vez os imploro, 

j Oh númenes del canto ! 

Pulsad mi lira con el plectro de oro f 

O borro el verso que no alcanza á tanto» 

Oiga yo resonar :::::: ¿ Mas qué interrumpe 

El éco celestial de la armonía ? 

¿ Quién en voces horrísonas prorrumpe, 

Y destruye su grata melodía ? 
¡ Ai ! Que sonó la trompa 

La ronca trompa del feroz Mavorte, 

Y en belicosa pompa 

Se desprendió del campo la cohorte. 
¡ Oh madres Argentinas ! Contra el pecho 
Oprimid, oprimid el tierno infante, 
Que ya no tiene padre en adelante : 
¡ Esposas ! Empapad el yerto lecho 
En llanto de dolor, que ya partieron, 

Y la horfandad, y la viudéz amarga 
lia marcha del soldado precedieron* 
Derramando tras sí miseria larga. 



70 EL PARNASO ORIENTAL, 



Pero no; presentad á vuestros hijóa 
El valor de bus padres por modelo, 
Y dejad á las madres Brasileras 
Llanto sin fin, inacabable duéto; 
Que sus hijos caerán en las hiléras 
En grande muchedumbre, 
Cuando el filoso acéro córte un día 
El encorbado cuétlo, qüe sufría 
El yugo de oprobiosa servidumbre. 

¡Tirano del BraBÜ I Ya nuestros bravos 
Traspasaron el límite anchuroso 
Que divide la tierra de loa libres 
De la tierra infeliz de ios esclavos. 
Ahora es el tiempo de que el rayo vibre* 
Con que nos amagabas jactancioso, 
Cuando inmensos distancias separaban 
Ejércitos, y ejércitos; ni Márte 
En toe campos plantaba su estandarte, 
Ni nuestro Sol tus Aguilas miraban. 
¡Tirano del Brasil ! ¿ Adonde f adóode 
Los ministros están de tu venganza ? 
¿ O cuál es el lugar en que se eseóode t 
Huyendo de la bárbara matanza, 
Ese gttfpo venal, en cuya frente 
Miro la marca del esclavo nnprtea, 
Afrentando el valor del combatiente f 



EL PARNASO ORIENTAL. 71 



¡ Déspota ! Tú, que perpetuar pretendes 
La usurpación de una Provincia agena, 
¿ Tu mismo patrimonio no defiendes ? 
¿Y cuáles el poder do que blasonas. 
Si apenas nuestro intrépido soldado 
El umbral del Imperio ha traspasado, 
El suelo del imperio le abandonas ? 

¡Oh Dios! ¡Y aquesto es reí! Y un pueblo entero 
Su honor, su suerte, su vivir le fía ! 
Si; pero ya no roas; que llega el día, 
En que corona y cetro: : : :: ¿ Mas la sierra 
No es que, tronando, en derredor retumba, 

Y el eco clamoroso de la guerra 
Hinche U esféru, y por los aires zumba? 
¿No es que el casco y la lanza de Belona, 
Allá en la cima del lejano monte, 
Brillar se miran, cual nimbosa Luna, 
Cuando sube sangrienta al horizonte ? 

Sí; que yo veo la cavérna oscura 
Preñada de armas y hombres;- sin lanzarlos, 
Si no van nuestros bravos á buscarlos 
Al mismo pié de la fragosa altura : 
Asi Tesandro, y Menelao, y Epeonte*, 

Y Neoptoleino, y el astuto Griego, 
Para envolver en una noche infanda 

La ciudad de Nepluno en sangre y fuego, 



72 EL PARNASO ORIENTAL. 



Calcularon la estúpida confianza 
Con que hasta el pié del pérfido caballo 
El Troyano imprudente correría, 
Y, sin temer la bárbara asechanza, 
A su sombra tranquilo dormiría. 
Pero asi no será; pwque el guerrero 
A quien confió su libertad la Patria, 
Si es que aprendió de Marte 
Frió valor en el combate fiero, 
No osténtamenos el saber y el árte 
Con que preveé, dirige, determina; 
Yol arma del soldado, su ardimiento, 
£1 tiempo, la distancia, el movimiento, 

Y las dos fuerzas, y el lugar combina. 

Desde este dia, Al vea a, tu nombre au l :nta 
La lista de los grandes generales, 
Que ya la historia de la güera cuenta, 

Y á que tributa honor en sus anales. 
¡Talprémio ha merecido tu pericia 
En el árte fatal de la milicia ! 

¡ Fatal y necesario ! Derramado 
Por la eatension desierta, 
Donde horrorisa la natura muerta, 
Nada es que el Sol abrasador hostigue 
Al escuadrón valiente, 

Y no haya fresca linfa que mitigue 



EL PARNASO ORIENTAL. 73 



La séd rabiosa, inaplacable, ardiente: 
Su gloria es la fatiga; 

Y la bóveda espléndida del Cielo, 

O déla húmeda noche el negro velo, 
El solo techo que al guerrero abriga; 
Marchar es su descanso, 

Y áridos arenales sus caminos: 
Pero tienen valor, son Argentinos. 
Abrete, historia, y muéstrame aquel hombre 
Que, como de poder por prueba rára, 

En Córcega produjo la natura, 
Para que el universo se asombrara. 
Voluntad eficáz, omnipotente, 
Que trastornar el Orbe se propuso; 

Y trastornára el Orbe ciertamente, 

Y ya la especie humana no sería * 

Lo que la hizo el Criador en algún día, # 
Si conseguido Napoleón hubiera 
Que, como su ambición mandaba al génio, 
Su ambición á su génio obedeciera. 
Muéstramelo lanzado en su carrera, 
Todo el mundo ocupado de admirarlo : 
O deja que la olvide, por buscarlo 



** El pensamiento que bq eepresa en loa dos versos anotado* 
«s de Madama de Staeh [Nota del Autor.] 



6 



74 EL PARNASO ORIENTAL. 



Del Egipto en los bastos arenales, 

Seguido de Franceses inmortales. 

¡ Oh ! j Cual la Musa se complace ahora 

De ver que el mismo verso 

Que esa campaña describir podría, 

La campana de Alvear describiría ! 

Y atónito observára el Universo 
Que de! gran capitán el gran modelo 

No en vano se ha gravado en la memoria, 

Y que tenemos gloria 

Parecida á la suya en nuestro suelo. 

Mas ya salvan el yermo inhospitable 
Las huéstes Argentinas, 

Y mostraron su frente deleitable 
De Vallés las bellísimas colinas. 

¡ Brasileros, salud ! Los hombres libre» 
Con una mano vuestra mano enlazan, 
En signo de amistad; mas con la otra 
El acéro fatal con que amenazan 
Descargarán, cual rayo, sobre aquellos, 
Que al oro vil de un déspota vendidos, 
Intenten atrevidos 

Su fuerza y su valor medir con ellos. 
¡ Brasileros ! Mirad los que pregonan 
Su reoombret y sus hechos hazañosos; 
Mirad esos soldados que blasonan 



EL PARNASO ORIENTAL. 75 



Deque armaron sus brazos poderosos 

Por defenderos hoi, como abandonan 

Al furor militar del estrangero 

Vuestro honor, vuestra vida. ¿Y qué sería 

De vosotros ¡ oh pueblos ! este día 

Si el argentino acéro 

Fuese instrumento vil en viles manos 

De la ambición fatal de los tiranos? 

¿ Qué hacéis, que hacéis, soldados, 

Que ya no descendéis de la alta ctirabre, 

Y, por estas llanuras derramados, 

Ostentáis vuestra inmensa muchedumbre? 

¿Todo el tesoro que Valles encierra 

Abandonáis así ? ¿ No sois testigos 

De que recogen ya los enemigos 

Las ansiadas primicias de la guerra? 

¿Y están entre vosotros los valientes 

Que allá en el Volga y en el Rhin bebieron, 

Y, á la ambición y al despotismo fieles, 

A playas remotísimas vinieron, 

En demanda de gloria y de lauréles? 

¡Que ! No hai audacia en el feroz Germáno, 

Y audacia no hai en el Sicambro fíéro, 
Para bajar al llano 

Cou ímpetu guerrero, 

Y que triunfe el valor y no la suerte, 

11 



76 EL PARNASO ORIENTAL, 



En los campos horribles de la muerte ? 
jVano esperar ! Ni en la enriscada altura 
Defendidos se creen. Asi acosada 
Del veloz cazador tímida cierva, 
Mas y mas se enmaraña en la espesdra* 

Y aun su pavor conserva, 

Ya del venablo y del lebrel segura* 

¡Ministros de un tirano! 
Mirad, mirad la marcha triunfadora 
Con que avanza la hueste vencedora, 
Conquistando los pueblos del Imperio? 
Pero, ¡que conquistar! despedazando 
Los grillos de oprobioso cautiverio, 

Y por todo su tránsito sembrando 
La semilla del árbol que algún dia 
Cubra todo el Brasil, como ha cubierto, 
Del frío Septentrión, al Medio-dia, 

El suelo que Colon ha descubierto. * 
Pero Alvear, persiguiendo á la victoria. 
Quiere que el lauro de la lid le brinde; 

Y en vano, en vano San Gabriel se rinde, 
Que un pueblo sin defensa es poca gloria. 

Como cuando retiembla el pavimento, 

* Esta profesía del autor del canto, ae ha realizado al pié 
de la letra; parece, que el señor Várela veia lo futúro. [Nota 
del Editor.) 



EL PARNASO ORIENTAL. TI 



Del fuego subterráneo conmovido, 

Y el rio, en encontrado movimiento, 
O retorna al lugar donde ha nacido* 
O, en curso desusado, 

Baña los campos que no había bañado: 
Asi retiembla ia campana en torno 
Bajo el pié del alípedo caballo; 

Y así en várias y opuestas direcciones 
Corren los formidables escuadrones* 

Y ya la falda de la sierra tocan 

Que inespugnable al enemigo abriga, 

Y ya vuelven al llano y lo provocan, 
Sin perdonar trabajo ni fatiga* 

¡ Campos de Ituzaingó! Los que valientes 
Bien prontamente os cubrirán de gloria, 

Y harán que se conserve entre las gentes 
Con asombro y honor vuestra memoria, 
Hoi se ven precisados 

A simular temor, y retirarse, 
Por probar si se atreven á lanzarse 
De la sierra esos tímidos soldados : 
Pero tiemblen del bárbaro escarmiento 
Con que habrán de pagar en algún dia 
La torpe y degradante villanía 
De obligar á un valiente al fingimiento. 
Asi lo dijo Alveak, y á los campeones 



T8 EL PARNASO ORIENTAL. 



Abrasados en sed de la venganza, 
Ordenó que siguieran sus pendones 
Hasta el campo feroz de la matanza. 

El enemigo entonces se alucina, 
Equivoca el temor con la destreza, 

Y recien abandona la aspereza, 

Cuando cree que el contrario huye cobarde* 
5 Infelices ! Marchad; la muerte espera; 
Para saciar su saña nunca es tarde; 

Y ella os va a sorprender en la cartera* 
El Sol sepulta en tanto 

Su carro esplendoroso en Occidente, 

Y abandona el olimpo refulgente 

A la enlutada noche : el negro manto 
Cubre la frente de la Luna clara, 

Y el trémulo brillar de los Luceros, 
El horror que en el campo se prepara, 

Y el bélico furor de los guerreros. 
En la densa tiniebla de la noche 
Mil sombras pavorosas divagaban, 
Cuyo lamento y meseros gemidos 
Las buéstes enemigas aquejaban; 
Y, por lúgubres écos repetidos, 
Sangre, horrores, y muerte presagiaban* 
Pero al campo Argentino 

No asi el pavór cubría 



EL PARNASO ORIENTAL, 79 



En tan terrible noche : de contino 
Alvear por la* legiones discurría; 

Y ora dispone que escuadrón tremendo 
Siga á Lavalle en su feroz avance, 
Ora elige el lugar de donde lance 

El tronador canon su globo ardiendo: 
Este es el sitio que el infante guarde, 
Aquella el ala que primero parta, 
Aquí la muerte una falange aguarde. 
Allá la muerte otra legión reparta. 
Frío y seréno Alvear, ordena todo, 

Y todo lo prevcej no de otro modo 
Que, si en lugar de la batalla fiéra, 
La fiesta de su triunfo dispusiera. 
La terrorosa espectacion del dia 
Hace cesar el Sol ; y el Brasilero, 
Que en fuga vergonzosa nos creía, 
Atónito, azorado, 

Mira á su frente al enemigo fiero, 
A espantable venganza preparado, 
j Oh dia de prodigios y de horrores ! 
¡Dia de luto, asolación, y llanto! 
No, no te puede celebrar mi canto : 
Perdonadme, terribles vencedores ; 
Eate asunto no es mió ; 
Toma tu trompa, canorosa CIío, 



60 EL PARNASO ORIENTAL. 



Antes que loa mortales 
La industria de matar adelantaran, 

Y el rayo á las esféras celestiales 
Atrevidos robáran, 

Y en los hórridos bronces !o encerrártti; 
Con no menos furor, con menos árte f 

A ios campos de Márte 

Los feroces guerreros descendían 

En silencio espantoso, y mas de cerca 

Mas segura la muerto repartían. 

Así en Ituzaingó, silencio horrible 

Reinaba en toda la estension del campo, 

Y con paso terrible, 

Y con seréna frente, 

Se acercaba uno al otro el combatiente. 

La presencia del riesgo, la certéza 

De muerte inevitable, 

Si en la lucha sangrienta no vencían, 

Infundieron valor, dieron fieréza 

A los mismos soldados, 

Que, en las breñas poco antes abrigados, 

Parecían un grúpo de indolentes, 

Tímidos, pusilánimes, indignos 

De matar y morir entre valientes : 

Browpí á su frente está ; y él solo faéra 

El digno contendor que Alvear tuviéra. 



EL PARNASO ORIENTAL» 81 



Va se acercan las masas condensadaa 

De los fiéros Teutones, 

De agúdas bayonetas erizadas, 

Rodeadas del canon : sus batallones 

Múros parecen que moviera el árte ; 

Inespugnable múro : no hai guerrero 

Tan formidable que contra él se estrelle, 

Ni rayos suficientes á abrasarlo. 

Ni fogoso bridón que lo atropelle, 

Ni pujanza bastante á derribarlo. 

£1 valor Argentino solamente 

La tremenda falange 

Pudiera ver llegar, y no temblara; 

Y la vio y no tembló, y ci corvo alfange 
Desnudó con que pronto la segara. 

Pero el bronce tronó : la muerte fiéra 
Subió en su carro á la señal de Márte, 

Y se lanzó en el campo carnicera; 
El belicoso brúto, al punto parte 
Que ya el audáz ginete 

Alzó el acéro y le soltó la brida; 

Y al ímpetu feroz con que arremeto 
Retiembla la campaña combatida. 

Y retembló otra vez, que el bronce fiéra. 
Lanzando ai rayo con letal destino* 

A la implacable muerte abrió el camino i 



82 EL PARNASO ORIENTAL. 



Saltó la sangre del primer guerrero, 

Y otra sangre la venga, 

Y ya no hai dique que el furor contenga 
De temor que el estrago á la distancia 
No tan sangriento séa. 

Y de que silve el plomo en la pelea 
Sin herir, sin matar, los escuadrones 
Se acometen, se chocan, se rechazan, 

Y se estrellan legiones con legiones, 

Y con mútuo furor se despedazan. 
Queda encerrado en el fusil entonces 
El plomo matador, callan los bronces; 

Y en manos del soldado 

El puñal fiéro, y el filoso sable, 
La bayoneta, y la tremenda lanza, 
Sirven mas al furor de su venganza; 
Y, en silencio horroroso y espantable, 
Se ejecuta la bárbara matanza. 
Sin elección la inapiadable muerte 
Ciega revuelve su fatal guadaña, 

Y ciegamente hiere; rinde al fuerte, 
Ceba en el débil su sangrienta saña, 

Y ningún bando es suyo. En la campaña 
La sangre amiga y la enemiga sangre, 

A raudales hirbientes y copiosos, 
Corren mezcladas cual mezcladas correo 



EL PARNASO OMSttTAI» 18 



Las nguiiB de dos nos caudalosos, 

Después que en la confluencia se encontraron, 

Y con ímpotu horrible se chocaron. 
Golpe ninguno se descarga en Vaftot 
Brazo á brazo peléa el combatiente; 
Ni hai punta aguda ni tajante acéra 
Que no penetre el pecho de un valiente, 
Que no ^órte la vida de un guerrero. 

De Alvear empéro, la rraon aeréoa 
El valor ardoroso dirigía, 
Sin ceder al furor que la enagena; 
Su ánimo imperturbable no se inmuta? 

Y en el confuso cáos mantenía 

La inalterable calma del que ordena, 
La ardiente intrepidéz del que ejecuta* 
Del medio de la lid llamado Brandzev, 
" Allí [dijo] el combate es mas sangriento; 
n Y nuestra Patria, amigo, esto momento 
„ Entre su honor y la ignominia lucha." 
No dijo mas. £1 héroe que lo escuchó, 
Fiéro, orgulloso de que así lo mande, 

Y allí lo envíe donde el riesgo ds granito, 
A la aréna con ímpetu desciende : 

El rayo está en su mano, y on sus ojos 
La llama brilla que el honor encienda 
La presemáa de Bíukdzsh k» añojo» 



84 EL PARNASO ORIENTAL, 



Redobló del soldado : tal un día 
Allá á los campos de la antigua Troya 
Héctor descendería, 
Con un valor igual, con igual suerte 
En demanda de Aquilea y la muerte, 

Y e! momento llego» La Parca avára, 
No satisfecha de vulgar matanza, 
Una victima grande señalára : : : : : 

Y Brandzen espiro : ; : : : — ¡ Golpe terrible l 
¡ Oh Brasileros huestes ! ¡ Mas valiéra 
Que tal honor el hádo 

En este dia atroz no os concediéra ! 
La sangre que el campeón ha derramado 
Mil vidas vafe, y el estrago horrendo 
Recién empezará : : : : : ¡Venganza ! grita 
El intrépido Paz, ¡Venganza ! clama, 
Ardiendo en ira, el escuadrón tremendo, 

Y ¡venganza, venganza! Alvf.ar responde» 
Toma «1 rugar de su difunto amigo, 
Hondo en e) pecho el sentimiento escande, 

Y se lanza, cual rayo, al enemigo. 
El soldado lo sigue : vanamente, 
Con la muerte de Brandzen orgulloso, 
El espérto ginete Brasilero 
Oponerse preteude al impetuoso, 

Al repetido choque : allí el acéro 



EL PARNASO ORIENTAL. 85 



Corta, hiende, destroza, despedaza; 
Como torrente, q\ escuadrón furioso 
Por sobre miembros palpitantes pasa, 
Por sobre moribundos atrepella, 
Deja á Su espalda el espantoso estrago, 

Y en sólida falange al ñu se estrella. 
La agúda bayoneta la defiende 

De aquel ímpetu ciego, 

Y el mortífero plomo se desprende 
De su prisión de fuego; 

Pero mas fiéro el Argentino avanza 
Por el camino que le abrió la lanza, 
O del fogoso bruto el ancho pecho. 
Ciérrase luego : el escuadrón deshecho 
Vuelve, júntase, estréchase, acomete 
Con ímpetu mayor, con mayor íra; 

Y otra vez y mil veces se retira, 

Y otra yez y mil veces arreméte* 
Asi las olas la muralla embaten, 

Y, contra ella rompiéndose estruendosas. 
Se vuelven, se alzan, y otra vez furiosa» 
Con repetido empúje la combaten; 
Hasta que se desploma á lo mas hundo 
La contrastada mole, y victoriosas 
Revuelven los escombros en el fonda 
La enemiga legión no de otro modo 



86 EL PARNASO ORIENTAL. 



Desaparece al cabo; 

La vida de algún bravo 

Tal ruina cuesta, pero es ruina todo; 

Y, cayendo guerreros á raülarcs, 

Digno olocausto fueron 

A las sombras de Bhahpzbn y Desama» 

La lid por todas partes entretanto 
Ef, como aquí, sangrienta, 
Y, como aquí, se aumenta 
Por todos partes el horror y espanto 
Asorda el trueno del canon; su fuego 
La árida yerva inflama 
Que todo el campo cubre; cunde luego 
Lz* abrasadora devorante llama, 
Mientra* el aire hiende 
Globos ardieodo, quo también lo coeiaoden. 
Peléa el combatiente enfurecido 
Entre el iocéodio, el humo, la cetisa: 

Y el grito lamentable del herido» 

Le barrida convulsión del que agómza. 
La aartgre hirviendo en el ardido campo» 
Los miombioe dettrowktt 

Y ]<¿a* do *tu tropeo» arrojado*, 
Ta! es *l cuadro que la lid ofrece; 

¿Y ya tiempo ¡ohDtoa! dftfMoHftéMe? 
Basta p**a trtaofar \Qm! ¿La victoria 



EL PAENASO ORIENTAL. 87 



Vende tan caramente sus lámeles ? 
¿Dónde costo jamas muertes tan crueles 
El arrancar sus palmas á la gloria ? 

Y en medio del estrago 
¿ Adonde está el guerrero 
Cuya presencia triunfa, cuyo amago 
Pavor infunde al enemigo fiero, 

Y cuyo brazo el génio de la guerra 
Armara él mismo del fulmíneo acéro, 
Para que hiciera estremecer la tierra? 

¿ Lavalle donde está ? — Cual raudo viento 

Que arrebata en furioso torbellino 

Cuanto encuentra en su paso, y que, violento, 

Derribando no mas, se abre camino: 

O cual de la alta cumbre de repente 

Las desquiciadas rocas arrastrando, 

Rápido se despeña algún torrente; 

Y á los llanos con ímpetu bajando, 
Todo arranca en su curso, todo arrasa, 

Y «obre ruinas espumoso pasa; 

Asi Lavalle y su escuadrón valiente 
Atropellan, derriban esto dia 
A todos los que hubieron la osadía 
De ponerse insensatos á su frente; 
Mui mas allá del campo de batalla 
Los siguen, los persiguen, los destrozan, 



88 EL PARNASO OftICtffAL 



Los acaban en fin, y no reposan, 

Y é la lid vuelven que pendiente se halla» 
Llegaron, y ai instante 

Disipóse la nube quo cubría 

El rostro al Sol, que á su zénit subía. 

Nunca mas magestuoso, mas radiante* 

De lo mas elevado 

De los aires desciende de repente 

Un trono refulgente, 

De azul, y de oro, y resplandor velado; 

Armoniosos cantares 

Mil voces celestiales repetían, 

Y las sombras de Bkandzen y Besares 
El pedestal de! trono sostenían* 
Belgrako estaba en él. Su frente orlaba 
El laurel de la gloria, 

Y en su mano brillaba 

La espada que nos daba la victoria, 

Cuando Be lg rano fué, — "Basta do sangre 

" [ El héroe prorrumpió;] que este es el dia 

„ En que, en otro Febrero, 

„ Rendir vio Salta ^1 pabellón íbero, 

„ Y cubrirse de honor la Patria mia i 

„ Este estrago fatal, este escarmiento 

„ Es sacrificio á mi memoria digno, 

„ Y digno de la Patria el vencimiento. 



EX» PARNASO ORIZZfTAt» ffifr 



„ ¡ Argentinos ! triunfad. 91 Dijo, y benigno 
Sobre la sien de Altear en el momento 
Dejó caer el laurel que lo adornaba* 

Y Ja visión despareció en el viento. 
En el medio del campo se entroniza 
Entónces el Terror ; el Brasilero 
El estrago contempla, se horroriza, 

Y deja el prémio del combate fiero 

A quien lo dio el valor. El Argentino 

También vuelve, y se asombra 

De mirar á sus pies la horrible alfombra 

Que le dejó Id muerte por despojos. 

Ella su vista en el estrago céba ; 

Y, no bien satisfechos sus enojos, 

Por sobro muertos su carroza lleva. 

Soler» Mancilla, L avalle ja, Imams 
Laguna, Paz, valiente Olavarria, 
¡ Cuanto os debió k Patria en este dia 
En que alzéeteis triunfante su estandarte. 
Sirviendo con honor ó su venganza ! 

Y tu también, incontrastable Okibs, 
El debido tributo de alabanza 

De la justicia y la amistad recibe. 
Ni tampoco tu nombre en el olvido 
Debe quedar Vil el a, sepultado : 
Tú al campo del honor has conducido 
Pacíficos vecinos, que al soldado 



90 EL PARNASO ORIENTAL* 



Dieron grandes ejemplos de brarura, 
Cuál si en la escuela de la guerra dura 
Educado se hubieran, 
Y á sus horrores avezados fueran. 

¡Vivid, vivid, guerreros ! Las hilera* 
Que en el campo formáis, son hoi la Patria; 
Solo cubren su honor vuestras banderas. 
Hija de la Victoria, ya de lejos 
Os saluda la Paz, y á los reflejos 
De su lumbre divina, 
Triunfante, y de ambiciosos respetada, 
Libre, rica, tranquila, organizada, 
Ya brilla la República Argentina. 

¡ Ilustre General ! , Oh, si mi verso 
Al del Cisne de Mántua se igualára ! 
¡Cómo entonces por todo el Universo 
Se estendiera tu gloria y lo llcnára ! 
Pero admite entretanto 
De mi cansada Musa el débil canto ; 
Que el dia llegará que el aire rompa 
La voz del genio a quien Apolo inspira; 
Y, desdeñando ya la humilde lira, 
Tal vez empuñará sonora trompa 
£1 que canto ecsaltado 
Aquella ingrata noche había pasado. * 

* Primer verso de lo célebre Oóá que compuso el Dr\ ID. Vi. 
cente López, com motivo del triunfo de Maypü. [N *W Jmtor.] 



EL PARNAiO ©aiBNTAL, 01 




ODA. 

A LA PAZ CELEBRADA ENTRE LA REPTO UC A AROEimNA ¥ 
EL IMPERIO DEL BRASIL, POR LA QUE QUEDÓ LA PBOVtV- 
CIA ORIENTAL RECONOCIDA ESTADO ZNDBFZ N DHBfW V 
SOBERANO. 

£ BB a. AUOiL IUA., ♦ ] 



Diosa de la armonía. 

Dios del verso y del canto. 

Favor; favor hoidia; 

Vuestra piedad imploro, 
Mientras ini lira destemplada suena: 

Pues desde el Plata al Séna 
Y al Támesis sobérbio irá nú veno, 

Si es que vale mi canto : 
Valedme : solo yo» no alcanto tanta 



M BL ttftltá«9 QRONTAt» 



] Oh Paz ! dulce cambólo 

De la iofelice tierra, 

A tí abará su mió 

Este día mi más a ; 
T al par de la alegría y bendiciones 

Que te dáD dos Hmímws, 
Votarán los acénto* de ni lira, 

Tú acógelos piadosa, 
No seas con mi rím* desdeñosa. 

Un poderoso império 

DiJÓ: u haya cadenas. 

Yo quiero ed cautiverio 

Vér al Oriente; es n\io." 
Asi dijó el Brasil: y et Argentino: 

Ser libre es mi destino 
Esclamó: y triunfa, y después estrecha 

Los lazos de alianza ; 
Pone fin á la bárbara venganza» 

Y el monstruo de la guerra 
Que concito las finias 
Del corito, á fe tierra 

No llenará de hotroretf ; 
Voló precipitado á lo proiado 

Y Ubre al nuevo mundo 



el araurxAx» 93 



Dejó Belona y el sangriento Márte \ 

Y la trompa no suena 

Que á ios pueblos de horror y espanto llettu 

Y á la vaina la espada 
Ha vuelto con decoro* 
Un día desenvainada: 
Que con justicia y gloria 

No se oirá del bronce el estriando* 

Ni del clarín horrendo 
£1 ronco son que incita áfosfwoMt: 

La cruel güera ha cesado; 
Otra época benéfica ha asomado. 

Y la amante que Hora 
La ausencia del guerrero* 
Verá br Miarte aurore, 
En que asóme la nave 

Que surcando las aguas cristftliflaa 

Trae á las Argentinas, 
A unas sus padres, á otras en&espoM» 

Y á otras la memoria 

De aquellos qae nwrisrón por la gloria* 

Murierón : y en la támba 
En que están sus cenizas* 



Si EL FABHAflO ORtClfTAI» 



Del caííon no retiraba 

Ya el éco formidable : 
T adornarán las vírgenes llorosas 

Con olivas las fosas 
Qoe contienen los restos de los héroes 

T dirán conmovidas: 
D$ la Patria, salud, sombra* querida*. 

Mas ellas levantando 
Sus fríos esqueletos, 

Y á su Patria mirando 
Coronada de gloria, 

Volverán de la nada al hoodo abismo» 

Y esclamará el heróismo 
Con voz divina y éco penetrante 

Reposad sin zozobra 
Mcum ilustres, que es la Paz vuestra Uro. 

Fatal sangrienta lucha» 

Atróz horrenda guerra, 

l Los gémidos no escuchar 

Ta atrocidad impía, 
De pueblos inocentes que deploró» 

Sus males; y que llorán 
Anegados en sangre y en horrores ? 

De crímenes cubiertos 



BL PARNASO MtKNTAl. *5 



¿ No I03 vés, monstruo, y de guerreros muertos? 
Sí: mas llegó el día 
En que ya consoladas 

Y llenas de alegría, 
Dos Naciones vecinas, 

Estrechen de la unión tos fuertes lazos 

Que un dia hizo pedazos 
La tiranía y ta ambición de un trono * 

¡Oh Brasil! ¡cuantos hombres 
Por tí, murieron, pero no sos nombras 

Aon la sangre preciosa 

De los héroes huraéa, 

Aun lamenta la esposa 

Al esposo querido 
Y el hijo tierno, al padre; y sus gemidos 

Hieren nuestros oídos: 

Pero de ellos, la gloria 
Gravada vivirá en nuestra memoria. 

Y al fin en paz el mundo 
Que Colon halló un dia, 
Surcando un mar profundo, 
La libertad disfruta 

Que la avaricia le tobó, Europea, 
Encendiendo la téa 



96 EL PARNASO ORIENTAL. 



Del fanatismo atroz en loa bogaros 

Donde el indio moraba, 
Dó el delito y el crimen ignoraba» 

¡Europeos feroces! 

Que sordos no escuchabais 

Las inocentes voces, 

Las súplicas, ni el llanto 
Del triste Americano que gemía 

En cadena: hoi día 
Venid á nuestra Pauia á ver sus triunfos, 

No á ver férreas prisiones 
En que tienen los reyes las naciones» 

Venid á ver la gloria, 

Que no hai en vuestro suelo, 

Que ni la hai en la historia 

De todas las naciones, 
De aquella antigüedad de los Romano*; 

De aquellos Espartanos 
Que por sus grandes célebres hazaSas* 

Admiraren los hombres 
Al solo prenunciar sus grandes nombres. 

Brasileros venid, y en los altana 
Que á la Paz levantemos, 



EL PASWASO ORIENTAL. 



97 



Unamos nuestros himnos y cantares 

Y hagamos duradera la concordia. 
Execremos la guerra asoladora, 

Bendigamos ta Paz y sus bondades; 

Y todas las edades 
Reverencien los uombres de los Héroes 

Que mi raúsa entre tanto 
Reverencia en este débil canto. 



96 EL PARNASO ORIENTAL. 



CANCION. 

A U PAZ CELEBRADA ENTRE LA REPUBLICA ARGEN* 
TIHA Y EL IMPERIO DEL BRASIL» 



[ DE D. AHOEL ELIAS- ] 



CORO. 

Al fin de la Paz vemos 
La bienhechora Oliva, 
Xa Paz, la Paz que viva, 
La Paz bendeciremos. 

Cesó de la cruel guerra 
La destrucción horrible, 

Y ya el Oriente libre 
Do la opresión está* 

Y rotas las cadenas 

En que un tiempo gemía, 
Hoí raya el feliz dia 
De PAZ y LIBERTAD, 

CORO 

Ya el llanto de la esposa 
No se oirá en adelante, 
De la afligida amante 



EL PARNASO ORIENTAL. 99 



La pena y el dolor. 
Verán á sus queridas 
Retornar á sus brazos ; 
Para estrechar los lazos 
De su constante amor. 

coro. 

Y en los campos que Márte 
Con sangre enrrogecia, 

En la contienda impía 
Cubriéndolos de horror : 
No sonará de guerra 
Ya el éco furibundo, 

Y en su seno fecundo 
Vivirá el labrador. 

coro. 

Los héroes que dejaron 
Por la gloria á sus bellas, 
Retornarán á ellas 
Con gloria y con honor. 

Y pondrán á sus plantas 
Amorosos y fieles, 

Las palmas, los laureles 
En prueba de su amor. 

CORO* 

El mundo con asombro 

14 



100 EL PARNASO ORIENTAL. 



Verá nuestro destino, 
Verá que el Argentino 
No quiere esclavitud. 

Y sus ilustres hechos 
Volarán al Poniente 
Desde el rosado Oriente 

Y al Norte desde el Sud» 

CORO. 

La historia de las guerras 
Conservará los nombres 
De los ilustres hombres 
De Ituzaihgó y Juncal 

Y Al ve a a y Brown un dia 
Servirán de modelo 

A nuestro patrió suelo : 
Su fama es inmortal. 

CORO. 

A su valor debemos 
La Paz que ahora en Oriente 
Se vé que alza la frente 
Con gloria y dignidad. 
Ellos en los combates 
Al déspota humillaron, 
Del déspota triunfaron : 
Nos dieron LIBERTAD. 



EL PARNASO ORIENTAL* 101 



CORO. 

Y sepán de la tierra 
Los ambiciosos reyes, 
Que aqui no se vén leyes 
Sino de LIBERTAD. 
Que si alguno profana 
Nuestro suelo atrevido, 
De la ambición movido, 
No impúne quedará. 

CORO, 

Y los hijos de Oriente 
Libres ya de opresores. 
Término á los furores 
De la anárquia darán. 

Y asi constituidos 
Tendrán instituciones, 

Y todas las naciones 
Su nombre admirarán. 

cono. 

Al fin de h Paz wrooa 
La bienhechora OUva % 
La Paz la Paz yue viva* 
La Paz bendeciremos. 



IOS EL PARNASO ORIENTAL* 



CANCION PATRIOTICA. 

SN EL DIA MEMORABLE PEL 1 9 PE MATO PE 1829, EN 
<tUE ENTRÓ A LA -CAPITAL DE MONTEVIDEO EL GO- 
BIERNO PATRIO. 

[»k t>. reAxcraco a, dh fjoueroa. ] 



CORO- 

Ya briüa en tu horizonte, 
O Patria idolatrada ; 
Con sangre conquistada 
La dulce Libertad. 

Los hijos del Oriente 
La vieron sm decoro 
Tirar el carro de oro 
Del intrtíso Señor : 

Hasta que heroicamente 
Volviendo del letargo 
Su pena y llanto amargo 
Vengaron con honor. 

CORO. 



EL PARNASO ORIENTAL. 103 



Lavalleja y Rivera 
La espada desnudaron* 

Y á la Patria juraron 
Libertarla ó morir : 

En la Hd carnicera 
Cumpliendo el juramento 
Alcanzó su ardimiento 
La Patria redimir, 

CORO» 

De un fuego generoso 
Todo Oriental ae inflama, 

Y vá á donde le llama 
De la Patria el clamor: 

De su amada el esposo 
£1 tálamo abandona, 

Y el horror de Belóna 
Prefiere al tierno amor. 

CORO* 

Los espectros levantan 
Su fáz de angustia llena, 

Y en sus tumbas resuena 
El grito vengador: 

Se aterran, y se espantan 
Los fieros opresores, 
Cambiando sus furores 
En fúnebre temblor. 



104 EL PARNASO ORIENTAL* 



CORO. 

¡ Que poderoso encanto 
Tiene en un pecho fino, 
Que talismán divino 
La amable Libertad J 

La Patria en luto y llanto. 
Respiró amargas penas, 
Mas rotas sus cadenas 
Todo es felicidad. 

CORO* 

Feliz é independiente 
Dulce Patria te miras; 
Ya con gloria respiras 
La noble libertad: 

El astro refulgente 
Magestuoso camina, 

Y el Oriente ilumina 
Su inmensa claridad ! ! ! 

CORO. 

El fúnebre vestido 
En tan plausible dia 
Convierte ó Patria mía 
En galas y en primor: 

Ya brillante ha lucido 
La'paz en tu hemisferio ; 

Y el odio del imperio 



EL PARNASO ORIENTAL. 105 



Se ha cambiado en amor. 

CORO» 

La libertad difunde 
Su luz resplandeciente, 
Recobrando el Oriente 
Su perdido esplendor : 

El monstruo se confunde 
De la infausta anarquía, 
Y Astréa nos envía 
Su influjo protector. 

CORO. 

Ya brilla en tu horizonte 
O Patria idolatrada^ 
Con sangre conquistada 
La dulce Libertad. 



106 EL PARNASO ORIENTAL. 



A LA INAUGURACION DEL PABELLON DE LA REPUBLICA OBI EN* 
TAL DEL URUGUAY, IMPROVISO JSL 5R. D. FRANCISCO A, DE 
FIGUEROA, EL SIGUIENTE I — 

SONETO. 



Llegó el día feliz en que el Oriente 
Su libertad con gloria recobrando, 

Y al noble rango de Nación entrando 
Su Pabellón arbola independiente ; 

Ved en su ángulo el astro refulgente 

Y nueve azules fajas ondeando, 
Ved de concordia el iris anunciando 
La Paz y la abundancia permanente: 

Vedlo con entusxásmo, y quiera el Cielo 
Que á su sombra ciudades opulentas 
Miré nacen y nuestro patrió suelo 
Libre de las borrascas turbulentas, 
Beudiga de los héroes la memoria 
*í quienes debe Libertad y gloria. 



EL PARNASO ORIENTAL. 107 




HIMNO DE LOS HEROES. 



[ POR EL 1*19*0, ] 



CORO- 

La Patria Orientales 
Triunfante mirad, 
Y en su altar jaremos 
Union é igualdad. 

Llegad, de Misiones 
Triunfante Rivera, 
Mirad la bandera 
Del pueblo Oriental : 

Llegad ¡oh! campeones, 
La Patria querida 

15 



Iflfl EL PAJtNAAO ORIXKTAL. 



Os debe su vida, 
Su gloria inmortal. 

CORO» 

Mostrad á las bellas 
Las hondas herida^ 
Las lanías tefiidaa 
En sangre fatal : 

Y jurad por ellas 
Perecer primero, 
Que un yugo estrangero 
Sufra el Oriental. 

CORO. 

Venid vencedores 
De tanto combate, 
£1 dulce rescate 
Debemos pagar : 

Aplauso y loores 
La Patria o» ofreoe, 
Pues por vos merece 
Libre el respirar. 

co&o. 

Mostrad, Orientales, 
Que babeis merecido 
£1 nombra adquirido 
Con tanto afanar : 



EL PARNASO OBBENTátu 109 



Pues ya las fatales 
Cadenas rompisteis. 
Mostrad que supiste» 
Vencer y mandar. 

CORO. 

Ninfas del Oriente, 
Tejed presurosas 
Coronas de rosas 
Que el campo broté: 

Y la altiva frente 
Ceñid con amores. 
De los vencedores 
En Ituzaingó 

CORO. 

Cruces y medallas 
Y petos dorados 
Llevan los soldado* 
Del bando servil 

Vos en las batalla! 
El pecho desnudo. 
Mostráis por escudo 
Ardor varonil 

coro. 

En hondas tinieblas 
Sepulte la historia 



110 JCL PARNASO ORIENTAL, 



La triste memoria . 
De nuestra opresión : 

Infausto recuerdo 
De horrible anarquía 
Que en la tiranía 
Buscó protección* 

CORO. 

La Augusta Asamblea 
La Patria preside, 
Y el poder divide 
Con el gran Rondó : 

De Márte y de Astréa 
La Union permanente 
Proteja al Oriente 
Que Jos eligió 

CORO* 

ha Patria, Orientales, 

Triunfante mirad, 
Y en su aliar juremos 
Union é igualdad. 



EL PARNASO ORIENTAL. 111 



DÉCIMAS 

GLOSADAS EN TITtXOS DB COMEDIAS, QUE CON MOTIVO DE LA 
ENTRADA DEL GOBIERNO PATRIO A LA CIUDAD DE MONTE- 
VIDEO, FUERON ARROJADAS AL PUBLICO CADA UNA EN TAR- 
JETAS SEPARADAS. 



I DEL M18M0. ] 



Volviendo por su decoro 
Clamó la Patria, porqué, 
No está contento, aunque esté 
El esclavo en grillos de oro : 
A su clamor, á su lloro 
Se vén sus hijos venir, 
Y haciéndola revivir 
Del sepulcro en que yació, 
La dulce Patria alcanzó 
Reinar después de morir. 

Los Orientales la voz 
De la oprosa Patria oyeron. 



112 



EL PARNASO ORIENTAL. 



Y de libertarla hicieron 
El juramento ante Dios; 
Mane en la lucha feroz 
Corona sus esperanzas, 
Tiembla el Brasil de sus lanza», 
Vé en sí la revolución 
Sufriendo por su ambición 

De un castigo dos venganzas. 

Todo es confusión completa 
Donde la anarquía esté, 
Que es mas intrincada qué 
El Laberinto de Crétct; 
No hai Anadna que prometa 
Su hilo favorecedor 
Para salir de su horror. 
Hasta que algún ambicioso 
Viene á sér del pueblo odioao 
El severo dictador. 

El que con leyes tirana* 
Quiere á un pueblo dominar 
Tiemble, no venga á llorar 

Las Vísperas Sicilianas: 
Sus pretensiones son vanas, 

Y peligroso su empeño, 



EL PARNASO ORIENTAL. 



Pues el tiránico ceño 
Sabrá el libre combatir, 

Y también hará servir 
La hórcapara su dueño. 

De un buen Gobierno la ciencia 
Es, el mejor ejercicio, 
Saber castigar el vicio 
Saber premiar la inocencia; 
Distribuir sin diferencia 
La justicia en su distrito, 
De las pasiones el grito 
Vencer, y la seducción, 
Porque es toda la Nación 
El fiscal de su delito. 

Sus grillos al quebrantar 
La Patria se engrandeció, 

Y feliz le aconteció 
Caér para levantar : 
Quieren por ella espirar 
Sus hijos con pecho fuerte, 

Y su amor es de tal suerte 
Que saben con bizarría 
Dentro de la tumba fría 
Amar después de la muerte. 



114 El- PARNASO ORIENTAL. 



DIFERENTES VERSOS SUELTOS. 



[ pon Fl, MISMO j 



Del Brasil al continente 
Invadió el pátrio escuadrón, 

Y escribió en su arena ardiente. 

Aquí los hijos de Oriente 
Triunfaron de la opresión. 

Dos lustros gimió cruelmente 
La Patria en fatalidad, 
Mas alzó un héroe la frente, 

Y restituyó al Oriente 
Su gloria y su libertad* 

Tiemble quien piense oprimir 
Al que el yugo sacudió, 
Pues antes de sucumbir 
Sabrá con gloria morir, 
Vivir con infamia, nó. 



EL PARNASO ORIENTAL. 115 



En la tumba del valiente, 
Que por ser Ubre espiró, 
La Patria inscriba doliente 
jQguí yace heroicamente 
Quien por su Madre murió. 

Tremolo el Brasil su altivo 
Verde-amarillo estandarte, 
Pero en la lid vengativo 
El blanco-azul distintivo 
Ganó la palma de Marte. 



Libeut vd gritaron 
Treinta y tres valientes, 
Que alzaron sus frentes 
Con heroicidad : 

¡ Libertad ! . . - . repite 
fja gente guerrera, 
Y el eco do quiera 
Tornó ¡ Libertad ! ! 

El héroe de Haédo, 
El fuerte Rivera, 
Triunfaba do quiera 
Mostrando su fáz: 

16 



116 EL PARNASO ORIENTAL* 



¡Su ardiente denuédo 
Falánges destruye, 
Y á sus rayos hóye 
La turba fugáz» 

Salve, placentero 
Dia refulgente, 
Eq que felizmente 
La Patria triunfó : 

Veinte de Febrero, 
De etérna memoria, 
Por la gran victoria 
En Ituzaingó. 

Del valiente Oribe 
El invicto acero, 
Mostraba el sendero 
De la heroicidad : 

Sus bravos dragones 
Siguiendo su ejemplo 
Llegaron al Templo 
De la Libertad. 

Ya en nuestro horizonte 
Desapareció 
La espantosa niebh 



EL PARNASO ORIENTAL* 117 



Que le obscureció : 

Y al ástro brillante 
De nuestra Nación 
Sirven de luceros 
Libertad y Union. 

El Sol Argentino 
Feliz presidió 
Al triunfo admirable 
En Ituzaingó. 

San Gabriel, Misiones, 
Ballés, Yaguaron» 
Serán de sus glorias 
Recuerdo y blasón. 



118 EL PARNASO ORIENTAL. 



ACROSTICOS. 



DEL MISMO, ] 



r*a Patria suspirando cu su cadena 
^ al duro yugo del Brasil rendida 
<3üelve á un héroe los ojos, y su pena 
fcfl ofrece calmar, 6 dar Ja vida, 
píápido con valor y fáz serena 
treinta y tro 4 bravos a la bd convido, 

> cuyo esfuerzo de inmortal memoria 
Cebió la Patria Libertad y gíoiia. 

lídayo de Marte, el ¡njo <J<¿ Ja gloria, 
impávido Rivera, con denuedo 
«fjuela á salvar la Patria, y la victoria, 

Mercedes le sigue, v en llaédo. 
¡tfecoge lauros mi!, y < oti blasones 

> lo? pueblos ?(»¡iii u d-* Misionen 



EL PARNASO ORIENTAL. 119 



>ugusto Paladión, grata esperanza, 
soberano Congreso del Estado* 
>stréa os dé su próvida balanza, 
^inerva su saber, fortuna ei hado : 
tsicnes inmensos á la Patria alcanza 
r^a sabia ilustración que habéis mostrado, 
r^l celo y patriotismo sm ejemplo 
>\ construir de la Leí el sacro templo. 

>dornadu la frente victoriosa 
Wondó inmortal, con palma refulgente 
Os publicaba Awérica orguliosa 
I^oblc columna, y defensor valiente : 
Ce vuestios lauros á la sombra honrosa 
rtl voto universal oís del Oriente 
Aclamándoos gefe; y generoso 
Roláis dejando el plácido reposo. 



; Qué es lo que el noble Oriental 
Ama mas que ki existencia? 

Ixdv:peni)t:ncia. 
Y que partido eligiera 
Si huhioudc sucumbir:* 
Moiíin. 



EL PARNASO ORIENTAL* 180 



Siendo asi; nadie oprimir 
Intente á nuestra Nación* 
Porque tiene por blasón 
Independencia ó morir, 

¿ Qué hace fuerte á una Nación ? 

La unión. 

Que le dá prosperidad ? 

La libertad* 
Orientales, esperad 
Dichosa á la Patria ver, 
Como sepáis mantener 
La Union r la Libertad. 

De los Padres de la Patria 
Es la mejor aptitud 
Virtud, 
Y para obrar con prudencia 

Ciencia. 
Deben tener así mismo 

Patriotismo: 
Será pues loco idiotismo. 
Entrar al templo de Astréa; 
Cualquiera que no poséa 
Virtud, Ciencia, y Patriotismo. 



EL PARNASO ORIENTAL. 181 



¿ Qué don le adquiere al Gobierno 
El aprecio y gratitud ? 

Rectitud, 

¿Qué virtud desplegar debe 
Cuando la anarqtiíia empieza ? 

Foiitalez*. 

Asi será con grandeza 
De las Leyes el sosten. 
Si en él unidas se vén 
Rectitud y Fortaleza. 

Entre muerte ó servidumbre 
Prefirió vuestra alma fuerte, 
Antes muektéi! ! 

Pues no hai vida mas amarga 
Ni ma? odiosa pensión. 

Que opresión. 

Asi al Luso y al Bretón 
Enseñó vuestra bravura, 
Que siempre triunfa el tjue jura 
Antes muerte, que opresión. 

Infame es el que á la Patria 
Ofende sih gratitud, 

Ni virtud : 
Quéjese contra 91 mismo 



123 EL PARNASO ORIENTAL, 



Si pc mira en su abyección 
Sin cal a rocín : 
Que en una libre Nación. 
Soío el mérito halla abrigo, 
Y no hai crimen sin castigo. 
Ni virtud sin galardón. 

^ Quién al León invencible 
En fiera lid destruyo ? 

Rondó. 

; Quién sobro Hnédo y Miaiojies 
Postró la verde bandera 5 
Rivfra, 

¿ Quién logró de un fuerte Imperio 
En Ituzamgó triunfar ? 

Ajaear. 

¡ Oh Patria! manda gravar 
Porque á todo el mundo asombres 
Con letras de oro los nombres 
Rondó, Rivera, \ Alvear. 



EL PARNASO ORIENTAL. 123 



CIELITO ORIENTAL. 

[ POR EL ItfflMO. ] 



Entre tantos juramentos 
Que dimos en la opresión, 
Solo vale el de la Patria, 
Pues sale del corazón : 

Cielito de los tiranos, 
Cielito de que sirvió, 
Que la boca diga sí, 
Cuando el alma dice no. 

Como entre frías cenizas 
Conserva el fuego su ardor, 
Asi en la opresión guárdasteis 
El fuego libertador : 

Cielo de la Independencia, 
Cielito del patrio amor, 
Que de una chispa inflamada 
Formó el incendio mayor. 

De la esféra del Brasil 

17 



EL PARNASO ORIENTAL. 



Una estrella se eclipsó, 

Y en nuestro dichoso Oriente 

Se vé convertida en Sol : 

Cielo de nuestra esperanza, 
Cielito del pabellón, 
No vuelvas á ser estrella 
Pues has llegado á ser Sol. 

La que en verdes esmeraldas 
Pálida estrella lució, 
Aquí entre aztíles zafiros 
Nuevo Sol resplandeció; 

Cielito de los colores, 
Tu color prefiero yó, 
De zelos quiero vivir, 
Pero de esperanzas no. 

Como en el crisol el oro 
Saca acendrado valor, 
Asi de opresión la Patria 
Sale con mas esplendor : 

Cielito de las tinieblas, 
Cielito del resplandor, 
Después de sombras opacas 
Mas bello parece el Sol 

Sucumbió Troya abrasada, 
Porque perdió el Paladión; 
Conservad la unión, Patriotas, 



EL PAUNA&O oriental. 135 



Que es vuestro escudo la unión: 

Cielito de la concordia* 
Cielito de la Nación, 
Que débil es un tabello, 

Y que fuerte es un cordón. 
De que sirve al ástro bello 

Lucir con tanto primor, 
Si un eclipse le obscurece 
Su brillante resplandor : 

Cielo, cielito de Oriente, 
Cielito del arrebol, 
La anarquía es el eclipse, 

Y nuestra Patria es el Sol. 
Con sangro á la Patria disteis 

Libertad, vida, y honor, 
Que no se pudo á mas precio 
Comprar tesoro mayor: 

Cielito de las hermosas, 
¡ Ai cielo del tierno amor ! 
El que os muestre mas heridas 
Ese logre mas favor. 

La dulce Patria, Orientales, 
Vuestro esfuerzo libertó; 
Que las virtudes sustenten 
Lo que la espada alcanzó : 

Ciclo de la Libertad, 



196 EL PARNASO ORIENTAL. 



Cielito del corazón, 

¿ De qué sirve si se pierde 

Gozar tan precioso don ? 

Enciende ¡oh Patria! en los pechos 
Ese incendio superior, 
Porque inflamados vivamos 
Salamandras de tu amor : 

l Ai cielo de los ardores ! 
Cielito del pátrio amor, 
Que porque la Patria viva 
Darémos la vida en flor. 



EL PARNASO ORIENTAL. 1&7 



CANCION, 

LLAMADA DE LOS TREINTA Y TRBB. 

[ POR EL MISMO. ] 



CORO. 

Gloria etérna á bs hijos de Oriente 
Yála noble Argentina Nación^ 
Cuya espada invencible^ á la Patria^ 
Restituye su gloria y honor. 

Treinta y tres denodados Patriotas 
Conducidos de un héroe á la lid, 
De la Patria la infausta cadéna 
Meditaron romper, ó morir : 
Su constancia, su acéro, y sus pechos, 
Solo traen al combate fatal, 
Y á su esfuerzo sangriento sucumbe 
La valiente legión imperial* 

CORO. 

Cual meteoro vagando el Oriente 
Se difunde en los pechos su ardor, 



128 EL PARNASO ORIENTAL. 



Y sus hijos acuden do quiera 
De la Patria a! sublime clamor: 
Ya tremóla el patriota estandarte 
Victorioso con signo feliz, 

Y triunfando en Haédo y Mercedes 
Mayor triunfo logra en Saranpi- 

coro. 

Allí el fiéro estampido del bronce 
Vuelve ol eco en terrible fragor,] 

Y Jos nuestros cual rayo tremendo 
Cargan ciegos de rábia y furor: 
Entre el polvo, la sangre y horrores 
Grita el héroe, ¡ Morir ó triunfar ! 

" Orientales ¡ Libertad ó tumba ! ! " 

Y éllos claman . . . . j Tumba ó libertad í 

coro. 

Del potente opresor las legiones 
Humillando su altivo valor 
Al horrendo brillar de las lanzas 
Se estremecen con susto y pavor : 
Con su sangre lavaron la afrenta 
Con que hirieron al pueblo Oriental, 

Y arrojados del suelo que usurpan, 
Aun las sombras les hacen temblar. 

CORO. 

Barbaccna, ocho mil combatientes 



EL PARNASO ORIENTAL. 129 



Al torrente pretende oponer, 

Y en combate sangriento la Patria 
Se corona de palma y laurel : 

¡ Dia infando, de luto al império ! ! 
¡Y al Oriente de gloria inmortal ! ! 
Do los rayos del Sol Argentino 
Abrasaron al Aguila audaz. 

CORO. 

De Ituzaingo las ondas en sangre 
Recibieron tributo feroz 

Y esparciendo el estrago y la muerte 
Mongibélos vomita el canon : 

Ya los cuadros la invicta falange 

Acomete y el bravo adalid 

Rompe, mata, destruye y decide 
Del Oriente el destino feliz. 

CORO. 

Las espadas que han sido, ! Orientales ! 
De la Patria la egíde inmortal, 
Para eterno recuerdo. . . .sangrientas, 
A la prole futura legad : 
Si ambiciosos déspotas un dia 
Sus derechos pretenden hollar, 
Aquel siglo de gloria, les muestren 

Y les digan "Tiranos temblad 



130 EL PARNASO ORIENTAL» 



CORO» 

Tantos bienes ¡oh Patria querida ! 
Goces libre entre aplausos y honor 
Cuantas gotas de sangre á tus hijos 
Tu adorada Libertad costó: 
Despotismo y tremenda anarquía 
Sucumbieron, y su éco fatal, 
No resuena en el ínclito Oriente 
Donde brillan la unión é igualdad. 

CORO. 

¡ Orientales ! la Patria ya es libre ! 

A vosotros debe su existir, 

Como bravos, la habéis rescatado, 

Como sabios, sabedla regir ! 

Caras sombras que osasteis por ella 

A la tumba con gloria bajar, 

Revivid ¡y clamad con nosotros 
Libertad, Libertad, Libertad ! ! 

CORO. 

Gloria eiérna á los hijos de Oriente, 
Y á la noble Argentina Nación, 
Cuya espada invencible, á la Patria, 
Restituye su gloria y honor. 



EL PARNASO ORIENTAL. 131 



ODA. 



DEDICADA AL PUEBLO ORIENTAL POR SU ACTOR, CON MOTIVO 
DE HABEK SIDO APROBADA fcA CONSTITUCION Dfil ESTADO, 



[ DE D, A» M* AHUPE» * ) 



Mi numen inflamad, hijas de Apolo, 

V de mi Lira el éco delicioso 

Se oiga sonar del uno al otro Polo ; 

Que el placer bondadoso 

En que mi alma se inunda, 

Por todo se difunda, 

Y el alma, Patria mía, 
Solo placer respire y alegría- 

j Salud, hijos dichosos del Oriente ! 
¡ Una y mil veces salve, Patria mia ! 
Alza feliz la divina frente $ 



* Oriental . 



18 



132 EL PARNASO ORIENTAL, 



Pues ha lucido el dia 
Du el código sagrado 
Se mirase aprobado, 
Do independiente seas, 

Y señora de tí siempre te véas. 

No mas en adelante las cadenas 
Te ligarán de servidumbre dura, 
Ni con la hermosa sangre de tus venas 

Darás mas hermosura 

A diadema opresora : 

De tí siempre señora, 

Por tus leyes regida, 

Serás fuerte, feliz, engrandecida. 

Del Pó!o mas remoto, las naciones 
Tu amistad y comercio procurando, 
Las mas ricas y bellas producciones 

Las veras transportando 

A tu seguro puerto ; 

Y el cambio, siempre cierto, 

Llamará á tus riberas, 
Del mundo las riquezas verdaderas. 

Y al transcursar del tiempo pasagero, 
Las vastas producciones de tu seno. 



EL PARNASO ORIENTAL. 133 



De las artes y ciencias al esméro 

Harán mui mas améno 

Tu comercio fecúndo ; 

Surcará el mar profundo 

Tu marina famosa; 
Será rica, feliz, y poderosa. 

Del templo del saber, las puertas de oro 
Se abrirán á porfía, y anhelosos 
Tus hijos correrán al digno coro ; 

Los arcános dichosos 

De alma naturaleza, 

Del genio á la agudeza 

Cederán prontamente, 
Y harán feliz á la Nación de Oriente. 

La ilustración brillante y bienhechora 
En las distintas clases repartida» 
De las leyes será la protectora; 

La guerra fratricida 

Que á América enlutecc, 

Y de sangre enrojece 

De libertad la cuna 
Jamas verá tu suelo por fortuna. 

Ella sabrá mostrar al ciudadano 



134 EL PARNASO ORIENTAL. 



A la par de sus goces, sus deberes; 
Y á su poder divino y soberano 

Los racionales séres 

Sumisos y rendidos. 

Jamas darán oídos 

A la discordia impía; 
La Leí y la Razón serán su guía. 

¿ Salve, repito, Patria venturosa f 
En tu nacer divino, la fortuna, 
Con mano maternal y cariñosa, 

Te festéja en la cuna : 

La guerra te amagaba, 

Mas élla que velaba 

Por tu feliz ventura, 
La paz y la concordia te asegura. 

Jamas presa será tu rico suelo 
De guerra fraternal asotedora; 
Pues tu sábio Gobierno con desvelo 

De la Leí bienhechora, 

Los mandatos llenando, 

£1 templo vá formando 

Donde la unión habite, 
Sin que discordia á su presencia grite. 



EL PARNASO ORIENTAL. 13$ 



¡ Orientales ! ¡ Salud por tan gran dia ! 
A su brillante luz debemos todos 
La gratitud mayor* Que la alegría 

Muestre de todos modos 

Nuestra suma ventura : 

Y cuando su luz pdra 

Asome nuevamente, 
Mil salves te tributen en Oriente* 

Generosa Nación, Ubre y valiente, 
A cuyo esfuerzo libertad debemos, 
Aceptad de los hijos del Oriento 

Los sinceros cstremos 

De gratitud. Si un dia 

La injusta tiranía 

Roba vuestros derechos, 
Escudados serán por nuestros pechos* 

Salve, Balcarce, salve tú, gran Guido, 
Con vuestros nombres se honrará la historia ; 
Mas, de un pueblo que os es reconocido 

Recibid por memoria 

La gratitud mas pura. 

Servirán do cultura 

Los pechos Orientales, 
Do vivan vuestros nombres inmortales 



136 EL PARNASO ORIENTAL. 



ODA. 

DEDICADA A LA HONORABLE ASAMBLEA GENERAL CONSTITU- 
YENTE Y LEGISLATIVA DEL ESTADO ORIENTAL DEL URU- 
GUAY, EL DIA EN QUE SE JURÓ LA CONSTITUCION QUE HA 
SANCIONADO» 

[ DE J>* FLORENCIO VARELA. * ] 



¡Silencio, y escuchad, pueblos del mundo! 
Ese ronco alarido 
Que el genio furibundo 
Del espirante despotismo lanza, 
Al ver su cétro en trozos divididos 
Y el eco de placer y de alabanza 
Que en los aires resuena, 
Son los anuncios de que luce el dia 
En que libre, feliz, independiente 
Al lado vuestro, en la grandiosa cscéna 
Se muestra la República de Oriente. 

* Aigcntino- 



EL PARNASO ORIENTAL. 137 



Este es el mismo pueblo que solía 
La atención ocupar de las naciones, 
Cuando, en los campos de Mavorte crueles 
De bélicos blasones 
Se cargaba, y de palmas y laureles, 
Dando a los tronos confusión y espanto, 
El mismo, cuyas ínclitas hazañas 
Llevó la voz del canto 
Por el mar, la llanura, y las montañas, 
Hasta que un día el Padre magestuoso 
De la luz y del verso, 
Subiendo á su zenit esplendoroso 
Dijo así al Universo : 

"No alcanza el numen que mi fuego inspira 

"A cantar tanta gloria" 

Y, rompiendo su Lira, 

La pluma de diamante dio á la historia. 

Ya fué en la guerra admiración del hombre; 

Y cuando el genio de la paz hermoso 
Desató blandamente 

El vínculo admirable que le unía 

Al pueblo generoso 

A quien el rico Plata dió su nombre, 

Y que brilla en el nuevo continente, 
Como en el cielo el luminar grandioso; 
Entonces las virtudes presidieron 



10 



138 EL PARNASO ORIENTAL. 



A su apacible infancia: 

Y de sus nobles hijos la constancia, 
El celo y el saber, la senda abrieron 
Por dó á la humana perfección se llega : 
Las nieblas disiparon 

De la ignorancia ciega; 

Y el luminoso código formaron, 
Que escedió á su esperanza, 

Y que su dicha y su esplendor afianza. 

¡ Salud, Constitución del bello Oriente ! 
j Saludémosla todos! Y entretanto 
Que vuela el pueblo en entusiasmo ardiente, 
Al altar sacrosanto, 
A jurarla, de Dios en la presencia, 
Respeto y obediencia; 
Yo, á quien el alto cielo 
Quiso dar otra Patria; yo, que adoro 
La libertad, y fervoroso anhelo 
Délos pueblos de América el decoro, 
La gloria y el poder; yo, reverente, 
La sa ludo también. Es obra vuestra, 
Legisladores de este hermoso suelo, 
Que fué suelo Argentino ; 
Es don de libertad : ¡ que con su diestra 
Selle el Eterno su feliz destino ! 

, Su diestra le selló 1 ¿ No veis, rugiendo, 



EL PARNASO ORIENTAL. 139 



Como el Avérno á la discordia lanza; 
Y, sus sierpes el monstruo sacudiendo, 
La hermosa obra á devorar se avanza 
Que formó el patriotismo ? 
Empero en ella, en el momento mismo, 
Desperada se estrella, 

Y vé quebrada su pujanza en élla. 

Sí : que, cual muro inespugnable ahora, 
Ese código augusto la barrera 
Será, que á la ambición trastornadora 
Ataje en su mortífera carrera. 
Su luz encenderá en los corazones 
Del amor de la Patria el sentimiento ; 

Y serenando el huracán violento 
De encontrados afectos y pasiones, 
En eterno cimiento. 

Que á contrastar no baste la malicia, 
El trono se alzará dó la Justicia 
La Libertad, la Fuerza, y la Abundancia 
Eternicen su imperio prepotente; 
La cerviz insolente 

Hollando con sus pies de la Ignorancia, 
Del feroz Despotismo* 
De la Anarquía, y ciego Fanatismo 
Entonces es cuando el feliz Oriente, 
Ostentando orgulloso los blasones 



140 EL PARNASO ORIENTAL. 



Que decoran bu frente, 
A las otras naciones, 

Que aun gimen tristemente en las cadenas; 
" Venid, podrá decir á mis arénas, 
" Si queréis respirar áura de vida, 
" Aura de Libertad : este es el suelo 
" En que asüo al opreso ofrece el Cielo/ 9 

Yo oiré eata voz por todo repetida : 
Mui en breve la oiré ; porque no en vano 
Será el solemne y noble juramento, 
Que en torno á la ara santa, 
Hora véo prestar a) ciudadano, 
De sostener el grande monumento 
De regeneración, que se levanta 
En el suelo que inundan 
Con raudal correntoso, 

Y que unidos circundan 
El Uruguay fkmoso, 

El Plata altivo y el soberbio Océano» 
No, no en valde juráis, hijos de Oriente ; 
•Que ya la esféra celestial penetra 
Vuestro voto ferviente; 

Y el Dios Omnipotente 

Ya le ha gravado en indetéblc letra, 

En el libro que encierra 

Los arcanos ignotos á la tierra. 



EL PARNASO ORIENTAL. 141 



El, de lo alto del Cielo, 

Sobre vosotros vela, y dicha larga, 

Si respetáis el santo juramento, 

Promete á vuestro suelo ; 

¡ Mas, ai, si le olvidáreis un momento ! 

i Ai ! que es terrible el golpe que descarga, 

Al demandar airado el cumplimiento» 

¿Pero como olvidarle ? ¿ No es que ahora, 

Cada Oriental suspira 

Por tener una Patria ? ¿ No es que roka 

Con su Constitución lucir }a aurora 

Del dia que anheló ? Sí ; que en mi oído 

Ya siento que resuena 

Del entusiasmo popular el ruido, 

Que la obediencia al código pregona 

Y ya la esféra dilatada llena 

El cántico de gloria que se entóna, 

Con respeto profundo, 

A la nueva Nación del rico Oriente. 

Hoi es el dia en que mostró m frente : 

Su aurora celebrad pueblos del mundo» 

¿ No veis como en los aires elevada, 

Una deidad augusta se presenta, 

Qué, de despojos bélicos cargada, 

El ramo entre ellos de la oliva ostenta ? 

No veis de libertad enarboláda, 



142 EL PARNASO ORIENTAL. 



Sobre el hierro luciente d% su lanza, 
La preciosa divisa, 

Y que, rugiendo ya sin esperanza, 
La discordia á sus plantas agoniza? 
Ese es el bello mimen 

Que al Oriente preside en este dia: 
Ved como, alzando en alto con su mano 
El sagrado volumen 
Dó la sabiduría 

Los derechos gravó del ciudadano, 
Ante la faz del mundo le proclama ; 

Y gratas bendiciones 
Derramando sobre él, en torno Huma 
A sus hijos á darle adoraciones, 
Como al don mas hermoso 

Que el Cielo puede hacer á las naciones, 
EUos llegan: con miedo religioso 
Doblando la rodilla, 
De nuevo juran mantenerlo ileso; 

Y cargar de baldones y mancilla 
El nombre del apóstata insolente 
Que atropellarle en su delirio intente. 
Lo juran todos : y las férreas puertas 
Del imperio del mal, que tiempo tanto 
De par en par abiertas 

Miraron, Henos de pavor y espanto. 



EL PARNASO ORIENTAL. 143 



Para siempre cerradas 
Al punto ven con solidas barreras 
Por su alto patriotismo levantadas. 
Asi florecen hoi estas riberas, 
Libres al fin de sus pesados danos : 

Y cuando traiga el giro de los años 
Nuevas generaciones, 

Que huellen, vuelta en polvo, á la presente, 

La fecunda simiente 

De libertad y gloria que á montones 

Se esparce en este día, 

Bienes inmensos brotará á porfía; 

Y esta tierra dichosa 

Será, cada vez mas, Ubre y gloriosa. 

Lo será; tan hermoso nacimiento 
Hermosa vida anuncia. Con la idea 
Dé fortuna tamaña 
Embriagaos, Orientales, de contento, 
Que el mundo entero vuestro bien desea, 

Y en vuestro regocijo os acompaña* 
Repetid vuestros himnos, entretanto 
Que yo, al placer universal mezclado, 
A mi aliento menguado 

Esfuerzo doi para elevar mi canto. 
Y, ¡oh! cual le elevaría, si on mi mente 



144 EL PAftNASO ORIENTAL* 



Su fuego celestial prendiese ahora, 

Y su voz raovedora 

Diese á mi labio el núraen refulgente, 
Dispensador del verso t Entonce estrecho 
Al fogoso entusiasmo de mi pecho 
De nuestro globo el limite sería ; 

Y rompiéndole el génio mas osado, 
Mi asento subiría 

Del ardiente Ecuador al poto helado; 

Y el cántico sublime de alabanza 
Que entonase sonoro 

En el sitio do brilla la Balanza, 

Se repitiera en la mansión del Tora 

Solo así, solo así me faera dado 

Celebrar dignamente 

El nombre respetado 

De los grandes varones, que al Oriente 

Supieron constituir. Mas ya que et hádo 

Niega á mi humilde Lira 

El poder que concede 

A los que un génio superior inspira ; 

i Feliz, al menos, si mi canto puede 

Gravar en la memoria 

De un pueblo agradecido, 

Aquellos nombres, dignos de alta gloria, 



EL PARNASO ORIENTAL. 



Hasta que de la historia 

Con ellos se enriquezcan los anales, 

Y el artista pulido 

Los eternice en bronces inmortales. 



146 ET< PARNASO ORIENTAL. 



ODA 

CON EL OBJETO BE SOLEMNIZAR LA JURA DE LA CONSTITU- 
CION DEL ESTADO ORIENTAL DEL URUGUAY ; DEDICADA A 
LA HERMANDAD DE CARIDAD PARA QUE IMPRESA APLI- 
CASE EL PRODUCTO DE SU VENTA AL ALIVIO DE LA IN- 
DÍUENCIA. 

[ DE D, FRANCISCO A. SE FKÍUEROA, * ] 



¡ Salve dia feliz ! para el Oriente 

De dulcedumbre y gloria; 
De hoi mas la Patria brillará en la historia 
Constituida, feüz, independiente : 

Y el código sagrado 
Que en sus aras sus hijos han jurado. 
Obra digna de Témis y de Astréa, 
De sus derechos el baluarte sea. 

j Salve otra vez aurora ! ! 
De tantos beneficios precursora, 



* Oriental. 



EL PARNASO ORIENTAL. 147 



Qjie tu luz esplendente 
Su claridad difunda, 

Y encienda dulcemente 

El álmo fuego en que el amor se inunda; 
El amor de la Patria y sus derechos, 
Indestructible en Orientales pechos. 

Salud al héroe que con faz serena 

Libertad proclamando, 
Ráyo de Márte en Sarandi triunfando, 
Rompió de Oriente la fatal cadena : 

Salud al que en Misiones 
Tremoló victorioso sus pendones; 
Con su valor, con su virtud y ejemplo 
Ellos abrieron de la gloria el templo. 

Y vosotros varones, 
Emulos de Licurgos y Solónes, 

Que con celo y prudencia, 

Patriotismo y desvelo, 

La cara independencia 
En las Leyes fundáis del pátrio suelo, 
Gózaos en la obra; recibid las palmas, 
Y en placeres se inunden vuestras almas. 



20 



148 EL PARNASO ORIENTAL. 



¡ Orientales ! el fuego que ecsalando 

Están los corazones 
Para ejemplo y lección de las naciones, 
Dúre mas que el vivir, reanimando 

Nuestra ceniza inérte : 
Y allá en la obscura estancia de la muerte, 
Del patriótico amor que hoi nos inflama, 
Fósforo sepulcral, ¡ arda la llama J ! ! 

¡Y arderá permanente ! 
Que si algún opresor osa impudente* 

Cual Prometeo impío, 

Robar el fuego sacio; 

De nuestro polvo frío 
Azándose el funesto simulacro, 
Le arranque el corazón; y entre singulto» 
Se dispersen sus miembros insepultos. 

¡ Oh cuan dichosos dias el futuro 
Te anuncia, ¡ oh Patria mía ! 
No mas triste opresión, cruél anarquía 
Turban el aura con aliento impuro; 

En tu fecundo suelo 
Sus bendiciones derramando el Cielo, 
Gozarás venturosa, independiente 
La paz y la abundancia permanente. 



EL PARNASO ORIENTAL. 149 



Verás crecér frondoso 
De Libertad el árbol delicioso; 
Bajo su sombra amena, 
Del Támesis al Nilo, 

Y desde el Volga al Séna, 
Vendrán los libres á buscar asilo; 

Y dirá el Mundo al repetir tu nombre, 
¡ He allí la patria general del hombre ! ! ! 

En la industria y las ártes prosperando 

Irás con tal prestéza, 
Que al contemplar tu colosal grandeza, 
Si eres tú misma quedarás dudando; 

Mas viendo de repente 
Del Sarandi la plácida corriente, 

Dirás, la misma soi allí vencieron, 

Allí mis hijos Libertad me dieron. 

i Oh pjacer ! ¡ Oh alegría ! 
Cantemos, Orientales, este día: 
Cantemos y gozosos 
Mil himnos entonemos,. 

Y en ecos armoniosos 

La Nación Argentina saludemos; 
Nación grande, que fuerte y denodada, 
Nos cubrió con su escudo, y con su espada, 



160 Eli PARNASO ORIENTAL. 



Al héroe de Ituzaingo, y su valiente 
Ejército glorioso, 

Y del Juncal al vencedor dichoso 
Saludemos Mas ai! con voz doliente 

De lamento y de fuego 
Sombra infeliz del inmortal DorrkgO. . . , 
Allí al silencio de la tumba iría 
¡ Préz y loor el Oriental te envía ! ! 

Cése empero el quebranto, 
Triste recuerdo de dolor y llanto : 

La concordia divina 

Une los corazones. 

La razón ilumina; 
Triunfa la Libertad . . . . Venid naciones, 
Venid pueblos, á todos invitamos, 
Participad la gloria que gozamos. 

Y tú vuela canción, y al héroe digno 

De la augusta corona, 
Que allí impéra dó la una y la otra Zona 
Toca y divide el Capricornio signo; 

Del Brasil esperanza 
Decoro el mas ilustre de Braganza, 
Vé, y le saluda con afecto fino 
Por el pueblo Oriental y ll AhgentinO. 



EL PARNASO ORIENTAL. 151 



El Mando, ¡ohPatña! admira 
Vuelta en alhago tu sangrienta ira: 

La noble independencia 

Tus hijos defendiendo, 

Do encuentran resistencia 
Allí se estrellan con furor tremendo, 
Alcanzan Libertad. . . . al punto unidos 
Se abrazan vencedores y vencidos. 

Hoi todo es complacencia, el rostro adusto 
Esconde el fiero Marte, 

Y festivo resuena en toda parte 

De Libertad \ Umon el eco augusto : 

Ved cuan lédo el anciano 
Que doce lustros lamen tára en vano, 
Clama jurando nuestias Leyes bella», 
Gozar sus fueros, ¡ ó morir por ella» ! ! 

Los fuegos, la armonía 
Suben al éter festejando el dia: 

Las ninfas del Oriente 

Con danzas y primores 

Giran vistosamente, 
Sembrando gracias, recogiendo amores, 

Y do quier suena en música festiva. 
^Vivan las Leyes, y la Pmkja, vn a ! ! 



152 EL PARNASO ORIENTAL. 



Las trompas y clarines repitiendo 
En la esféra el sonido, 

Y del cañón el hórrido estámpido 
£1 aura hiende; á su marcial estruendo, 

Del Uruguay undoso 
Las náyades en coro delicioso, 
Los pabellones de cristal dejando 
Himnos entonan con acénto blando. 

Y el caudaloso río 
Alzando el rostro venerable y frío, 

De ovas, y sauce ornado, 

Y en la diestra el tridente, 
Prorrumpe enagenado 

Con voz de trueno : : : : "¡Oh pueblo del Oriente; 
"Serás dichoso, y como tu ninguno, 
"Esto te anuncia el hijo de Neptuno ! !" 



EL PARNASO ORIENTAL* 153 



A LA JURA DE LA CONSTITUCION EN 1830. 

VERBOS COLOCADOS EN LOS TRANSPARENTES QUE ADORNABAN 
EL EDIFICIO DEL CONSULADO DE ESTA CAPITAL, EN SU VIS- 
TOSA ILUMINACION. 

[ PB D. FRANCISCO A. DK UQUBIOA. * ] 



AL PASTOREO. 

Ya el Pastoréo empieza 
A anunciar del Estado la grandeza : 

Antigua como el Mundo 

Esta fuente de vida, 

Por la Lei protegida, 
Difundirá bu manantial fecundo : 
Tórna al Pueblo Oriental el siglo de oro, 
Y el Pastoréo es su mejor tesoro. 



* Oriental, 



ii 



154 EL PARNASO ORIENTAL, 



A LA AGRICULTURA. 

La noble Agricultura 
A la sombra de Témis se asegura : 

Con sudor afanoso 

El Labrador activo, 

Riega el surco, y cultivo, 
Vuelve un erial en prado delicioso, 
Y al fin le ciñen Céres y Pomóna. 
De espigas y laureles la corona. 



A t,A INDUSTRIA. 

La industria se mejora 
En la Lei liberal y protectora, 

Vence el afán y anhelo - 

A la pereza inérte 

Y en riqueza convierte 
La inmensa producción del patrio suelo ; 
Nuevo vigor en Libertad adquiere, 
Libre respira, y oprimida muere. 



A LAS FABRICAS. 

Las Fábricas fomentan 



EL PARNASO ORIENTAL. 155 



La industria, y sus recursos acreditan : 

Sus obras productivas 

Dan inpulso vchémente 

Al Estado naciente 
Dó abundan las materias primitivas» 
Y dando á todo progresivo aumento. 
Son del ingenio humano el complemento. 



A LAS ARTES. 

Las bellas Artes crecen 
Dó libertad y protección merecen : 

Sus nobles producciones 

Dan decoro y cultura, 

Siendo señal segura 
Del progreso y saber de las naciones, 
Y de Perkins, de Fídias, y de Apéles 
En ellas florecieron loslauréles. 



AL COMERCIO. 

El Comercio prospéra 

Y es del Estado el alma verdadera ¡ 

En cámbio permanente 

21 



156 EL PARNASO ORIENTAL. 



Giran las producciones, 
Prospéran las Naciones, 
Por él será dichoso nuestro Oriente, 
£1 forma desde el uno al otro Polo 
De todo el Universo un pueblo solo. 



A LA NAVEGACION. 

I Navegación ! por ella, 
Colon descubre la región mas bella : 

Tus naves por do quiera 

Tremolarán un día, 

Triunfante ¡ oh Patria mia í 
En hombros de Neptúno tu bandera, 
Girando desde el Sud al mar del hiélo 
Las producciones del Indiano suefo. 



A LAS CIENCIAS, 

Las ciencias resplandecen, 
Déspotas y tiranos se estremecen : 
Su luz brillante y pfira 
Emanación divina, 
Destruye é ilumina 



EL PARNASO ORIENTAL. 157 



Del fanatismo la tinicbla obscura; 
Y el lustre de ia Patria se reserva 
A los hijos de Apolo y de Minerva* 



SONETO 

QUE RECITÓ EL GENIO DE LA LIBERTAD EN LA COMPARSA PE 
L09 SEñORES DEL COMERCIO. 

Rayó el dia inmortal y fortunado 
Del Uruguay en la Oriental ribera, 
Do la nueva Nación sábia y guerrera 
Goza la Libertad que ha conquistado. 

De las Leyes el código sagrado 
Funda desde hoi su gloria verdadera! 
Y el grito universal clama do quiera, 
¡ Salve dia dichoso y suspirado ! ! 

¡Salud hijos de Oriente!. La alegría 
Inspire en vuestros pechos ardimiento, 
Inflame vuestra heroica bizarría; 

Sostener de la Leí el monumento, 
Orientales, jurasteis este dia: 
¡Cumplid hasta la tumba el juramento! 



158 EL PARNASO ORIENTAL. 



AL 

ESTADO ORIENTAL DEL URUGUAY. 

EL VOTO DE ÜN ARGENTINO. 



Bien como resplandece 
Entre las otras una nueva estrella, 

La primer véz que ofrece 

Su luz trémula y bella 

Al ojo inteligente 
Del que observa la bóbeda esplendente: 

Así en el Mundo brilla 
La dichosa Nación que se ha formado 

En la Oriental orilla 

Del rio renombrado 

Do tuvo, por fortuna, 
La Libertad de América su cuna. 

Dos veces á este suelo 
Sufrir se vio dominación agena; 



EL PARNASO ORIENTAL, 159 



Pero, á la fáz del Cielo, 
Dos veces la cadena 
Sus hijos quebrantaron, 

Y libres á la tierra se mostraron* 

El númen que preside 
Los destinos del suelo Americano 
Los cubrió con su egíde; 
Su omnipotente mano 
Amparó su eceistencia, 

Y bendijo su nueva independencia. 

Sobre firmes cimientos 
El templo de las Leyes levantaron, 

Do los nobles acentos 

De Libertad sonaron; 

Y en útiles mejoras 
Se ensayaron, y en Leyes bienhechoras. 

En su recinto augusto 
El código formóse soberano. 
Que á yugo suave y justo 
Someta al ciudadano, 
Sus derechos respete, 

Y en breve límite al poder sujete. 



160 EL PARNASO ORIENTAL. 



¡ Salve, oh Pueblo de Onmro ! 
¡ Hijo dichoso de la paz! Uo dia, 

El destino inclemente 

De la alma Patria mía 

íMe arrojó, y á tu aréna 
Vine á bascar consuelos á mi pena. 

Bajo el seguro asilo 
De tus Leyes benéficas, mi vida 

Libre páso y tranquilo; 

Y mi alma agradecida 

Sin cesar pide al Cielo, 
Que vierta sus favores en tu suelo. 

Jamas los dulces lazos 
De la unión y la paz tus hijos vean 

Caer hechos pedazos; 

No mancillados sean 

Tus gloriosos anales 
Con cruéles disenciones fraternales. 

Que la antorcha esplendente 
De la ciencia su luz aquí derrame, 

Tu juventud ardiente 

Con su calor se inflame, 

Y, de glorias sedienta, 
La fuente del saber beba contenta. 



EL PARNASO ORIENTAL. lfll 



En trabajo empeñoso 
El labrador arranque sus riquezas 

Al terreno abundoso; 

Siis útiles empresas 

Los llanos y la altura 
Vistan de rubia espiga y de verdura. 

Por todo se difunda 
El útil animal que ábre afanado 
£1 suelo y le fecunda; 

Y el qüe tteva el preciado 
Vellón, que luego el arte, 

En téla convertido, nos reparte. 

Sin fin se multiplique 
La población activa, que á labores 
Incesantes se aplique; 

Y puedan sus sudores 
Dár al suelo de Oriente 

Fábricas do la industria se alimente. 

Loa copiosos raudales 
Que bañan vuestro suelo convertidos 
En mil ricos canales, 
Dén paso á los pulidos 
Productos de las artes, 



162 EL PABNASO ORIENTAL. 



O á los que el suelo niega en otras partes. 

Céda el terreno informe 
Del hombre á los esfuerzos laboriosos, 

Y luego 3e transforme 
En caminos hermosos, 

Y en pingues heredades, 

Y en jardines, y en cotos, y en ciudades. 

Vuestro seguro puerto 
Al comercio de todas las naciones 
Se mire siempre abierto; 

Y acudan á montones 
Estrangeros activos 

Que entretengan los cambios productivos. 

Surquen el mar profundo 
Vuestras naves, y lleven con presteza 

Hasta el opuesto Mundo 

Del nuestro la riqueza; 

O defiendan guerreras 
El lustre y el honor de sus banderas. 

Así el glorioso nombre 
De la Patria Oriental será algún dia 
Veneración del hombre; 



El* PARNASO ORIENTAL. 163 



¥ así el Mundo, á porfía, 
Procurará afanado 
La amistad de este pueblo afortunado. 

<: Qué os taita r En vuestro suelo, 
Con mano liberal todos sus dones 

Derramó el alto Cielo. 

Las crudas estaciones, 

Que en otros climas rigen, 
Jamas al vuestro con rigor afligen. 

Aire púroydevida 
En la bella comarca se respira, 

Y al trabajo convida: 
Por do quiera se mira 
Vegetación inmensa, 

Del labrador fecunda recompensa. 

De ricos manantiales 
Sin cesar brota el agua cristalina, 
Que después en raudales 
Baja de la colina, 

Y refresca al ganado 
Sediento, y le dá pasto regalado. 



Los simples en que el arte 

22 



164 EL PARNASO ORIENTAL. 



Sus primores emplea, á manos llenas 

Natura ? juí reparte, 

Ni en regiones agenas 

A vuestra industria obliga 
A buscar sus materias con fatiga . 

Todo ¡ oh pueblo de Oriente ! 
Todo en tí mismo tienes. Quiera el hádo 

Que en tu bien solamente 

Emplees ilustrado 

Tantos y tantos dones, 
De la virtud siguiendo las lecciones. 

Y antes que el frágil hilo 
Corte á mi vida el tiempo furibundo, 

Pueda yo vér tranquilo 

De la historia del Mundo 

Llenando los anales 
A las bellas regiones Orientales. 

FLORENCIO VARELA, 



EL PARNASO ORIENTAL. 165 



AL VEINTICINCO DE MAYO DE 1830 



( DC D. FLORENCIO VARELA. * J 



Vuelve Mayo á brillar, y todavía 
La luz esplendorosa, 
Con que su Sol inunda en este dia 
Nuestra región hermosa) 
Alumbra pueblos Ubres y valientes, 
Que sostienen el santo juramento, 
Que, al romper su cadena, 
Hicieron de vivir independientes, 
O perecer en el glorioso intento 
De escarmentar u la ambición agena. 
Mayo el grito escuchó : los torpes grillos 
Que tres siglos la América ligaron, 
Entonces con estruendo se trozaron, 
Y del duro metal de sus anillos 
Espadas vengadoras se formaron, 



* Argentino. 



Ífi6 EL PAftNASO ORIENTAL. 



Con que el bravo Argentino 
Redimir aupo su oprimida tierra, 
Y* venciendo «1 dertiao, 
Llevó gloriosa guerra 
Desde el rio Plateado, 
AI suelo por toa Andes dominado. 
Espadas fuertes, que al Perú libraron, 
Y, jamas envainadas sin victoria, 
En Colombia alcanzaron nueva gloria» 

Y con el Sol del Ecuador brillaron. 
España al cabo doblegó la frente 

Al invicto poder RepúMic&bo, 

Y en todo el continente Americano 
Se ahogó del despotismo la simiente. 
El estrago acabó : ya no rodaba 

En nuestra tierra la fatal carroza 
Con que Márte otro tiempo la asolaba ; 

Y su mano ominosa 

Al opuesto hemisfério la lanzaba. 
Pero el León de Castilla, que no cesa 
De alimentar sus bárbaros enojos, 
La riquísima presa 

Que á su garra arrancamos, con los ojos 
Quisiéra devorar; su antigua saña 
Con su impotencia aumenta ; 

Y á las playas de Méjico opulenta 



EL, PARNASO ORIENTAL* 167 



Se avalanza otra véz.— No es de ta España 

Este nuevo atentada, ; oh Mejicanos! 

Crimen es de Fernando; él solo mueve 

Contra vosotros mercenarias manos, 

El solo es quien se atreve 

A llevar otra vez á vuestra tierra 

La plaga amoladora de la guerra. 

Dcscolga4 nuevamente tos al&nges 

Que á ese monarca imbécil humillaron; 

Legad esas falanges 

Que otro tiempo ms filós ya probaron ; 

Y haced que de su orgullo se arrepientan 
Los que á Anahuac esclavizar intentan. * 
A su encuentro volad* Venganza clama 
Motezutna infeliz desde la tumba, 

A la venganza Guatiinoc os llama, 

Y venganza las víctimas de Otumba 
Piden en torvo ceño 

Del brutal atentado 
Que perpetrara e) pérfido Estremeño. 
Aplacad tantos manes; y humillado 
El tirano de España nuevamente, 
Sirva de escarnio al viejo continente. 

* Anahuac, era el nombre que los indígenas daban & todo 
el^paia de Mágico, en la época de !a conquista. [Nota dclAu* 



M8 EL PARNASO ORIENTAL* 



Y todo se cumplió: la misma aurora 
Que alumbró el paso altivo é insolente 
De la buéste invasora, 
Hundir en polvo la cobarde frente 
La vio también; y en confusión rendida 
Ir á implorar del vencedor la vida. 

¡ Salud, hijos de Méjico ! Otro ejemplo 
De patriotismo dais á las Naciones; 
Con nuevos laúros decoráis eí templo 
De la alma Libertad; nuevos blasones 
Agrega vuestra Patria á los que un dia 
La colmaron de honor ; y el róbio ráyo 
Del Sol alumbra hoi con alegría 
Un nuevo triunfo que cantar en Mayo. 

¡ Mayo, mes de la América ! Tú adornas 
De este suelo feliz la heroica historia; 

Y cada véz que á visitarnos tornas, 
Con una nueva gloría 

Tus recuerdos aumentas, 

Y a los monarcas del antiguo Mundo 
Con ella engalanado te presentas. 

Tú, á los tronos, enseñas, que, si ahora 

El genio furibundo 

De la discordia atroz rompe los lazos 

De la Union bienhechora 

En el preciado suelo Américano; 



EL PARNASO ORIENTAL. 



Con mas fuertes abrazo» 

A estrecharse sus hijos se convidan, 

Y sus odios olvidan, 
Siempre que algún tirano 

Les intenta robar con insolencia, 
La Libertad, su cara independencia» 

La tierra de Colon nunca el cimiento 
De un trono sostendrá: sus moradores, 
A la par del sustento, 
Desde la cuna, Libertad mamaron, 
Al rango de señores 
Del de esclavos pasafon ; 

Y vivir libres, 6 morir juraron. 

En vano el hombre, que & Colombia un día 
Dió fáma y esplendor ; cuando á la' guerra 
Sus huestes conducía, 

Y en el valle y la sierra 

El Laurél de la Gloria le ceñía; 

Hoi pretende insensato 

Con un trono manchar el continente, 

Y á la púrpura aspira y al boato, 

¡ En América un trono ! <¡ Quién consiente 
Humillación tamaña ? ¿ Quién abona 
El escándalo horrible ? En tu cabeza, 
Bolivar, la corona 
Es divisa de muerte, y hoi empieza 



12 



170 EL PARNASO ORIENTAL, 



Tu sepulcro á cabarse 

Dó piensas que tu trono vá á elevarse. 

Tú, ¡ oh Sol de Mayo ! lo verás un dia; 
Y la luz bienhechora 
Que tu eternal antorcha al Mundo envía, 
Entonces como ahora, 
No alumbrará un esclavo 
En cuanto se halla desde el Istmo al Cabo; 
Entonces, como ahora, tu venida 
Será anuncio de muerte á los tiranos, 
Vde gloria y de vida 
A los pueblos de América : sus manos 
Alzarán sin cesar nuevos altares 
A !a alma Libertad; y en torno de ellos 
Agolpados con júbilo á millares, 
E inflamados allí con los destélloe 
De tu brillante ráyo, 
Himnos de gloria cantarán á Mayo. 



EL PARNASO ORIENTAL. 171 



OCTAVAS, 

QUE ADORNABAN LA FACHADA DEL TEATRO DE MONTEVIDEO 
AL CELEBRAR El* ANIVERSARIO DEL 25 l»E MATO. 



[ DE D FRANCISCO A. DE FIGUEROA. * ] 



Este dia de triunfo y de gloria 
Respirando la noble igualdad, 
Libertad esclamó el Argentino 
Y en Oriente sonó Libertad : 
El León con rugido tremendo 
Sus furores pretende oponer, 
Mas los libres le postran y alcanzan 
Sus pesadas cadenas romper. 

Sol de Mayo, que el grito recuerdas, 
Libertad, Libkrtad, ó Morir, 



* Oriental. 



172 EL PARNASO ORIENTAL. 



De la Patria el sagrado estandarte 
Siempre alúmbres con signo feliz; 
Pues los hijos de Oriente juraron 
Tan heroicos por ella espirar, 
Que si fiéros tiranos triunfáren 
Solo tumbas Tendrán á mandar. 



EL PARNASO ORIENTAL. 173 



HIMNO AL 25 DE MAYO. 



CORO. 

Orientales* el dia de Mayo 
De la Patria recuerdo feliz, 
Cekbrémos jurando en sus áras 
Libertad! Libertad! ó Morir S * 

Si tros siglos de cruél servidumbre 
Lamentaron los hijos del Sol, 
Rayó un dia feliz en que brilla 
Üe la Patria el divino esplendor : 

Inflamados de un fuego sagrado 
Gritan todos* ¡Union, é Igualdad! 
Y el sepulcro del Inca resuena 
Libertad! Libertad! Libertad! 

CORO» 

Este grito tremendo y sublime 
En sus pechos enciende el furor 

* Oriental. 



174 EL PARNASO OR!EWPA¿. 



Y cual humo destruyen y rompen 
Lm felangee del fiéro apreso* r 

Dia eccelso, de honor y grandeza, 
En que el libre gritó ¡ Libertad ! 
En que cuenta su ruma e! tirano, 

Y la Patria su gloria y edad. 

CORO* 

Vuestras glorias rendidas aclaman 
Los valientes de Ibéria y de Albion, 

Y al Iropério triunfando enseñasteis 
Antes muerte que dura opresión : 

Mantened, Orientales, el nombre 
Que la espada ganara en la lid, 

Y perezca, el tirano que intente 
Nuestra Patria dichosa invadir. 

CORO. 

Las columnas de Alcides retiemblan 
Se estremece el íbero León, 

Y teñidas en sangre se eclipsan 
Las estrellas del vfcrde pendón : 

Se conturban de horror y de espanto 
Los tiranos al gritó fatal, 
Cuando anuncia con grito tremendo, 
De la Patria la gloria inmortal. 



EL FAJLNASO ORIBNTAL. 175 



CORO» 

Con orgullo mostrad las heridas 
Que sacasteis en áspera Kd, 
Que con muerte y estragos vengasteis 
En los bravos de Gama y del Cid : 

Gozarán vuestros hijos la gloria 
De ser hijos de canto valor, 
Esa gloria que solo respira 
Patriotismo, virtudes y honor, 

CORO. 

De mil héroes la sangre preciosa, 
Orientales ¡ os dio Libertad ! 
Si perdida la viereis un dia, 
A sus tumbas venid y llorad]! 

De sus sombras y polvo renazca 
Nuevo Edipo, que oprima al traidor, 
Y la esfinge fetal destruyendo 
Os volviéra la gloria y honor. 

CORO* 

Orientales, el día de Mayo 
De la Patria recuerdo feliz, 
Cekbrémos jurando en sus áras 
Libertad! Libertad! ó Morir!! 



176 EL PARNASO ORIENTAL. 



AL RESTABLECIMIENTO DE LA BI- 

BLIOTECA PUBLICA DE MONTEVIDEO , DECRETADO POfc 
LA HONORABLE A8AMBLEA r EN SESION DJE 8 DE MAYO 

m 1830. * 

[ DE D. FLORENCIO VAftBLA. f I 



Tu, que á la antigua Aténas 
Diste esplendor ¡ oh Diosa de la ciencia ! 

Del Plata en las arénas 
Vén á engrandecer con tu presencia 

El dichoso momento 
En que se alza al saber un monamente 

* La Biblioteca pública se instaló ec Montevideo el 24 de 
Mayo de 1816» Cuando las tropas de S. M. F. ocuparon esta 
capital en 1817, necesitando las piezas en que estaba la Biblio- 
teca, la destruyeron. Fué restablecida en tiempo del Gobierno 
Imperial , y nuevamente destruida* En la casa que es de aquel 
establecimiento, solo se hallan los estantes, y algunas pocas 
Obras. [Nota del Autor.] 

t Argentino, 



EL PARNASO ORIENTAL. 177 



Ta fuego santo anime 
A los hijos, ya libree, del Oriente : 

Que á tu influjo sublime 
£1 gérmen de la ciencia aquí reviente; 

Y en torno á tus altares 
Corran adoradores ó millares. 

Ya las doradas puertas, 
Que el brutal despotismo cerró un dia, 

De par en par abiertas, 
Al hombre culto ofrecen á porfía 

£1 tesoro preciado 
De todo cuanto el sábio ha meditado. 

La imprenta bienhechora 
Derramó por el Mundo sus lecciones, 

Que estampadas ahora 
En volúmenes mil, son ricos dones, 

Que brindan nuevamente 
La ilustración al Pueblo del Oriente. 

En el grande instituto 
Irán sus hijos á arrancar ansiosos 

El saludable fruto 
Que produce el saben y luminosos 

Los rayos de las ciencias 
Darán nuevo vigor á sus potencias. 



178 EL PARNASO ORIENTAL. 



Entonces los derechos 
Del Ciudadano, el Ciudadano aprende : 

Los límites estrechos 
Conoce del podérj vé como tiende 

Sus redes la malicia, 

Y las evita, y triunfa la justicia. 

Ni confunde ignorante 
Con la alma religión el fanatismo, 

Con la ambición pujante 
El patrio amor ; no pide en su égoismo 

Salvage independencia, 
Ni, en véz de Libertad, quiere licencia. 

Su ilustración le enseña 
A elevarse hasta el alto Firmamento ; 

Y orgulloso desdeña 

Del hombre rúdo ei torpe abajamiento, 
Que á la especie degrada, 

Y en la vida social jamas se agrada. 

Asi nace, asi inflama 
La ciencia á los humanos corazones ; 

Asi cunde esa llama, 
Que vivifica á todas las Naciones, 

Y asi ¡ olí Pueblo de Oriente ! 
Afianzarás tu ser independiente. 



EL PARNASO ORIENTAL. 179 



Desde tu augusta eaféra 
Baja, Minerva, á un pueblo que te adora; 

Has que en su cruél carrera 
El tiempo, que á su saña destructora 

Todo el Mundo somete 
La. Biblioteca Nacional respéte. 



180 EL QWENTÁU 



EN LAS FIESTAS DE JULIO DE 1832, 

■N EL FE«Kri^ r m TKABRO RE UQBITSnfUU* « B»U8XE- 
BOK LOS V*»*0* 

[ DE Di F. DELGADO. * ] 



A LA PATRIA. 

¡ Inclita Patria ! ¡ Patria veneranda ! 
Alza gozosa tu preclara frente: 
Mira cual húye Ja facción infanda 
AI vér brillar tu espada prepotente. 
Ya se afirmó tu trono; tu Lei manda 
Y la plácida Paz reina en Oriente. 
Los nobles pechos sellan hoi tu suerte, 
¡ Oh Patria ! • . • . Paz y Leí 6 heroica muerte. 

La ambiciosa anarquía es un torrente, 
Hórrido abismo de furor cruénto, 
Que arrebata con ímpetu violento 
A la Patria, al Patricio é Inocente. 



* Español constitucional y amigo de la Libertad, 



EL PABJVJÜO ORIBNTAJL» 1S1 



A LOS PATRIOTAS. 

Al horrendo rugir de la anarquía 
Toda la tierra patria se conmueve; 
Lámanse miles bravos á porfía 
A destrozar el monstruo fiero, aleve, 
Y destrúyenlo en fin. Tan fausto dia 
En bronce y marmol esculpirse debe : 
¡Gloria á los que han pospuesto en esta prueba 
Déudos, bienes, taller, redil ó estéva ! 



La Lei sostiene nuestros justos fueros, 
Sostengamos la Lei, sí, ¡ ciudadanos ! 
Sin élla no hai derechos verdaderos, 
Ni riqueza, ni hogár, padres ni hermanos. 



ÍSt KL PARNASO ORIENTAL. 



LA CONCORDIA. 



Deh! fate un corpo sol deimenibri amici, 
Fateun capo, che gli alai indrteñé frene, 
Tasso, Gertjs. Libera, cani. 1. 



[ DK C. PIOKENCIO VARELA, « J 



¡ Ai, protege, Señor, tu hermosa hechura ! 
Por tí este pueblo sacudiera el ytígo 

De servidumbre dura ; 
Y, en tu inmensa bondad, al fin te plugo 

Darle nueva ecsistencía, 
Y llamarle á gozar de independencia. 

No abandones jamas la tierna planta 
Al furor de los vientos, cuando apenas 

Lozana se levanta. 
Libra á tu pueblo ¡ oh Dios ! de las escenas 

De discordia inhumana, 
Que destruyen la tierra Américana. 

* Argentino. 



EL PARNASO ORIENTAL. 183 



Si en merecida pena á sus delitos 
Impuso tu justicia á otras Naciones 

Los males infinitos 
Que traen tas fraternales disenciones, 

El pueblo del Oriente 
Nace recien, su vida es inocente* 

Sálvale, por piedad : no se marchiten 
Jamas sus esperanzas deliciosas; 

Sin fin en él habiten 
La Concordia y la Paz, hijas dichosas 

De la virtud consuelo 
Al hombre justo dado por el Cielo. 

A su sombra benéfica florecen 

Las ciencias y las ártcs bienhechoras, 

Los pueblos se engrandecen 
Llenos de vida ; y leyes protectoras 

La perfección alcanzan 
Y moderadas libertad afianzan- 
La concordia es la fuento mas fecunda 
De los bienes que gozan los humanos; 

Y como el Sol inunda 
Con su fulgor las cumbres y los Hanoi, 

Ella con su influencia 



184 EL SASJMÜfO OMOTTFAL. 



A todo sato dar nueva ecsistencia, 

Al verla se despeñan al abismo 

La Ambición prepotente, la Ignorancia, 

El ciego Fanatismo, 
La sacrilega y ruda Intolerancia 

Y todos los errores 

Que las pasiones traen con sus farórea. 

Ella fué la que un dia dio renombre 
A mi patria : por él la el Universo 

Veneraba su nombre, 
Y la historia veráz, y el rico verso 

En página divina 
Honraron la República Argentina. 

El Cielo la robó tanta ventura. 
Llanto y respeto á su fatal estrella-i 

Y el que, con lengua impúra, 
Se atreva á mancillar su fama bella, 

Y su desgracia insulte, 

En el profundo Avérno se sepulte. 

Sus males evitad, hijos de Oriente; 
De la Concordia al delicioso abrazo 
Volad alegremente : 



el piRif&ro «Bureara.. 185 



£1 os «streche om perpé^o la«o, 

Ahogando en vacurtra ofrflla 
De la asarquía ta letál semilto. 

Jla madre eróticos bemrá trwwjnfla 

Al hijo de su amor, sin que la muerte 

De la revelde fila 
Se lo arrebate en flor; y á dura suerte 

Su ancianidad condene, 
Y de amargtfra y de dolor la lléne. 

Ni temerá el colono que inclemente 
£1 soldado feroz sus miéses tale, 

Dejando solamente 
La negra huélla que el furor señale; 

Y de pueblos cubiertos 
Los campos se verán que hoi son desierto!. 

Mis votos oye ¡oh Dios Omnipotente ! 
Y una familia sola reunida 

Forma en el rico Oriente, 
Que, á Leyes paternales sometida, 

La peligrosa rienda 
Nunca usurpar con crímenes pretenda. 

Ampara tú su juventud dichosa, 



186 EL PARNASO ORIENTAL. 



V hóstiae de Paz adórnen tus altares; 

Con mano bondadosa 
Vierte sobre élla dones á millares; 

De la gloria y ventura; 
j Ai, protége, Señor, tu hermosa hechura \ 



EL PARNASO ORIENTAL. 187 



LAMENTO PATRIOTICO. 



f DE D. FRANCISCO A* DB FMJUEROA» * ] 



Fúnebre Melpoméne que enlutada 

Tristes endechas mides; 
Tú que al lamento y al dolor presides 
Del mísero mortal, k la agitada 
Mente, y al corazón tu fuego inspira; 

Y la luctuosa Lira 
Préstame, Musa, ó si al dolor que abrigo 

En el pecho ardoroso 
Quieres unir tu acento melodioso, 
Verás cuan tierna gemirás conmigo! ! 

Pues ya el monstruo tremendo 

De la discordia atéve, 
La vivorézna frente sacudiendo, 
¡ Sangre vierte feroz, y sangre bebe ! ! 

A cstermmar se atreve 
El suelo pátvio. Con sangrienta ira 



H Oriental. 



25 



188 EL PARNASO ORIENTAL. 



De sus ojos agrestes 
Lanza llama sulfúrica y siniestra; 

En su horrorosa diestra 
Brilla el puñal del parricida Oréstes 

Y en sus hombros se mira 
La túnica fatal de Deyanira. 

Mas ¡oh que horror! ya miro enrojecidas 
Blandir do quiér las lanzas fratricidas 

Y el acéro brillar::::: ¡oh ansias fatales! 

Todos son Orientales 

Y marchan á morir! ! El torpe acéro 
Patriotas deponed! Que la armonía 

En cunto placentero 
Torne el furor: mas ¡ai! ¡oh Músa mia! 

Este inútil lamento 
Que tú me inspiras se lo lleva el viento : 
Ya el Jaura hiende el hórrido alarido, 

Ya el estampido suena 
De! huéco bronce que en los campos truena 

Del Uruguay florido; 

Y la Patria infeliz dando un gemido 

Fatídico y ansioso, 

Que en los ecos rctúmba, 
Lanzándose en el no caudaloso; 
¡Aquí mi gloria fué, ;/ aquí es mi tumba ! 



EL PARNASO ORIENTAL. 189 



Dice:::: y al choque de su augusta frente 
Salta en forma de llanto la corriente. 

¡ Mas todos gritan guerra ! ! ¡ Oh cruel infámia í 
Renuévanse las bodas de Hipodámia, 

Y el furor fratricida 

De! cruél Tyeste, del sangriento Atrida ! ! 

¿ Qué es esto, hádos fatales, 
Sangre queréis, y que la sangre sea 

De hermanos: : : : de Orientales ? 
Odiosa lid ¡ sacrilega pelea ! ! 

¡Y que la Patria vea 
Derribar á sus hijos ciento á ciento ! 
¿ Queréis almas frenéticas é insanas 

Holocausto cruénto; 
Y tributar de víctimas humanas, 

Como mas digna ofrenda 
Nueva hecatombe á Némesis tremenda? 

No será tanto horror : : : : ¡oh Numen sacro 

Que a la Patria iluminas! 
Ya miro la centella que fulminas 
De la discordia al fiéro simulacro; 

Y ya los corazones 
Abiertos á las dulces emociones 

La voz de Union, y de amistad pronuncian 



190 EL PARNASO ORIENTAL. 



Con efusión feliz. Dia dichoso 

Que anhelan y que anuncian 
Los que aman á la Patria, presuroso 

Mueve tu curso, y dora 
Nuestro opáco horizonte con tu aurora! 

El pérfido estrangero 
Que aguza torpe el fratricida acero, 
Cual rugirá feroz ! el estermmio 
De este jardín de Edén es su esperanza 

Y fijar con su lanza 
Sobre sus ruinas su fatal dominio. 

¡ Oh paz apetecida, 
Cubre á la Patria con la hermosa egida 

De tus alas brillantes ! 
Y el Numen tutelar del patrio suelo 
Con letrero de estrellas rutilantes* 

Inscriba alia en el Cielo : 
¡ Hasta la muerte Union ! ! y en eco í'ucjte 
Publique el Mundo. Union hasta la muerte* 



EL PARNASO ORIENTAL. 191 




A LA MEMORIA DE D. MAXIM1L1A- 

iNO OBES, TENIENTE I ° DEI* KEC,iMlE>TO 2/ DF CABALLE- 
RIA, MUERTO EL DIA 11 DE AHHTIj DE IH31» 

[ DE I> VLOUCVC IO \IHLL1 | 



HO NJiTO. 
El golpe inopinado de la muerte 
En ilor te ai rebato. Máximo ainado ; 

Y ni siquiera á mi amistad tac dado 
En el tremendo lance socorrerte; 

Nunca mis ojos volverán á verte; 
Pero eii mi corazón despedazado, 
Tu caro nombre vivirá gravado, 
A despecho del tiempo y de la suerte. 

Tu amistad, tus vutudes generobas 
Serán siempre en mis lágrimas bañadas; 

Y al borde de la tumba en que reposas, 
Junto con ellas correrán mezcladas 

Las de tus tiernos Padres afligidos, 
Las de tus compatriotas condolidos. 



192 EL PARNASO ORIENTAL. 



DEDICADO A LA FAMILIA Y MEMO- 

RIA DE LA FINADA DOÑA MARIA DEL CARMEN PERE£« 



[ DE D. MANUEL A GUIAR- * ] 



timbrando el áura, miserable canto, 
Ave agorera, sollozando grita, 
Atropos cruda, su furor incita, 
Surge la eternidad, gira el espanto: 

Abre la muerte su terrible encanto, 
La cruél guadaña de la nada escita, 
Carmen ansia, en agonías palpita; 
Acaba de ai, en ai, de llanto en llanto. 

Sobre el funéreo mauseolo helado, 
¡Vedla reposa! ! ¡ Oh Dios inmenso ! 
Al fin ya ha visto cuanto es Cielos y hádo, 

¡ Mudos despojos ! ! El dolor intenso, 
Recoged de mi pecho atribulado, 
Mis ofrendas, mis lágrimas, mi incienso. 



* Oriental. 



EL PARNASO ORIENTAL. 193 



A LA MUERTE DEL DIGNO PATRIO- 
TA EL SEÑOR D. JOSE GONZALEZ» DIPUTADO EN LA SALA DE 
REPRESENTANTES DEL ESTADO ORIENTAL* 

[ DE D. FRANCISCO A. DB FiOÜEROA * ] 



SONETO, 

Como el Mundo ea ingrato; y cual descuida 
En dar loor á la virtud mas pura 
Cuando al débil mortal Atropos dura 
Corta el estambre de la triste vida : 

Todo es ingratitud, sombra querida, 
¡ Caro González . , . • ! mas mi fe segura 
Con himnos y recuerdos de amargura 
Cumple por todo el Mundo que te olvida. 

Tú fiel al patriotismo, ora guerrero 
Ora legislador; siempre constante 
La modesta virtud fué tu sendero : 

Mas la Párca sonó, y en un instante 
Perdió la Patria un hijo verdadero 
Y al amigo mas fiel mi pecho amante. 

[ 1832. ] 

* Oriental. 



194 EJ, PARNASO ORIENTAL. 




CANCION. 

A LA MUERTE 1EL RRA\0 CORONEL D* BERNABE RIVERA, 
A CONSFCtENCI\ DE LA REVOLUCION QUE ESTALLO EN 
MOJÍ TE VI PEO EL :í DE JULIO DE 1833, 

[ TE D. CVRLOS G VlLI K ÜE MOROS. * ] 



. Bernabé ! ya iu sombra triste 
De la Estígia las aguas puso* 
Ya no asiste ta brazo invencible * 
Rulo ¡¿auto, nos queda, y dolor. 

De laureles lasicn coronada, 
Mi) de veces Mavorte te vio, 
Presentando al peligro tu pecho, 
Y tu brazo esparciendo el terror: 

* Orieut.iL 



EL PARNASO ORIENTAL. 195 



Mil de veces, la huéstc enemiga, 
Al nombrarte, tan solo, tembló; 

Y los llanos de Oriente mil veces, 
Bernabé, repitieron, triunfó» 

CORO, 

De Albuquerque y de Gama lo» hijo» 
La cadena arrojaron feroz, 

Y á la tierra de bravos, la cuna, 
Orgullosa su planta pÍ3Ó. 

Oprimida, al socorro te llama, 

Y al llamado corriendo veloz, 
En Misiones la Fama, proezas 
De este lado proézas sodó. 

coro. 

De Uruguay la corriente abundosa, 
En sus ondas tu nombre llevó, 

Y mezcladas al undoso Plata, 
A estimarlo al Porteño enseñó. 

Admirado el oido estrangero, 
Tus hazañas también escuchó; 

Y de un Polo, hasta el otro del Mundo 

Bernabé, Bernabé, resonó. 

26 



196 EL PARNASO ORIENTAL. 



CORO, 

Del Cuarem, á la horda salvage, 
Cuando alzára c) revelde pendón, 
¡Cuantos sustos tus briós costára! 
¡ Cuanta sangre sorpresa y pavor ! 

Un momento es partir y vencerlo» 

Y en tu fuerza y activo vigor, 

Un momento es partir, y á tu patria* 
Volver paz, alegría y honor, 

CORO. 

Mas ¡ai triste 1 Este suelo te llama 
Sumergido en horrible dolor, 

Y arrancarte, pretende, al abismo» 

Y el abismo ensordece á su voz. 

De la etérna mansión de los héroes, 
A la humana jamas ¡ah! volvió 
Sombra alguna que avaro aprisiona. 

Y retiene el aváro Aqucron, 

CORO. 

Solo llanto y tiernos gemidos, 
Bajarán á tu tumba de honor, 



El, PARNASO ORIENTAL. 19? 



Solo llantos y tiernos gemidos, 
Puede darte, de Oriente, el amor; 

Y el laurel, y la palma enlazados, 
Y el ciprés, que en tu foea creció, 
Mostrarán á la tierra la gloria, 
Mostrarán á la tierra el dolor. 

CORO. 

¡Bernabé í ya tu sombra terribk 
De la Estigia, ¡as aguas pasó, 
Ya no ecsiste, iu brazo invencible* 
Solo llanto, nos queda y dolor. 



198 EL PARNASO ORIENTAL, 




A LA HEROICA MUERTE DEL BRA 

VO CORONEL D. BERNABE RIVERA, EPICEDIO, Ó CANCIC 
TUNERAL, DEDICADA AL EXMO. SEÑOR r RESIDENTE DEL E* 
TA DO ORIENTAL DEL URUGUAY D FRUCTUOSO RIVERA. II 

[ LC5. FRANCISCO A. DE FfílUÉROA É ) 



Deja, sombra querida, 
Que íl tu scpulcto llame, 
Que on su lo&a derrame 
Mi pena y nn aflicción ; 

|) Esta canción flic presentada i. S, E, el día 15 del cor- 
riente mes de Octubre de l&3tt, en un hermoso y grande cua- 
dra inventado y di hígado primorosamente á pluma por el insig- 
ne calígrafo D. Juan Bemc& Innoven. Allí se representaba la 
facha Ja. Jo un magnífico templo» y en once medallones estaban 
dibujados con admirable perfección y delicadeza, todos los pen^ 
samientos, las unágenc* v el sentido que contienr cada una de 
las once estro fh ^ 'pie componen esta cíuiuon 

* Omntaí, 



EL PARNASO ORIENTAL. 19Í 



Mas ¡ai ! al éco triste 
Que en tu mansión resuena 
No respondes : : : : ! y péna 
Con ansia el corazón : 
Vé cual la Patria 
Llega enlutada 
La tumba helada 
A contemplar: 
Sus tristes ayes 
Dirige al Cielo, 
Y es su consuelo 
Llorar! llorar! 



Tu Bernabé, tú eras 
El Numen de bondades, 

Y entre dos tempestades 
El Iris tutelar : 

Los bárbaros levantan 
El pendón parricida, 

Y á la Patria afligida 
Pretenden devorar: 

Los tiernos hijos, 
La esposa amante, 
Todo, al instante 
Cede a! honor: 



tt& ML PARNASO ORIBNTAi. 



Y á los que alistas 
Bravos y osados 
Gritas;; :;Spld a dos, 
Valor! valor !! 



La Tribu de salvages, 
Que Tacuabé concita, 
La cruel insignia agita 
De infausta rebelión : 
A su frente el espanto 
Precede á sus furores, 
Y en pos, todo es horrores, 
Sangre, y asolación : 
Las fieras turbas 
Tres veces langas, 
Y tres alcanzas 
Lauro inmortal : 
Lauro que ees alta 
Tu patrio fuego : 
Mas lauro luego 
Fatal! fatal!! 



Cual cometas de muerte 
Los rústicos plumajes 



EL PABiVASO ORIENTAL. 



De sus rostros salvagea 

Realzan el furor: 

Tú a la horda terrible 

Te ostentas, y te nombras, 

Y huyen, como á las sombras 

Disipa el resplandor: 

Mas ¡ ai ! detonte 

Pues tus laureles 

En sangre, cruéles 

Piensan teñir : 

Triste presagio 

Al alma hiéla 

Que solo anhela 

Gemir ! gemir!! 



Ave de infausto agüero 
Anuncio de tristeza, 
En mi laúd tropieza 
Con volido fatal : 
Y las cuerdas resuenan 
Del instrumento herido, 
Con lúgubre gemido 
Cual canto funeral: 
Del bosque el éco, 
A yes pronuncia, 



14 



$03 EL PARNASO ORIENTAL, 



Y el Sol anuncia 
Pálido horror : 
De honor guiado 
No retrocedes, 
¡Oh! ¡ cuanto puedes 
Honor, honor ! ! 



De su pérfida fuga 
¡Ai! ¡ cual tornan! . . . . ¡cual fiéroa 
Al héroe y sus guerreros 
Asaltan á la véz ! 
Roto el sangriento acéro, 
Brazo á brazo los ciérra, 
V un stírco hace en la tierra 
La fuerza de sus pies; 

Bazan muriendo, 

Valor, Rivera 1 

Y él respondiera 
Valor Bazan ! 
Las fiéras lanzas 
Logran postrarle, 

Y hasta ultimarle 
Le dánl lo dan! 

Por cien brechas ecsala 
El alma grande y bella; 



i 



Que apenas pudo ¿Ha 
Por cien brechan aalir! 
Y al postrer parasismo 
Del héroe que falléco 
Tiemblan y les parece 
Que torna á revivir. 

Al fin sifl vida 

cae traspasada: 

Y en torno el prado 
Se estremeció* 

Los fiéros monstruoa 
Dudan, palpitan* 

Y al cabo gritan 
Murió. . ..! murió....!! 



Ya al cadáver osados 
Se acercaa con fiereza; 
Le contemplan^* . .y empieza 
La escena del furor i 
Nó, no triunféis Carihes, 
Que aun la testa, un hercreno, 
Y en cada, ciudadana 
Un rayo vengador: 

Maa ¡ ai ! que nunca 

Linaje ififtusto 



S7 



104 EL PARNASO ORIENTAL- 



Digno holocausto 
Serás por él : 
Ni ahogado en sangre 
Jamas desquitas 
Lo que nos quitas, 
Cruél. . . .! cruel, . . .! 



Allí, do las virtudes 
Al crimen sucumbieron 
Tiernas flores se vieron 
De su sangre brotar: 
Y en la cruz solitaria 
Que vén los caminantes, 
Tortohllas amantes 
Lamentan sin cesar ! 
Allí los mánes 
Vagando al viento 
Con tr:ste acento 
Se oyen plañir : 
Mánes de aquellos 
Que osaron leales, 
Como Orientales, 
Morir : : : : ! morir ! I 



Que fiéraincertidúmbre, 



EL PARNASO ORIENTAL. 805 



Que ansias no padecimos, 
Hasta que al fin, bebimos, 
La amarga y negra hiél ! 
Amarga, y lenta ha sido 
Del hado la venganza, 
Y entre horror y esperanza 
Para ser mas cruel ! 

Y en vez de himnos 

Y áreos triunfales, 
Son funerales 

Y un atahúd ! 
Salud ! oh sombra ! 
Del héroe amado, 
Sol eclipsado, 
Salud! salud!! 



En fin, aqui te miro; 
Mas cuan desfigurado ! 
Ellos te han destrozado 
Con bárbaro furor! ! 
En las armas que adornan 
Tu sepulcral trofeo 
Esas lanzas que veo 
Recuerdan mi dolor ! 
Sangriento y pálido: 
Yerto y sin vida T 



206 EL FASNA0O ORIENTAL. 



Con tanta herida : : ! 
Cuan otro «fitas!! 
Aij que en la tumba 
Fuerza dejarte ! 
Mas olvidarte, 
Jamas i Jamas !! 

[ 1833. ] 



EL FAJIN ASO ORIENTAL. 207 



VERSOS RECITADOS EN DIFEREN- 
TES PUNTOS POR EL GENIO DE LA COMPARSA DE MILITA- 
RES, EN EL LUCIDO FESTEJO DEL ANIVERSARIO DE NUES- 
TRA CONSTITUCION EN 1833. 



\ DE ». FRANCISCO &• DE FIQUE ROA. * ] 



Mira, ¡oh Patria á los hijos que te aman, 
Que tus cadenas en la lid rompieron; 
Allí á fiéros tiranos resistieron, 
Aquí á tu Lei se humillan y te aclaman. 

ii. 

Las garantías de la Lei sagrada 
Forman la Libertad que apetecemos; 
Orientales, las Leyes respetemos, 
Y tendrá Libertad la Patria amada. 

m. 

Salud, á tantos héroes que perdimos, 
Que entre el horror de Marte y el estruendo 



• Oriental. 



208 EL PARNASO ORIENTAL. 



Gritaron ¡Libertad! y ellos muriendo 
Sobre sus túmbas, Libertad tuvimos» 

IV. 

Viva la Leí en la Oriental esféra, 
Viva el Gobierno por la Leí regido. 
Y á la Asamblea Nacional reunido 
Viva el invicto, el inmortal Rivera. 



EL GENIO DE LA COMPARSA DE LOS SEÑORES DEL COMERCIO, 
DUO LAS QUE SIGUE!?. 



Viva la Libertad y el Mundo vea 
Que este dón celestial gozár sabemos, 
Y ánte el alcázar de la Leí clamemos 

Viva el GobierrtOj viva la Asamblea. 

n. 

Al Paladiúrn de nuestra Patria bella 
A esas banderas que tremola el viento, 
Orientales, hagamos juramento 
De vivir libres, 6 morir por ella. 



EL PARNASO ORIENTAL. 209 



IIL 

Sacra deidad que desde la eminoncia 
Del alto Cielo gobernáis el Orbe, 
Proteged á la Patria y nada estorbe 
Su dulce paz, bu cara independencia. 



Eff ALGUNOS EDIFICIOS PARTICULARES HABIA LAS SIGUIENTES 
POESIAS COLOCADAS EN VISTOSOS B ILUMINADOS TRASPA- 
RENTES, 

¡ VIVA LA CONSTITUCION ! 

El patriotismo y el valor unidos 
Para salvarte ¡ oh Patria ! concurrieron, 
Cuando en la lid tus hijos decididos 
Gritaron ¡Libertad ! y libres fueron; 
Tan virtuosos cuan bravos y atrevidos, 
El bien que alcanzan, mejorar supieron; 
Y alzando el templo de sus Leyes bellas 
Saben ser libres respetando aquellas. 



AL GOBIERNO. 

Los destinos del Pueblo del Oriente 
Vos dirigís señor. • . .y el Mundo vea 



%lñ EL P*RN*SQ ORIENTAL. 



Que en vuestras manos ponen dignamente 
Thémis su espada^ su balanza Astréa; 
El es libre y feliz, porque prudente 
Respetando la Lrl, guardéis la idéa 
Que el Pueblo Soberano, á una persona 
Deléga su poder : : : : no le abandona. 



A LOS MANES HEROICOS. 

Dejad sombras ilustres un momento 
La mansión del sepulcro pavorosa, 
Manes del patriotismo, el grato acénto 
Escuchad de la Patria venturosa; 
Libróla de opresión vuestro ardimiento 
Y hoi constituida, en Libertad reposa, 
Vuestro heroísmo el galardón reciba 
Pues supisteis morir; porque élla viva. 



A LOS BRAVOS ORIENTALES, 

Libertando í la Patria habéis logrado 
El boaor que á lo» toaros <Ü la historia, 
Soste&ie&do ta Leí que habéis jurado 



EL PAKNASO OBrtfiNTál- 9tl 



Adquiere roas valor vuestra memoria* 
LeI| Lireatax), y Unign, son el sagrado 
Paládium, que asegura nuestra gloria, 
Y pues tan altos bienes alcanzamos 
¿¿¿re* y uwtáw por ¡a Ld vivamet* 



28 



218 EL PARNASO ORIENTAL. 



CANCION SECULAR * DE HORACIO, 

TBADUCIDA AL CASTELLANO CON MOTIVO DE LAS SOLEMNES 
FIESTAS NACIONALES DE NUESTRA CONSTITUCION, CELE- 
BRADAS EL DIA 4 DE OCTUBRE DE 1834. 

[ t»B D. FRAKCIBCO A. DB FIQUE ROA f| ] 



A FBBO Y DIANA 

Arribos Coros. 
¡Oh refulgente Fébo, oh casta Diana! 

De las selvas señora; 
Lucientes astros que el mortal adora, 

* Antes de Augusto ci siglo era do cien años, mas los sa- 
cerdotes intérpretes de los oráculos escritos por obsequiar á 
aquel, hicieron cayese en su tiempo esta solemne festividad, 
consiguiendo sin mucho trabajo persuádale; que según los ver- 
sos Sybihnos el siglo debía contarse de ciento diez años. Au. 
gusto encargó á Hoiacio la composición del Himno Secular, que 
es este mismo, el cual era cantado en las plazas publicas por 
dos brillantes coros de niños y nulas de distinguido nacimiento. 
Duraban las funciones tres días, y en todos ellos se entonaba 
este himno á medio dia y a la mitad de la noche. 

H Oriental, 



EL PARNASO ORIENTAL* 213 



De la gente romana 
A vuestras áras puesta 

Oíd el voto en la sagrada fiesta. 

En que de las Sybilas providentes 

Ordenan los cantares 
Que á los Dioses de Roma tutelares, 

Infantes inocentes, 

Vírgenes superiores 
Entonen himnos, y tributen flores. 



Coro de Niños, 
Sol que desde tu carro luminoso 

Fecun das la natura 
Ya ostentes ó ya ocultes tu luz pííra; 
Objeto mas grandioso 
Que el Pueblo de Quirino 
Jamas alumbre tu esplendor divino. || 



Coro de Niñas. 
¡ Oh Diana, que al feliz alumbramiento 

Presides bienhechora! 
Sé de las tiernas madres protectora, 

Y cante nuestro acénto 



|| Roma, de Rúmulo k quien llamaban también Quirino» 



214 EL PARNASO ORIENTAL, 



Tu alabanza divina 
Bien te nombres Fecunda, ó bien Lucina. 



La sucesión Romana inumcrable 

Bajo tu amparo crezca, 
El la Lei del Senado favorezca, 

Que dando al secso amable 

Conyugales cadenas, 
Iguale nuestra prole á las arenas. 

Amhos Coros. 

Porque el futuro tiempo repitiendo 

Su giro magestuoso, 
Cada ciento y diez años mas dichoso 

Restituya el estruendo 

Los himnos y alegrías. 
Por tres serenas noches, y tres días, 

Y vosotras ¡ oh Parcas, de infalible 

Y fatídico acento ! 

Tenga lo que anunciasteis complemento 
Al tiempo imprescriptible, 

Y á par de los pasados 
Seguid hilando venturosos hados: 



En ganados y frutos abundando. 



EL PARNASO ORIENTAL, 215 



A Céres y Pomóna 

Brinda Ja tierra espléndida corona 
De espigas; sustentando 
Sus procréos y aumentos 

Salubres aguas y templados vientos. 

Coro de Niños* 
Mitiga, ¡ oh blando Apolo, el ardorosa 

Esplendor de tu llama, 
Oye á los nulos, cuya voz te aclama ! 

Las Niñas. 

Y tu planeta hermoso. 
Rema de las Estrellas, 
j Oye; candida Luna, a las doncellas! 



Atnbos Coiw. 

■Si Roma es obra vuestra, si arribaron 

A la Etrusca ribera 
Latí falanges Troyanas, que do quiera 

Los númenes salvaron, 

Y obedeciendo al Cielo 
Fundaron su ciudad en nuestro suelo. 



A los que el pío Eneas couduciendo, 
De su patria adorada 



216 EL PARNASO ORIENTAL. 



Por entre el fiero incendio, con su espada 

Libre camino abriendo, 

Les ofreció tendrían 
Un imperio mayor que el que perdían. 

Dad á la juventud, ¡ oh soberanos 

Númenes protectoresl 
Costumbres y virtudes superiores; 

Descanso á los ancianos, 

Y á la Romúlea gente 
Hijos, riqueza, y gloria permanente. 

Y el que de blancos toros grata ofrenda 

Os tributa en el ára, 
De Anquí s es y de Venus sangre clara 
Reine, y su império estienda; 
León en la lid osado, 

Y apacible deidad con el postrado, t 

Ya por tierra y por mar despavorido, 
Al Romano denuédo 

Y á la Albana segur, respeta el Médo, 

Ya las Leyes han pedido 
El Escita insolente 

Y el que del Indo bebe en la corriente. 

j- Augusto descendiente do Julo, hijo de Eneas, estaba sa- 
crificando á los Dioses mientras se cantaba este himno. 



EL PARNASO ORIENTAL, 217 



Ya la fé, paz, y honor, y la olvidada 
Virtud en nuestro suelo, 

Y el antiguo pudor tornan del Cielo: 
Ya en la patria adorada 
Luciendo un siglo de oro, 

Difunde la abundancia su tesoro. 



Coro de Niños, 
Y el adivino Fébo decorado 

Con arco rutilante, 
De las Pimpleas preferido amanto, 

Al que aliviar es dado 

Con saludable ciencia 
De los cansados miembros la dolencia. 



Si favorable al Templo Palatino |||{ 

Si al Lacio delicioso, 
Y al romano esplendor mira afectuoso, 

Proteja él su destino 

Mas brillante y seguro 
En la región inmensa del futuro. 



Coro de Niñas. 

Y Diana cuya fulgida diadéma 

y |j Augusto había levantado un Templo sobro el monte Pa- 
latino, 



15 



218 EL PARNASO ORIENTAL. 



Desde el Algido monte, 

Y el Aventino, alumbra el hoii&ontp ** 

Favorezca suprema 
A los quince yaron^s tt 

Y atienda de la infancia á las cauciones. 



Ambos Coros* 
Ya de Fébo y de Diana terminado 

El himno de alabanza, 
Lleva el coro la plácida esperanza 

Que Júpiter sagrado 

Y las Sumas Deidades 
Derramarán en Roma sus bondades. 



** Diana tenia su Templo sobre el Aventino, y se la miraba 
como protectora de este, y del monte Algido, 

tt Quince eran en aquella época los Sacerdotes depositarios 
de los libros Sybilinos. 



EL PARNASO ORIENTAL. %19 



EN LA VISTOSA ILUMINACION Q,UE 

ADORNABA LA FACHADA DEL EDIFICIO DEL CONSULADO, SE 
VEIAN OCHO TRASPARENTES DC GUSTO, CON LAS INSCRIP- 
CIONES SIGUIENTES, AL CELEBRAR EL ANIVERSARIO DE LA 
JURA DE LA CONSTITUCION EN OCTUBRE DE 1834. 



[ DE J>. FRANCISCO 4. DE FIGUS&OA. * ] 



A LA AGRICULTURA. 

£1 Sol de nuestras Leyes ilumina, 
Anima al suelo y la abundancia crece; 
Y á la labranza y al afán ofrece 
En rica tierra inagotable mina* 



AL PASTOREO. 

£1 pastoréo es fuente verdadera 
Y riqueza esclusiva del Oriente: 
Haya Leyes, y paz, que él solamente 
En el sosiego de la paz prospera. 



220 EL TARNASO oriental. 



A LAS ARTES, 

Las artes y la industria en todas partes 
Dan precio y ser á la materia inérte; 
Y en todo pueblo liberal se advierte 
Crecer la industria, y florecer las artes. 



AL COMERCIO, 

£) comercio e3 el cuerpo del Estado 
Vital circulación que le fomenta, 
Es la sólida base que sustenta 
El templo que la espada ha levantado. 



A LA CONSTITUCION. 

¡ Oh Pueblo heroico que á la gloria atiendes 

De ser libre, deñende denodado» 
De la3 Leyes el código sagrado, 
Que en él tu gloria y Libertad defiendes! 



A LA PATRIA. 

Ceñida de laurél la augusta frente 
La cara Patria en Libertad reposa, 



EL PARNASO ORIENTAL. 221 



De tantos pueblos escepcion dichosa 
Constituida, feliz, independiente. 



A LOS BRAVOS. 

Vuestro valor libró á la Patria amada, 
Vuestra virtud su Libertad mejora, 

Mucho pudo la espada mas ahora 

Mas pueden las virtudes que la espada. 



A LA LIBERTAD 

¡ Sagrada Libertad ! los que te adoran 
Conocen tu valor; tú eres del hombre 
El mas precioso bien; y al oir tu nombre 
Los Ubres cantan, los tiranos lloran. 



2S8 EL PARNASO ORIENTAL. 



CANCION PATRIOTICA FESTIVA, [| 

PARA CANTARSE CON L\S COPAS EN LA MANO; COMPUESTA 
EN CELEBRIDAD DEL ANIVERSARIO DE LA JFRA BE LA 
CONSTITUCION DE 1834. 

[ DE Di FRANCISCO A. DE FlGtTJfcROA . * ] 



Empiezan todos el — coro. 

Bebamos^ bebamos 
Cantando en unión 
De Patria y de Bac.o 
La dulce canción. 

Solo. 

Bebamos amigos, 
En grata armonía, 
Cantemos e! día 
De gloria y honor : 

|| Una persona sola canta los versos, y al fin de cada uno 
do ellos, responden todos juntos el coro, y entonces beben.— 

La tonada es enteramente igual ¿ la conocida canción 

" Bebamos, bebamos De! suave licor— Cantando beódos— 

A Baco y no a Amor.'* 

* Oriental. 



EL PARNASO ORIENTAL. 223 



Dó el Sol de las Leyes 
Brilló felizmente, 
Llenando al Oriente 
De eterno esplendor. 

Todo$) Coro. 

Solo. 

El código santo 
De nuestros derechos 
Tendrá en nuestros pechos 
Su templo y su altar. 

Por los que nos dieron 
Tan alta preséa, 
Por nuestra Asamblea 
Patriotas, brindad. 

7Wos, Coro, 

Solo. 

Honor al Gobierno 
Que da en nuestro sudo 
Ejemplo y modelo 
De zelo y virtud : 

Tres veces las copas 
De Buco llenemos 
Y en su honor libemos 
La triple salud. 



824 XL PARNASO ORIENTAL. 



Todos, Coro. 

Solo. 

Del divino Baco 
La espuma bullente 
Ya sube á mi frente 
Su árdor celestial : 

Asi enardecidos 
Brindemos señore3 f 
Por loa defensores 
Del Pueblo Oriental. 

Todos, Coro. 
Solo. 

Las bellas comparsas 
Que al circo acudieron 
A la fiesta dieron 
Realce y valor : 

Y la del Comercio 
Hoi por despedida» 
Debe agradecida 
Beber en su honor. 

Todos, Coro. 
Solo. 

La sección tercera 
Con áreos y flores, 



EL PARNASO ORIENTAL. 235 



Las ninfas de amores 
Quisieron ornar: 

Y pues son de Oriente 
Amables estrellas 
Debemos por ellas 
Beber y cantár» 

Todos, Coro. 

Solo. 

Del Dios do las úbaa 
Sigamos la ronda, 
La copa mas honda 
Sera la mejor. 

Y todos beodos 
Brinden en secreto 
Por el caro objeto 
De su fino ardor 

Todos, Coro. 

Solo. 

Al tierno Cupido 
Que al pecho enardece 
La ofrenda se ofrece 
Bebiendo en su honor : 

Pues mueven con grato 
Talismán divino 



226 EL PARNASO ORIENTAL. 



£1 amor al riño, 

Y el vino al amor. 

Todos, Coro. 
Solo. 

No envidio de Jóve 
El trono opulento, 
Ni el ladro sangriento 
De Márte cruél : 

Que á par de mi amada 
Me basta, y estimo 
Por ladro, un racimo 
Por trono un tonel. 
Todo$¡ Coro. 
Solo. 

Cantemos, ¡ oh Baco! 
Tus grandes acciones, 
Leopardos y Leones 
Tú sabes rendir: 

Tu néctar iguala 
El débil al bravo, 

Y el tímido esclavo 
Al fiéro Visir 



Todos, Coro. 
Solo. 
A impíos rapt ore* 



EL FftBff ABO OHIfiJVTlU 



Que á tí se atrevieron 
Tus dárdoe volvieron 
Delfines del mar : 

Y astuto y valiente 
Supiste con arte 

De Juno librarte 
Del lado triunfar. 

Todos, Coro, 
Solo. 

Los fiéros Titanos 
Por tí sucumbieron 
Que absortos sintieron 
Tu augusto poder : 

Y pu©8 las vendimias 
Enseñas al hombre, 
Por eso en tu nombre 
Mi gloria es beber. 

Todos, Coro. 
Solo. 

En fin á Lyéo 
Cantad reverentes 
Ceñidas las frentes 
De pámpano y vid: 

Y enchidas las copas 

30 



228 EL PARNASO ORIENTAL. 



Del rojo falerao, 
En coro fraterno 
Bebed y decid- 

Todos, Coro. 
Solo. 

¡Oh néctar de gloria 
Que el alma me hechizan, 
Tú me magnetizad 
Yo nado en placer : 

Ya diviso estrellas 

Ya me bamboléo, 

Y solo deseo 

Beber y beber. 

Todos , Coro. 

Bebamos, bebamos, 
Cantando en unión 
De Patria y de BacQ 
J^a dulce canción. 



EL PARNASO ORIENTAL- 229 



CANTO PATRIOTICO DE LOS NE- 

OROS, CELEBRANDO A LA LEI DE LIBERTAD DE VIENTRES Y A 
LA CONSTITUCION, 

[ DE D. FftASCtSCO A. DK PIQUERO A. * ] 



CORO DE NEGROS. 

Ktva len Conditustone 
Viva len Leye Paliisia, 
Que nc tiela den bataneo 
Se cabó len dipolíma : 
Lingo, lingo, lingo, 
Linga, ¡inga, linga, 
Q?/e ne tiela den balanco 
¿>e cabó len dipolíma* 

Primera estrofa. 

Compañelo di candombe 
Pita pango e bebe chicha, 
Ya !c si jo que tienguemo 
No se puede sé cativa : 



Esta graciosa composición la publicó su autor bajo noro* 
bre supuesto, oomo lo espresa p] comunicado que vi al fin.— 
[ Nota del Editor. ] 



230 EL PARNASO ORIENTAL. 



Po léso lo Camundá, 
Lo Casanche, lo Cabinda, 
Lo Banguela, lo Monyolo, 
Tulo canta, tnlo glita. 

CORO, 

Segunda estrofa. 

Né tiempo den Potugá 

Y ne tiempo den Galisia, 
Le Flicana lisendensia 
Tlke secrava nasia : 

Ma luego ne solisonte 
Lo Sol Melicano blilla. 
Alojando dése Oliente 
Len caleña le Mandinga. 

CORO* 

Tercera estrofa, 

Changalole, vivan Dioso! 

Y á ete Patlia tan quelila 
Que da libio nuete sjjo 
Len colasono se linda : 

A Ion buena Liputalo, 
Len Gupéno Gicutiva, 
Cantemo nese batuque 
Con tambóle y con malimba. 



BL PARNASO ORIENTAL. 231 



CORO. 

Cuarta estrofa. 

Nele combate y bulullo 
A la Patlia se clidita, 
Ma que se fata e colóle, 
Que Ion glandese, y lo etima : 
Poque ese Leí que julemo 
Que plotege, e que catíca, 
Manda que tula secrava 
Tiengue hble lan baliga. 

COKO. 

Quinta estrpfa. 

A e Libetá con bonete 
Que e nc piláme se mil a, 
Le ponguemo po ofelenda 
Una caleña lompila: 

K polelle ene sapillo 
De envasione sinemiga, 
Lo conchavo, lo decanso. 
Lo sangle se saclifica. 

CORO. 

Sesta estrofa 

Ma no sen busa den Leye; 



232 ELr PARNASO ORIENTAL. 



Y Malungo y su nenglita 
Como buena quilitiano 
Que si casa, c que si día : 

Y gosalán nuete sijo 

La Libetá bien tendila, 

Cuando homble debiene, plemio, 

Cuando capiango, mueinga. 

CORO FINAL. 

Viva len Condiíusione^ 
Viva len Ltyc patliria, 
Que ue Hela den balanco 
Se cabó ¿en dipotíma . 

Lingo, folgos lingo, 

Litiga, linga, linga. 

Que ne tiela den balanco 

Se cabó len dipotíma. 



Señólo Litóle de le Nivesa. 

Como Ion balanco tiene tanto sino pathotica qui canta nele 
funsione; musotlo que también aomo sijon de Dioso, e de la Vi- 
jen di Losalio, e qui Jebemo á la Conditusione la Libetá de nue. 
te sijo, encalguemo á uno Chbano ese canstone en glande pala 
cantd como puelemo lan Leve, po quiene dalan ese vi la — 
Cinco Ciento Xfglo de tule yaetone^ 



16 



\i A^ AajSL Jl« «A.. ^. ^ .. ^Tl. Jl A3^*^A^J^*Sl»^L^^2¿^*SL*»3L■*Jfc•ASi- 
• C" C* ' C* 1 C* * *^* "^i* *^**^í¿* * *^**C**^t * ^C* r C* 



EL PARNASO ORIENTAL. 237 



EPISTOLA 

ESCRITA POR D. FRANCISCO A. DE FIOUEROA, EN LA QUE VAH 
TODOS LOS VERSOS CASTELLANOS GLOSADOS CON VERSOS 
HEXAMETROS LATIMOS DE LOS MEJORES POETAS. * 



Caro Señor, a quien llego 
Guiado por una estrella 
Yo ,.et mea eymha semél 
Vasta percusia procñlla 

De quien un tiempo goze 
Aprecio, amiatad, franqueza,., 
Dulces exuvi<B dum 
Fata, deusque sintbant 

Fabio, que el noble apellido 
Con tatito honor desempeñas, 
Fabio máxima qui clarzs 
Nomen virtuhbus aquas 



. . .Yo . y mi barquilla agitada 
En rada y larga tormenta. 
Ovidto p Tridtium, libro 1» Elegxal» 

, Dulces prendaa cuando el Cielo- 

Y el hádo lo permitieran 
, ..Virgilio* Eneida Ub, 4, 

» .. Fabio .a cuyo ilustre Hombre 
Igualan ilustres prendaa. 
Ovid. ex Ponto hb. 1. EpisL 1. 



* En la columna a la derecha del lector &e pone el significado 
o maa bien una imperfecta traducción del verso latino, para qu© Iob quo 
ho entiendan cbte idioma, puedan lerr cada cuarteta entera, aunque per- 
derán toda la belleza y <. l alma que contienen los originare. \ El Autor.] 

31— i* 



238 EL PARNASO ORIENTAL. 



Que ya de joven gozasteis 

Del honor las preeminencias 

Y mas., candi di or póstquam 
Tondenh barba cadthat 



.Y mas -desde que á la barba 
Blancos jasmines se mezclan. 
.Virgil. Eglog. 1. 



Para saludaros hoi 

Y Ú. vuestra elevada esféra Llegar ctt&l Aguila ali 

Llegar, iiun ego jactancias Movibles áras quisiera. 

Optarem súmere pennas Ovidio, Trist. Elcg. 8- 



Como lo hizo el arquitecto 

Del laberinto de Créta 

Dédalue (ut fama est) 

Fttgiem Minióla regna 



.DCcialo [según es fama] 
Cuantió d^ Minos.huyéra 
Vtrgtl Eneid hb' « 



Puea hablaros ce difícil, 

Que entre atenciones diversas,. . . 
Nee ttbi conttgunt qu<& 
Oenttbue oüa prestas 



Ni <i.un di «pone i& de loa dcio&t 
Que en publico bien se emplean 
Olk/. Trtst hb 2 Ehg I, 



Por ceo para explicaros 
La ansiedad que me rodea, 
No sé . quid, msi Pteridtn 
(Solatia frígida ') restat . . 



No se que, tino las Musas 
[Recurso iniehz l] me resta. 
.Omd. ex Ponto, hb, 4. EpisL 2 



Asi, intercalando florea 

De los latinos poetas. , Porque., . es dado osar un tanto 

Porque, qutdhbet audendi Con la apolínea licencia . 

Semper fuit aqua potestas Horacio, Arte poética. 



Bate ramillete 6 carta 

Mi fino afecto os presenta 

Por ver. . .si giMfl adhuc-usquam 
Nostii non \mmemor extaf... 



Por \er bi aun existe alguno 

Que de mi nombre se acuerda. 
Ortc?. rx Pont. hb. 4. Epi6t. 15, 



EL PARNASO ORIENTAL. 239 



Mas mi Músa al elevarse 

Cual Icáio á la eminencia, 

Recela . susptciñns c&lum, 
Tenditque ad sidera dextram 

Pues aabe que mi barquilla 

Perdió las jarcias y velas 

Cuando., paullatvm adnabam 
Terr<& r etjam tuta tenebam 

Por eao es que sin pulsar 
Del plectro laa áureas cuerdas . 

Tiempo ha que deficiens animo 

Mtssto cum cordejacebai 



.v. Recela. ....y tímida ©atiende, 

Mirando al Cielo la diestra 
...Vuy, Eneida Ub. 12. 

. . .Cuando tranquilo yogando 

Tocaba en feliz ribera. 
..Vtrg> Eneida lib. 6. 

, Tiempo há que .....desfalleciente 
Yace enmudecida y yérta. 
Lucrecio lib 6. 



Y ea bien que hoi alcance olvidos, 

Si ayer lauros, porque vea Que al fin, . la gloria anhelada 

Que al fin...Aa¿ toties opiatas Cuesta sinsabor y penas. 

Ex tgit gloria panas Juvenal, Sátira 10, 



Y aun debió romper bu Lna, 
Cuando advirtió que proterva. 
La envidia, .moslrabat grávidam 
Telie se Jerre pkaretram 



La envidia .... cruel se mostraba 
Con dardos y aljába alerta. 
Stho Itálico libro 7. 



Ya, aunque tarde, aprovechando 
En su costosa espenencio, 
Cede, deponxique mas 
Lauros bellvque trohpaa 



, ..Cede ....y depone sus lauros 
Y sus trofeos de guerra. 
.Rapin, poem. cerca Lutetiam. 



No pretendo pues loaros 

Con adulación abyecta, Que os ofende y torpemente 

Que oa ofende ai quiddam vitii Se engaña el que asi lo infiera. 

Qnicumquc h?nccóneipit t etrat . Ovu(. TnsU hb. 3. Elcg. 10, 



240 



EL PARNASO ORIENTAL. 

t 



Aunque miro cuanto el hombre 

Con la adulación progresa,.,., 

Y rnaBM.tgm studet optatam 
pursu contingere metam.< 



.Y mas. . . quien llegar astuto 
AI deseado fin intenta. 
.Horac. Arte poética. 



Solo intactA mi opinión 

Ambicióno, mas riquezas 

Jamas ah ! péreat qut primua 
Opea effodit optrtaa 



.Jamas.. . .perezca el primero 
Que arrancó el oro á la tierra. 
,,Stdroniua Hoechiua\ auper divinas. 



De! campo el grato retiro 

Es cuanto mi pechó anhela Y ver cual ....leto el rebaño 

Y ver cual . luxuriant pécudes Face y retoza en la yérba, 

Nascenti tn graminta herbá Mttivítr, Himno al Sol, 



Viviré Ubre y tianquilo, 
Y en descendiendo á la huesa 
Tai ve¿ logre. . ,út me non docta 
Deplóret pastor avena . , 



Tal vez logre . . .que un pastor 
Me honre con su flauta en ella. 
.Sannazar, poéia Napolitano . 



La huesa ¡oh triste recuerdo ! 

He allí el fin de la soberbia, El polvo , , , ,¡ uh de ios mortales 

El polvo í..,.o miseras hommum Pechos duros, almas ciegas I 

Mentes, opectwz caca!! Lucrec. hbr. 2. 



Allí igual el chico al grande 
Que aun pretenda preferencias. . 
Dirá, t .hic Ubi cedo mhil, 
Mora omnes ómnibus equal . 



Dirá, ...aquí en nada te cedo 
La muerte á todos nivela. 
Varchi, Conditw tn morte. 



0 Que son hoi C>ro> Alejandro, 
Hcctor» Aquilea, y César ? . . . 
Polvo ! num mtnvs ñitcritt 
Qui canta saxa movcbat 7 , 



.Polvo f y polvo el que cantando 
Dio* movimiento á las piedras , 
JStdron. Eglog. á Tyrms* 



EL PARNASO ORIENTAL. 



241 



Yace el gran Corso en su íoca 

Y vagante y macilenta 

Su sombra. . .exuit, atque ingerís 
M&diá consistit arena vt 

Cayó; y luego solitario 
Focos leales sus ccseqmas. 
Siguen. ..et longumper \ter 
Carmen ferale canebnnt 

Tal es el Mundo . ..Mas donde 

Mi ciego numen me lleva 

Eetr aviado. » >has ínter voces } 
Media mter Talia verba? 

Torno á. mi asunto» diciendo 

Que mis bienes y mis penas 

Hoi .ante ocultos intérque 
Manus «uní omnia vesiras 



¡Su sombia se alza ominosa. 
Trifetc fantasma en la arena 
Xtrg, Entxd. hh. 5, 

•Siguen. ...en pea entonando 
Las funerales endechas. 
Santcuüy Poema Tumulus rfc. 

.Extraviado en mis discursos 

Y fantásticas querellas 
. Virg. Eneíd. Ub. 12, 

...Hoi...á vuestra vista están 

Y & vuestro arbitrio se encuentran 
Virg Enetd lib. 11. 



Pues sembrando en tierra dára 

Cogí agravios por nuezas Tanto que.,. como imposuble 

Tanto que ..hoc, memzni, quondam Ni aun lo imaginé en la idea 
Fteri ñau poste loquebar Ovid. TrisU hb, 5 eleg. 5. 

Bien sé que la torpe intriga 

Contra mí su fúría acerba Conmueve, y á sus rencores 

Sá8citat irárumque Desenfrenada se entrega 

Omnso. etfundit habenas Virg. Eneid, Uh. 12. 

Mas cúbrame vuestra egida 

Yereis de esa turba fiera ..Unos... temblar azorado» 

Parte.,.i7ig«7»í¿ trepidare Y otrós fugar con vergüenza 
Metu> para verteré tergn Vngl fJncirf. hb C, 



242 EL PARNASO ORIENTAL. 



Sé que maldiciente envidia 

Venenosa me vulnera Porque., .de nombre y de fama 

Porque., nomtms etfame Goze ol aura pasagera. 

Quondamfalgore trakebar Goid, Trwt. hb. 5. eleg. 12. 



Y que este monstruo tenáz 

No bien mi nombre recuerda 

Cuando lúbrica convolmt, 
Sublato pectore, tttga 

Mae, asi el Cielo me vengue 

Y de Ixlon en la rueda 

Perezca utve feroz PhÁlarie 
Lxngua pnúa ense resecta 

Ah, si yo al pérfido hallase, 

Mis furias no contubiera 

Ni aquel que . . >i¿8e redundaniem 
Franamt Mulaber CBtrtam . . 

Al recordar esto el alma 
En rabia y furor se quema .... 
Cual. . .Tion ipsa Alecto, ntc 
Fatafurore Meg<tra 

Cuanta <• vr< es en c] sueño 
Vial monstruo,> su homblc testa 
Postraba ct dígitos digitis^ 
Etfrontem fionte premebam 

Y con su aleve puñal 

Hiriéndole, satisfecha , 
Mi alma. . .viderat tn aasso 
Versantem sangmne metnfoa 



Cuando -.entumeciendo el pechü 
La escamosa espalda encrespa. 
Virg. Enetd. Ub. 1<2. 

.Perezca ..ó antes cual Fálana 
Corte un cuchillo su lengua. 
Chid> in Ibtm, 

Ni aquel. ,.Diob que refrandra 
La ardiente erupción del Etna. 
Clfjn diana Eprgr. 

, Cual... Alecto vengativa 

O enchida en furor Megera. 
. Sfho ItaL hb, 13. 

Fostrabd y honre con 1 1 en* r 
Bia/ús, cotí biazos crugu Uli 
Oud. mttamorf. hl 9 

..Mi alma .le \\6 rewleaisü 
Entie el polvo y sangre infecía. 
.Lucavu PhaisAil 7 



EL PARNASO ORIENTAL. 243 



Y á su esp&ntoso plañido 

Me parecía en la idea Oír.., del éco impulsadas 

Oir t ..«Bjjé cavas m&tu Bramar cóncavas cavernas. 

Terra mugiré caverna» ...... .Lucano Pkflrs* lib. 3. 

Cual anunciando desastres 

Se vio* estremecer la esfera Cuando... en mugidos horrendo* 

Cuando., jlebíle temjíeta Gimió lamentoso el Etna. 
Qemuxt mugítibua (Etnam Claudiano hb, 3. 



Perezca el vil ; mas no queden 
Su iníamia y muerte secretas . 
No !. ..sed eadat ante diern 
Media inhumatus arena 

De cruel hidrofobia acabe 
Cual descomunal culebra >. . 
Quen*mandtt humun tnotténsque 
Suo se tn vulnere tersat 



No,, , caiga á luz del dm 
Sin que al sepulcro desciendal 
V%*gL Eneid. hb, 4. 

.Que.,. muer de el polvo, y muriendo 
En su herida se revuelca. 
.Vtrg. Eneid. hb. U« 



E insepulto, y arrastrado 
Por carnívoras panteras. 
Allí., .nec sua t quám Pyrn 
Fclicius, ossa qmescant 



. Allí 6U=i huesos vagantes 
Cual ios de Pyrro se vean. 
. ,Ovtd, tn Ibim. 



Descarga, j oh J.óve, tu reyo 

Que lo aniquile en pavesas! Descarga... ó de hombres y Dloiaa 

Descarga... ó Pater, hominum Padre y potestad etérna. 

Dhúmque wterna potéstas Vw.Efteirf.it6. 10. 



O ai quieres que perversos 
Sufran con ansia maa lenta . . 
Vivan perpetuo moerore t 
Et nignhesle senetcant . 



.Vi van... en perptéua angustia, 
Y en triste luto envejezcan. 
Juvenal Satna 1Q. 
32 



244 EL PARNASO ORIENTAL- 



Vivan, sin hogar m asilo, 
Y que sus victimas puedan . . . 
Verba quwrerc^ et r]fos*,im 
Sitantes Vtmbere ícrramf ' . , 

Maa yo, señor, me estra\io 
Pues recordar tanta ofensa.,.. 
Non equidrm xcílrm, sed 
Me mea f ata trahfhant 

Ni como sufrir callando 
Al ver la maledicencia 
Cuan ferc-z tándem progvédiiur 
Magna atipante ratfrná 

PorquF mi Músa ex. JJ rindo 
S 1 lo las patrias proejas. 
Semper equos* crique at ma 
Vtrum pugnasque canebat . . 

Y esto eia el g atu dri'wnso 
Que prestaba a mis taica* 
Cuando h&jc eral tt t 
Jnlrabat luna fenesiras . . . 

Este el patriótico «niuti 
En que al sueño me lindara.. , 
Cuando umoium phaitontis 
Equi jam luce reliehant 

A ti consagrado, ( oh Patria' 
A tu honor, á tus grandezas.. 
Mi laúd te veniente die 
Te deeendeyite rancAam 



.Verlos .oon fatiga ínutíl 
Lamei sedientos la tierra 1 1 
, .Litrajtü pharsah Ub. 9. 

. No quisiera, y sin pensarlo 
Mi h.ido, y mi dolor m<» llevan 
.Oxid, fmi. hb» 2. eleg* I. 

.Cuan feroz al fin y altiva 
Con gian séquito se acerca. 
Vtrg, enere?, hb. 4 



.Siempre fo imaban mi asunto 
Campeones, armas, y guerras. 
. t ,,Virgl. eaeid.hb.Q. 



Cuando á mi mansión enviaba 
Su luz nocturno planeta» 
O i id. ex Ponto tpwu 3. 

Cuando ..anunciaba Faelonte 
Con su luz la aurora bella, 
Víj g-J, encid* lib. 5. 



Mi Uud.. te cantó al nacer, 
Y al monrla luz febéa. 
Vugl (¿eorgic. hb 4 



EL PARNASO ORIENTAL. 245 



Patria ; dulce y cqto nombre ' 
Placed quoal odio suceda , ,« . La unión ..y libradnos, Cielos, 
La unión ,a¿ nolis arata, Pe tan dolorosas flechas* 

Lores, depéllite tela Tibulo Itb. l. eleg, 10. 



La envenenada discordia 
Cese, y el Oriente pueda . ... 
Decir ,jam reddit et Vugo % 
Rcddcunt Saturnia legua ... 

Entro tanto mis contrarios 
Saciados ya con mi afrenta . 
Al fin. conttcuere omne3 
Intcniique ora tenebant. 

Yo también el labio sello, 
Que ú. mis iras la prudencia . 
Con su. tmpeno premii, ac 
Vmclis et carcert fr&nat , 

Y tornando de mi can i 
A la insinuación y al toma» 
Puos Taha., ñiparte* rapit 
Vanas atfjup omnia vetsat . . . 

Vuestra palabra os recuerdo, 
Aunque el temor que me cerca , . . 
Diga quid fticis, ah demens \ 
Cur, si fo)tuna recédat 7 . . 

Mas ved que la \ida es breve. 
Que se me pasa en promesas, , , . 
Y que..^am rnihi de tenor 
Canis aspergilur atas 



Decir ..ya á regir al mundo 
Vuelven Saturno y Astréa. 
.Virpl (gl 4. 



Con sus .grillos aprisiona 
Y con eu imperio sugeta 
, ..Va gil, Enetd. Itb. 1. 

Pues Taha ,...en vanas partea 
Gira versátil dd quiera. 
Virg. Enetd. hb. 4. 



Di¿a que haces insensato 
&i la fortuna es adversa 7 
,Or¿d. ex Pont hb. 1. Epiet. 4 

Y que . .ya la edad salpica 
Con eu nieve mi cabeza. 
.Qmd, ex Pont, hb L Epist. í 



Al fin.., como adormecidos. 
Atentos callan, y observan. 
Virgl. enetd, hb. 2. 



246 EL PARNASO ORIENTAL. 



Porque ei en vos hai mudanzas, 

¿Do la ra ? Preciso fuera 

Jhveraa exilia^ et 
Desertas querer* térras 

Y ei la verdad en vos 
No se ampara, no se alverga.. 
Exclamaré. .ah< mrgo infeliz, 
Tú nujic in montibus erras 

Tal no es posible; y creer* 

Primero que esto suceda, 

JSsse canes uterosub 
VirgiruSf ssae chimeram 



.Huir de los hombree, y lejos 
Buscar regiones desiertas, 
.Virg, Enttd, hb. 3. 



Que horribles canes y monstruos 
Dé á luz la intacta doncella. 
.Ovid, TrtsU lib. 4. Eleg. 7. 



Exclamaré infeliz virgen» 

Tú andas errante en las sevlas 1 
Vtrg. Eglog. 6. 



Mi lánguido y rudo acénto 

Con prodigiosa cadencia Cual Orféo , ..ablandara 

Cual Orféo , aevuetas patrio De las leonas la fiereza. 

Mulcet sermone leanas SiUo Italio. hb. 2. 



Nueva Babel cu el Orbe 

Con mutua, y confusa mezcla Veremos todo cambiarse 

Veremos,..omma mutón, Costumbres, leyes, y lengua!. 

Meres, decreta, loquelam fifettvicr, Himno al Sol. 



Ituzaingo y Sarandí 

Contra su corriente amena Correrán y mezcláronse 

Correrán., et Ver autumno, Invierno, Estío, y Primavera. 

Bruma miscebttus JEsias Ovid tn Ibim. 



De vuestro hijo en el olvido 
Veréis la fama y proezas. ... 
Sepultarse., et ruda quieren» 
Sudabunt rosada mella 



.Sepultarse*..)' dulce miel 
Sudar la encina grosera 
Virpl rglog. 4. 



EL PARNASO ORIENTAL, 247 



De aquel héroe que entre lanzas 

Sucumbió con gloria ecaelaa Cuando gozoso y triunfante 

Cuando.., Ule suam Imtua Lauros en bu Patria espera. 

Patrtam^tctorque petebat Ovtd. truL hb* l.eleg. 4< 

Alh en sangre salpicado 

Es padrón de su tragedia Peñasco antiguo que el campo 

Saxum antiquum ingcns Triste cenotafio ostenta. 

Campo quod fortéjacelat., Virgl. eneid. lib. 12. 

Eq fin, la tierna paloma 

Se verá rugir tremenda Cual monstruo*.. horrendo» ó furiosa 

Cual monstruo. . .horrendtim stridens Flamigerante Quimera. 
Flammiaqae ármala chimera Virgh encid. ítb, 6. 

Que es mas imposible que estos 

Faltar vos, cuya alma bella Nunca... iniquidad ni dólos 

Nunca, -tila dolos, dtrúmque En tan noble pecho encierra. 
Néfaa mpectore veraat Virgh emxd. Zi¿. 2. 

La verdad y la justicia 

Son blasón del que gobierna... Asi Saturno en el Lacio 

Aureos harte vitam m Reinaba en la edad primera. 
Tema Saturnu* agehat Vtrgl. Qeorgic. hb. 2. 

Mas ya mi carta concluyo, 

Y si os acordáis con ella ,,De mi. ..plegué á Dios que siempre 

De mi... Diifatiant ut s<rpé En vueatra mano se vea. 

Tuá stt epístola dextrá Ovid. Trist. lú. 4. eleg. 7. 

Oblándoos en gratitud 

Mi afecto; y por lo que resta Los Ciclos... mas dignamente 

Los Cielos. „ .persolv a nt grates El premio y gracias on vuehan. 

Z>¡gna* f et prmma reddant Virgl eneid* hb. % 



248 



EL PARNASO ORIENTAL. 



A LA HERMANDAD DE CARIDAD 

DE MONTEVIDEO. 

ODA. 



[ Dí P- FLOBENCIO VARELA. * ] 



¿Con qué es verdad que el vicio entronizado 
Rige nuestros destinos; que su aliento 
Pestilente ha apagado 
De la virtud la antorcha; derrocado 
Con su mano el altar desde el cimiento, 
Y que yace en el Mundo 
El germen do los bienes infecundo? 
No; que en la ccsclsa cima. 
Do el Eterno fijó su solio augusto, 
Arde sin fin la llama, y ella anima 
Con su sagrado fuego al hombre justo. 
Al fin los ojos míos. 



* Argentino 



EL PARNASO ORIENTAL. 249 



Que tanto tiempo con dolor vagaron, 

Huyendo de espectáculos impíos, 

Un objeto encontraron 

En que fijarse sin horror: y mi alma, 

Marchita, acongojada, 

Con tanto crimen como el suelo encierra, 

Halla por fin do reposar en calma 

La agitación pasada; 

Y revive, al mirar que aun en la tierra 
Se adora la virtud. Sí, que hasta ei Cielo 
Veo elevarse el grande monumento, 
Que con noble desvelo, 

Alzó la fraternal Beneficencia, 

Para ofrecer asilo y valimiento 

Al mísero que gime en la indigencia* 

A su vista, de gozo arrebatado 
Late mi corazón, mi fantasía 
Se inflama en el momento; 
Un numen celestial mueve mi aliento; 

Y á su impulso lanzado, 
Entona ya con grata melodía 

El canto de alabanza, que merece 
La virtud que en silencio resplandece. 
¿Ni cómo he de callar? ¡Pues que! ¿ podría 
Reservarse tan solo el don del verso 
Para ensalzar al opulento erguido, 



17 



250 EL PARNASO ORIENTAL» 



Que de escándalo sirve al Universo, 
Viviendo en el deleite sumergido, 
Mientras una parte del hnage humano 
Sin sustento perece? ¿O solamente 
Es digno de cantarse el inhumano. 
Cuyo orgullo insolente 
El carro precipita de la guerra 
En la azorada tierra; 

Y furioso atropella 
Al joven y al anciano, 
Al niño y la doncella; 

Y por do quier pasó la ronca rueda 
Yermo el terreno y asolado queda?. . . . 

¡Esto gran Dios, se canta! ¿Y se venéra 
El nombre del coloso, que algún día 
Con su mano abarcó la Europa entera, 
Cuando á su carro triunfador la uncía; 

Y de su acero el formidable filo 
Sañudo desrastó cuanto se encierra 
Desde el Rin á Moscow, de Italia ni Nilo; 
En tanto que á la tierra 

No hai quien ensene los sagrados nombres 
De los ilustres hombres, 
Que en enjugar las lágrimas agenas 
Hallan tan solo ocupación constante; 
Ni viven mas que de endulzar las penas 



EL PARNASO ORIENTAL. 



351 



Con que ven oprimido a! semejante? 

Mas yo los cantaré. ¿Qué importa ahora 
Que el venenoso diente 
Cebe en ellos la envidia roedora; 
Que sus trabajos ía maldad desdeñe? 

¿Qué importa que un demente 
Con solo un soplo en apagar se empeñe 
La lámpara del So!? El astro hermoso 
Sigue su curso, que ninguno ataja, 

Y derrama su lumbre bondadoso 

Sobre el mismo insensato que le ultraja- 

Veiud, venid vosotros, los que erguidos 
En ociosa opulencia, 
En lamas escuchasteis los gemidos, 
Niel doliente clamor de la indigencia, 
Los que á la compasión siempre negados, 
Ignoráis la amargura 
A que la suelto dura 
Condenó á tantos seres desgraciados; 
Venid al rico suelo del Oliente, 

Y contemplad el edificio hermoso, * 



1 El Hospital General do Montevideo, levantado al pió en 
que se halla, y sostenido por los hervíanos dp la caridad, es, 
^in duda, uno de los mejores edificios de esta capital, A él 
cstii unida la casn de Expósitos, ojie laminen sostiene la jier- 



252 



EL PARNASO ORIENTAL. 



Que alzó la Caridad pura y ardiente 

De un hombre generoso 

Que ya la oscura eternidad abarca, 

Mas que dejo en el suelo, 

Por vengar el ultrajo de la Parca, 

Dignos imitadores de su zélo. 

Mirad ese edificio: entre sus muros 
Ni brilla el oro, ni deslumhra el lujo, 
Que con afanes duros, 
De remotas regiones 
El orgullo condujo, 
Para adornar espléndidos salones, 
Donde engaña la vida el poderoso 
Con el bullicio del festín pomposo. 
Modesta sencillez, silencio santo 
En sus muros abriga, ó solamente 
Se interrumpe algún tanto 
Con el clamor del mísero doliente, 
Que desde el triste lecho, 
Donde la Caridad sus males cura, 
Bendice entre su pecho 
La mano que el alivio le procura. 
Penetrad su recinto religioso; 



maldad. Acaban de colocarse sobre la puerta principal del 
edificio tres estatuas de mármol blanco que representan la ma- 

TKIUUPAD, 1A RELIGION, Y LA CONSTANCIA. [ El Autor. ] 



EL PARNASO ORIENTAL. 



253 



Sus salas recorred; y confundidos. 
Resonar sentiréis en los oídos, 
Un eco misterioso, 
Que por do quiera os dice; 
Jlprende á socorrer al infelicc. 

Y se aprende, es verdad. Las vastas salas 
Pobladas vi de semejantes míos, 
Que en dolores impíos 
Hundió la enfermedad, cuando sus alas 
Sobre ellos desplegó; y en su morada. 
Desvalida, indigente, 
Esperaban la muerte lentamente, 
Del hámbre y la miseria acompañada. 
Pero la Caridad que siempre vela 
En bien del desgraciado, 
Asilo y protección alíí le olrece, 
Le auxilia, le consuela; 
Y con blando cuidado 
A la Parca homocida 
La víctima arrebata ; y restablece 
La fuente casiecsausta de la vida. 
Yo lo vi por mi bien; y de mi pecho, 
De placer y ternura conmovido, 
El suspiro lanzóse en el momento, 
Que prolongaba el silencioso techo 
Con eco repetido; 



254 EL PARNASO ORIENTAL. 



Mientras raí llanto sin cesar bañaba 

El santo pavimento, 

Que con respeto religioso hollaba. 

Mas ¿qué nuevo espectáculo se ofrece 
A mi alma enternecida? ¿ Quién me llama 
Con mas grande interés, y mas acrece 
La grata admiración que ya me inflama? 
¿ Con qué en esta morada bienhechora 
Tan solamente á la virtud se adora? 
Sí; que en sus mismos muros levantado 
También halla el benéfico instituto, 
Donde se abriga el inocente fruto 
De un amor desgraciado, 
Por humoral severa condenado. 
Instituto de bien; honor etérno 
Del pueblo que le funda; 
Prodigio de cordial beneficencia, 
Fuente siempre fecunda 
De todo sentimiento noble y tierno; 
Obra inmortal que la virtud dirige; 
Y ofrenda la mas digna, en la presencia 
Del Dios ecselso que los Mundos rige, 
¡Ai! el amor, que todo lo trastorna, 
El frenético amor asaltó el pecho 
De una incauta muger : cayó marchita 
La gracia virginal, que al secso adorna; 



EL PARNASO ORIENTAL. 255 



Y en criminoso lecho 

El fruto nace de la unión vedada. 
Desde el fondo del alma al punto grita 
El austéro pudor, y desolada 
La madre miserable, 
Apura del dolor la hiél amarga, 
Mientras que á la opinión inecsorable 
Sus desagravios el pudor encarga, 
Entonces la infeliz sufre la pena 
A su culpa debida; 

Cuando de angustia y de tormentos llena 
A la voz del honor obedeciendo, 
Lejos arroja el sér á quien dio vida, 
Que el pecho maternal está pidiendo. 
¿Y quién le abrigará ? ¿ Solo y tendido 
Sobre helado suelo, 
Ninguno oirá su llanto dolorido? 
¿ Será que la miseria le destruya, 

Y pague el inocente pequeñuelo 

Con la vida, una culpa que no es suya ? 
No, no será; la Caridad sublime 
De los hombres benéficos, que miran 
En cada semejante un nuevo hermano, 

Y al bien de los hermanos solo aspiran, 
Al huerfanillo que desnudo gime 
Tienden al punto la oficiosa mano; 



256 EL PARNASO ORIENTAL. 



Ellos allí le dan albergue y cuna, 

Ellos educación, ellos fortuna. 

¡Salud, hombres ilustres! Mientras brama 

El implacable génio de la guerra, 

Bañando en sangre la preciada tierra 

Que en otros siglos á Colon dio fama; 

Mientras tantos millares de insensatos 

Solo se ocupan en soplarla llama 

De la discordia atroz, que entre el estruendo 

Del campo y los guerreros aparatos 

Una generación va consumiendo; 

Vosotros, en silencio reunidos, 

Empleáis vuestras vigilias, meditando 

El modo de aliviar mas desvalidos, 

De hacer que sea el infortunio blando, 

Y llevadera la miseria. El Mundo 
Hoi vuestras obras todavía ignora, 
Porque el siglo de ahora, 

En maldades fecundo, 

Las mas nobles acciones 

Por medio vé del engañoso prisma 

Que á los hombres presentan las pasiones, 

Siempre que la Moral es un sofisma, 

Y un sueño ta Virtud. Mas vendrá día 
En que alzada hasta el Cielo 

La voz de tantos hombres 



EL PARNASO ORIENTAL, 



257 



Como deben la vida á vuestro zelo, 
Proclamará a porfía 

Vuestros grandes trabajos, vuestros nombres, 

Y el Mundo agradecido, 

Sabrá pesarlos en mas 6el balanza, 

Y os pagará el tributo merecido 
Do dulce gratitud y de alabanza. 

Seguid vuestra taiva, y entretanto 
Permitidme siquiera 
Que mi menguado canto 
A la luz saque, por la vez primera, 
Tantas obras de bien. Si entre mi pecho, 
Por mi mal algún día 
Desmaya la virtud, yo iré volando 
A penetrar bajo el sagrado techo 
De ese asilo feliz; el alma mía, 
Entonces vuestro ejemplo contemplando, 
Al sendero perdido 
Conseguirá volver; arrepentido, 
La huella seguiré que me revéla 
El génio que bendice 
A la ilustre Hermandad, y on esa escuela 
•Aprenderé á aliviar al infelicc. 



258 EL PARNASO ORIENTAL. 




A LA MEMORIA DEL CORONEL 

IX VENTURA VAZQUEZ. 

[ DE I>. JOSE MVE1U INDARTE * ] 



Vago en la huésa ; trémulos mis pasos : 
Fijo la vista en el lugar querido, 
En que descansan las cenizas yertas 

De un padre amado. 
Allí reposa la constante amiga 
Que a mis primeros juveniles años, 
Rodeó de bienes, y a mi inesperiencia 

Sirvió de guía. 
Solo no encuentro la marmórea losa 
Del mausoleo, dó tus restos yacen : 



Argentino. 



EL PARNASO ORIENTAL. 359 



Verla me impide la fortuna impía 

¡ Caro Ventura ! 
Mas ¡ai! en vano es preguntar del humo 
A cstinto fuego, que impetuoso Bóreas! 
Robó cenizas y calor á un tiempo: 

Tú ya no vives. 
¡ Alrededores de la tierra helada! 
Piélago inmenso! Tú sepulcro fuiste 
Del fiel caudillo, que á las patrias huestes 

Dio la victoria. 
Su alma sin duda, en el celeste empíreo 
Vive felice, que sus altos hechos 
Prémio merecen, de mayor cuantía 
Que el de la tierra. 

1835. 



260 EL PARNASO ORIENTAL. 



TRADUCCION DEL SALMO 

SUPER FLUMINA BABILONIA &c 

[ OS D. HUtfOJBCO A, VX FIGCIROA * ] 



Sentados en la márgen 
Del Babilonio rio, 
Allí Sión tu nombre 
Recordamos llorosos y cautivos. 

ii. 

Y las sonoras harpas 

Y símbolos festivos, 
Tristes ya, y destemplados 

De los frondosos sauces suspendimos. 

121. 

Pues los que ¿t servidumbre 
Nos llevaron vencidos, 
Por escarnio intentaron 
Oir nuestras canciones allí mismo, 



* Oriental. 



EL ftULNASO ORIENTAL» 261 



IV. 

Y los que nos trageron 
A Ja ignominia uncidos, 
Entonad nos decían, 

De Síóq los cantáres y los himnos. 

v. 

¿ Cómo cantar podrémos, 

Y profanar impíos 
Del Señor loa cantárés 

En tierra agéna, y en agénos grillotfí ! ?' 

Vi. 

No, Siónj y primero 
Que así te dé al olvido, 

Y en tu ignominia cante, 

Me olVide de mi diestra y de mí mismo, 

VII- 

Yérta mi lengua y fija 
Al paladar indigno, 
Si de tí me olvidare, 
Pásmese inmóvil con letal deliquio. 

VIII. 

Si no te antepusiere, 
O si indolente y tibio, 
Jerusalen no fuese 
De mi alegría origen y designio. 



EL PARNASO ORIENTAL. 



Tu ira, Señor, se acuerde 
De loa infandos hijos 
De Edon, cuando disfrute, 
Jerusalen su día apetecido. 

x. 

Ellos son los que dicen 
Sedientos de esterminio; 
Hasta los fundamentos 
Asolad, asolad los edificios ! ! 

XI. 

Hija desventurada 
Del pueblo aborrecido, 
Feliz quien te dé elpago 
Del tratamiento vil que te debimos. 

xn. 

¡tOh, bienaventurado 
Quien goze vengativo 
Levantar con süs manos, . < . 
Y en la piedra estrellar tus parbulillos ! \ 



EL PARNASO ORIENTAL. 363 



LETRILLA SATIRICA, t 

[ r>B P. FRANCISCO A. DE MOtTOWA. * J 



Navega nuestro bajel 
Viento en popa y mar bonanza. 
Buena vá la danza 1 ! 

No déa interpretaciones 
A mis versos los ilusos, 
Que el que ataca los abusos 
Ama á las instituciones 
Mas si aquestas prevenciones, 
No- son suficiente fianza 
Buena vá la danza ! 

De las capas que yo mismo 
Me admiro de su grandor, 
Es la mas doble y mejor 

f Mejorada y aumentada por su Autor* [El Editor.] 
* OrienlaL 



264 EL PARNASO ORIENTAL. 



La capa del patriotismo; 
Muchos profesan civismo, 
Mientras corre la pitanza, 
Buena vá la danza ! 

Defiende en campo de honor 
La Libertad un valiente 
Como un héroe, y no consiente 
Ni aun la sombra de opresor; 
Mas en la paz, ¡ que dolor ! 
Aquel duerme, y este avanza. 
Buena vá la danza ! 

Con mas astucia que un gato, 
Mas agallas que un taurón, 
Se presenta un trapalón 
Con un proyecto barato; 
Luego toca á arebato, 

Y asegura lo que alcanza. 

Buena vá la danza t 

Tiene por padrino á un gordo 
El gran cisador D. Tejo, 

Y dánle para el manejo 
Un empleo de alto bordo, 
Ordeña á la Patria el tordo 



EL PARNASO ORIENTAL, 265 



Cual si fuera baca mansa. 
Buem vá la danza ! 

Consigue otro parbulilio 
Manya con tuti, y gandul, 
Vender por blanco y azul 
Lo que es verde y amarillo, 
Y logra algún empleillo, 
En que se llena la panza. 
Buena vá la danza ! 

Muestra Fábio por trofeo 
Sus heridas, su opinión, 
Buscando colocación 
Sin alcanzar su deseo, 
O le ofrecen un empleo 
En la isla de Sancha Panza. 
Buena vá la danza ! 

Confiado en el galardón 
Sirve Jorge en trance duro, 
Maa en pasando el apuro 
Lo relegan á un rincón, 
A vivir cual camaleón, 
Del aire de la esperanza. 
Buena va la danza! 



266 EL PARNASO ORIENTAL. 



Llega al foro de un Tarquino 
Constanza, y si pestañó 
Ha de salir cual salió 
La esposa de Colatino, * 
Mas su heroísmo y destino 
No imita Doña Constanza. 
Buena vá la danza ! 

Vá el pueblo en una elección 
A votar como en barbecho, 

Y la astucia y el cohecho 
Triunfan en la votación; 
Se repite otra ocasión, 

Y sigue la contradanza. 

Buena vá la danza ! 

Entra un Licurgo doncel 
De la Leí en el santuario, 

Y se adhiere á un partidario, 
Sacrificando por el 

De Thémis la espada fiel, 

Y de Astréa la balanza. 

Buena vá la danza } 



* Lucrecia, mnger de Colatino. qu<? habiendo sido violada 
por Tarquino, «jp sntoidií hrroíí-ampnt^, \FJ Autor.] 



KL PARNASO ORIENTAL. MI 



¡ Alto ahi ! dice tjrt figurón, 
Yo soi la Patria y la Leí, 
Los demás son una gréi 
De irracional condición, 
Mis fueros son el canon, 

Y mi derecho la lanza. 

Buena vá la danza ! 

Manchados de concusión 
Muchos se lavan ufanos 
Como Pilatcs las manos, 
Sin lavarse el corazón, 

Y al hacer la espolia cion 

Se escudan con la Ordenanza. 
Buena vá la danza t 

El escribano Pantoja 
Gordo escribe y apartado, 
Sin ver que el papel sellado 
Cuesta á dos reales la oja, 
De sus derechos no afloja 
Según su maldita usanza. 
Buena vá la danza ! 

Vé 4 ana garza D. Ciríaco, 

Se emboba y casa con élla, 

as 



MI EL P&KKJ0O OfilUNTAI* 



Pensandaque**la doncella 
Sesto signa del Zódiaco, 
Mas ella hace al monicaco 
Capricornio sin: tardan» 
Bu&Mvála danza! 

Saca Clóri un peindon 
Que al marido desconcierta» 
Pues no cabe por la pueda 
Del triste camaranchón, 

Y él suetaeomaun eabron 
Porque oiama efe la hotgutfft 

Buem> zá h datízm! 

Llega un olb&tar de aléd, 
Nuevo adetpo de Esculápío 
Conjugando el veíbrf* rapte* 

Y majKUuid k tuü¡Am> 
Todo* le diéen amen* 

Y autOTizati la maUtíza* 

Btiem* vw h danz*? 

j Odio al vicio ! ! diea Andrea» 
¡Virtud es nuestra divisa ! ! 
Mientras pierda ta wcoim 
M tmfitxria*) ú entré? 



Perorando en los cafés 
De Colon y de la Alianza. 

Buena va la danza ! 

Llega en cerdudo lengu^go 
Un gringo diciendo 

Y mil monos luego >$ujuí 
Le imitan el aire y trage, 
O le encargan que trabaje 
En la pública enseñanza. 

Buena vá la danzad 

Sóplase orondo mi trompeta 
En el ParaaiBQ, poiqué 
Aprwdio ni peopo**, 

Y en su mífieuft caattei* 
Enreda una mczcaiaiiwu 

Buena $á la danza ! 

Porque no ííegue é rabiar 
Matan á un cuzco inocente, 
Mas pagando la patente^ 
Ya puede un raastin campar» 
Que impuno con su collar 



nO EL PAENASÓ ORIENTAL. 



Rabie y muerda con confianza* 
Buena vá la danza ! 

* 

Hai escritor adulón 
Que al Sol que nace pe inclina, 
Hace Bruto á un Caíilina, 
Y Vespáciano á un Nerón, 
Iturbide es Waahingtóa 
Mientras no hai una mudanza* 
Buena vá la danza/ 

Es verdad que hai mi) varonef 
En patriotismo acendrados, 
Hai virtuosos magistrados, 
Temistocles y Catones; 
Solo hablo con los bribones 
Cuando les digo por chanza, 

Buena vá la danza ! 

Buena vá la danza ! 



EL PARNASO ORIENTAL. 871 



LA BOTELLA Y LA MUGER. 



Disputaban, sin saber 
Un Pastor y un Lechuguino^ 
Cual cb tesoro mas fino, 
Xa Botella ó !a Muger : 
Aquel dijo. ... A. mi entender 
Es mas sabrosa y mas bella 
La Botella. 

Cuando ecsausto de fatiga 
Bajo un Ombú me reclino 
De Baco el licor divino, 
Todas miá ansias mitiga; 
Allí es mi mejor amiga» 
Mi Sol, mi Luna, y mi Estrella 
La Botella* 



• Oriental. 



3TI EL PAKtfAÉ*) OKÍltM. 



El que empieza á envejecer 
Se rcfosila, imagino, 
Mas, en dos cuartas de riño, 
Que en seis cuartas de muger* 
Porque siempre está en un sér 
Sin melindres de doncella, 



Calla, dijo cf Lechuguino, 
Solo un hambrp sin temphsm 
Puede poner en b^I-inza 
A las mugeres, y al vino : 
¿ Quien suaviza t^l cruel ileatinorí 
¿ Quiéa dá el supremo placer ? 



No hai contento comparado 
Con Jos goces del amos 
Ni otra delicia mayor 
Que el de amar y ser fuñado. 
Es el don mas delicado 
Que Dios quiso al Muado haowv 



Sin ellas todo sería 
Cáos de inmensa tristura 



La Botella, 



La Mugar. 




Porque son de la natura 
La mas perfecta armonía, 
Es del hombre !a alegría, 
Consuelo en su padecer 
La Jllugmr. 

No eirapre, dijo ed Pastee, 
Porque a&len, camarade 
A estocaíia por eorimda 
El fastidio y el amor¿ 
Mas mi p*énda es superior 
f ues no es falaz como aquella 
La BoteUa. 

Cuantos vesos mas le doi 
Mas me inflama y me enardece, 
Y cuartdo aquel desfallece 
Yo mas átfimado esloí, 
Papa, Rei, Príncipe soi 
Sin que me cause querella, 
La Botella. 

Dama que no pide, y da. 
Grata aun después de gozada* 
Cuando la ven roas preñada, 
Tanto mas virgea tata, 



274 K& PARNASO flHESNttB* 



Sin nuiger mui bien me vá 
Porque me suple por ella 
La Botella. 

Silenciosa y no profana» 
Un tapón tiene su boca, 
Aunque á zelos la provoca 
Talvez^cierta Darna-Juana 
Espera su turno ufana 
Y á su rival atropella 
La Botella. 

Muger, dijo el Lechüguio, 
Bocado do Reyes és T 
Pues dice el nombre al revé» 
De los Reyes en latin 
Mas no conoce un malsín 
De cuanto puede valer, 
La Mugar. 

A nuestros hijos ¡ que humanal 
Dán sus cuidados prolijos! 
A ver si á tí te dán hijos 
Botellas ni Damas-Juanas, 
En sus angustias tiranas 
Sabe al hombre sostener, 
La Muger, 



EL PARNASO ORIENTAL. 375 



Tiene el hombre una aflicción, 
Gime solo. . ♦ ,y derrepente 
Vé á su amada, y luego siente 
Taz, taz en el corazón, 
Porque una innata afección 
Le dice que es su placer, 
La Muger, 

En esto, dejánse vér 
Baco y Cupido abrazados 

Y dicen callad cuitados 

Que no os sabéis entender : 
Todo puede complacer, 
Tomado en medida bella, 
La Muger y la Botella % 
La Botella y la Muger. 



36 



276 EL PARNASO ORIENTAL. 



AL BELLO SECSO ORIENTAL. 



[ PE D. FLORENCIO VARELA. ♦ ] 



En este día 
Penas á un lado? 
Venga la Lira 
Vamos cantando. 

Tiérnos, sencillos, 
Suenen mis versos 
En alabanza 
Del Bello Secso. 

Las Orientales 
Ora me inspiran : 
Vamos cantando, 
Venga la Lira; 

Pues son las hijas 
Del rico Oriente 



* Argentino» 



EL PARNASO ORIENTAL. 277 



Como las flores 
Que da Diciembre. 

Todas gallardas 
Como azucenas, 
Modestas todas 
Como violetas; 

Como las rosas 
Todas lozanas, 
Y todas suaves 
Como las malvas. 

Yo de la tierra 
Donde he nacido 
Salí llorando, 
Pobre y proscripto. 

Y los sollozos 
Dí? mi familia, 
De mis amigos, 
De mi querida, 

Fueron el solo 
Triste consuelo 
Que me dejaron 



EL PARNASO ORIENTAL. 



En tal momento. 

El fin entonces 
Miré cercano 
De mis marchitos 
Jóvenes años. 

Mas, por fortuna, 
Pisó raí planta 
Estas ribera* 
Hospitalarias : 

Y aquí me áicron 
Hogáf y asilo; 
Hallé consuelos 
Encontré amigos; 

Y vi las hijas 
Del rico Oriente, 
Como las flores 
Que dé Diciembre. 

Todas amables 
Graciosas todas; 
Que como aquellas 
Su suelo adornan. 



EL PARNASO ORIENTAL. 279 



Ella? hicieron 
Con sus modales, 
Con la dulzura 

De su carácter, 

Que mis tormento* 
Se mitigaran; 
Y que, si estraño 
Mi dulce Patria, 

Hallé en la suya 
Blandos cuidados, 
Que son alivio, 
De un desterrado. 

Hijas donosas 
De aqueste suelo, 
¡ Así mis votos 
Oyéra el Ci*lo! 

Vierta sus dpQftg 
Sobre vosotras, 
Jóvenes tiernas, 
Madrea y esposas. 



Amor os brinde 



289 EL PARNASO ORIENTAL» 



Solo delicias. 

Como á mi j ai triste í 

Brindóme un dia. 

Jamas los zelos 
Ni las mudanzas 
Marchitar puedan 
Vuestra esperanza- 
Entre los brazos 
Del himenéo, 
Vuestros amores 
Bendiga el Cielo. 

Y vuestros hijos 
A par que crezcan, 
Con el sustento 
Virtudes beban. 

Dulces y blandos 
Como sus madres* 
Vuestro cariño 
Tiernos os paguen. 

Vuestros ejemplos, 
Vuestros cuidados. 
Harán virtuosos 



EL PARNASO ORIENTAL. 881 



Los ciudadanos. 

Asi la Patria, 
Verá gozosa, 
Que su fortuna 
Debe á vosotras. 

¡Y así mis votos 
Oyéra el Cielo! 
Pero entretanto 
Donoso Secso 

Recibe e) voto 
De un Argentino, 
Que mientras Dora 
Triste y proscripto, 

Canta á las hijas 
Del rico Oriente 
Como á las flores 
Que dá Diciembre. 



282 EL PARNASO ORIENTAL. 



A LA MEMORIA DEL VIRTUOSO 

JOVEN D. RAMON PALACIOS, ESPERANZA MALOGRADA DE SÜ 
PATRIA BUENOS AIRES; EJEMPLO DE LOS BUENOS HIJOS, Y 
MODELO DE LOS HKRIWAN'OS, 

[ »X D. VlUNCjfCO A. X>8 rraUKJtOA * ] 



ENDECHAS 

Recibe sombra amada 
Los ayes que te envía 
En cruel melancolía 
Mi fraternal amor : 
Et corazón que en llanto 
Se ecsala y se deslíe, 
Deja que te lo envíe 
Deshecho así en dolor ! 

Ven caro hermano, 

Que aunyértoy frío 

Al ardor mió 

Revivirás: 

Mas ¡ai! que solo 

Penas esporo, 



* Oriental. 



KL PARNASO MU ENTAL. 283 



Y lo que quiero 
Jtunas!. ♦ . .Jomas! 

[ Se rcptlc. ] 

Mas ¡ ai ! que polo 
Penas empero, 

Y lo que quiera 
Jamas !! Jamas !! 

En brazos de Amphitrite 
El bárbaro elemento 
Fué tumba y monumento 
De lo que tanto amé : 
Así en la opuesta orilla 
Para aliviar mi pena, 
En la frágil aréna 
Su nombre escribiré. 

Mis tristes lágrinfeí 

Irán mezcladas 

Con las oladas, 

Delirar cruéh 

CjHiwrmis ojos 

Se las ofrecen, 

Tal vez tropiecen 

Con él!.... Con él!.... 

Como mis ojos, tfc. 

¡ Ah mar! que me bás quitado 

La lumbre de mis ojoE, 
57 



264 EL PARNASO ORIENTAL» 



Vuélveme sus despojos 
Conduélete de mi ! 
Mi inocente ternura 
En él ae concentraba, 
Tal véz porque le amaba 
Por eso le perdí. 
Ya amar no debo, 
De amar renuncio, 

Y ni aun pronuncio 
La voz* . • «amar: 
Pues si lo intento 
Mi afecto sigo, 

Y solo digo 

¡Ah, mar! ¡Mj, marf 

Pues si h intuito, &** 
Cual tortolilla gime 
En torno al cruél villano 
Que le roba inhumano 
Su amante sin piedad : 
Así en torno á la playa 
Las náyades imploro, 
Y el mar contemplo y lloro 
En triste soledad. 

Cuando esperaba 

Gozo y consuelo» 

Me mando el Cielo 



EL PARNASO ORIENTAL. 385 



Pena y horror : 
Triáte recuerdo 
Como me hiéres, 
¡ Que agudo eres 
Dolor, dolor ! 

Triste recuerdo, ${c. 

Y tu, mar insensible, 

Que el alma me has quitado 
Turgente y agitado 
Te arrastre con afán : 
Turbias tus 6éras ondas 
Se asalten, y confundan, 

Y al abismo se hundan 
En hórrido uracán. 

Y aquel tesoro 
Sálvelo el Cielo, 
Que verlo anhelo 
Mas que el vivir ¡ 
Que aünque do pena 
Luego sucumba 
Quiero en su tumba 
Gemir!. . * . Gemir !. 
Que aunque de pena 
Luego sucumba, 
Quiero en su tumba 
Gemir!.... Gemir!. 



286 EL PARJSAS.0 0R1EWXAL. 



AL SEÑOR PRESBITERO D. VALEN- 

TIN SAN MARTIN, POR LA PLATO' \ QUE PRONUNCIÓ COMO 
CAPELLAN D1J JOv PRESOS EL DOMINGO 9 DE NOVIEMBRE 

M 183^. 



SONETO. 

En la mansión de horror 9 do las pasiones 
A tantos delincuentes sumergieron, 
Tus ecos apostólicos oyeron 
Cual tímidas ovejas, fieros leones : 

Por la primera vez sus corazones, 
Duro cual sus cadenas, se rindieron, 

Y absortos de sentir lo que sintieron 
Olvidaron su pena y sus prisiones. 

Prosigue, ¡ oh S. Martin! pues ya el malvado 
Saludable terror tu acénto inspira, 

Y consuelo y constancia al desgraciado : 
Y aplaudiendo tu zelo, el pueblo mira, 

Que allí doude el furor blasfemó airado, 
Hoi la rcbignacion tierna suspira. 

* Oriental. 



B¡L PARIS ASO ORIENTAL. 287 



LETRILLA CANTABLE. 



[ DE D» FRANCISCO A. DE FIQUE ROA * ] 



LOS RECUERDOS. 

Ausente de mi amada 
Errante y perégrino, 
Me tubo el cruél destino 
Con bárbara crueldad* 
La imagen me seguía 
De mis pasadas glorias, 
V las dulces memorias 
De mi felicidad. 
¡ Ai ! cuantas veces 
Me recordaba, 
Que aquí dejaba 
Finezas mil : 
En tanta ausencia 



* Oriental. 



28& EL PARNASO ORIENTAL* 



Fatal desvelo 
Fué mi consuelo 
¡Gemir gemir!! 

Mil veces suspirando 
Dijo mi amor sencillo, 
Quién fuera pajaritlo 
Por volar ácia alfí: 
Allí donde he gozado 
Tan deliciosa calma 
Donde ha aprendido el alma 
A querer y sentir : 

Aves y peces 

Mi dicha vieron 

Y en mi aprendieron 

Lo que es amar : 

Mas j ai ! que ahora 

Triste y cuitado, 

Solo me es dado 

¡Llorar, llorar!! 

Salud bosque sombrío, 
Salud rio apacible, 
Hoi vuelvo mas sensible 
A tu grata mansión. 
Con placer y con pena 



EL BABNASO ORIENTAL* 



Te contemplo y suspiro, 
Y do quiera que miro 
Palpita el corazón. 
Tú murmurabas 
Manso arroyuclo, 
De mi desvelo, 

Y fino ardor : 
Los pajarillos 
Verme solían, 

Y repetían 
¡Jmor, amor! ! 

En la apacible orilla 
Con mano vacilante 
El nombre de mi amante 
Mil veces escribí : 
Señalé en estos troncos 
La memoria del día, 
Que me dio el alma mia 
El venturoso sí : 
Estas señales 
Ya se han deshecho 
Solo en mi pecho 
Podrán vivir: 
Tan fiero golpe 
Mucho me cuesta, 



290 BL PARNASO ORIENTAL, 



Solo me resta 
¡Moríu morir!! 
[ Se repite. ] 

Tan fiero golpe 
Mucho me cuesta 
Solo me revio 
¡Morir, morir!! 



SEÑORES SUBSCRIPTORES 

DE 

MONTEVIDEO. 



DE 



NOMBRES. EJEMFLAMKS- 



Exmo. Sr„ Presidente del Eétado 0. Carlos A naya. 6 

A. 

Señor D' Alejandro Chucarro 1 

Andreá Manuel Duran 2 

Amonio Diaz • 2 

Agustín Murguiondo . 1 

Antonio M. Guimaraenz + w 1 

Antonio Pereira ^ 1 

Antonio Pombo I 

Agustín Castro 1 

Augusto Posólo 2 

Ambrosio Mitre 1 

Alejo Villegas . • • ♦ ♦ 1 

Adolfo Sostoa 1 

Augusto Lásate . 1 

Antonio Somellcra 1 



Sefior D« Antonio T. Silva 

Antonio T. Caravia • 

Antonio Alba , 

Alonso P. Villa de Moros 

Antonio Machado • , 

Antonio Rius.. • 

Antonio Prieto ...« 

Antonio Rejoi 

Antonio Acuña* 

Antonio Qrtiz 

Antonio Puentes» * *• 

Andrés Lamas >* 

Antonio Sánchez . . . * - • 

Ambrosio Velazco * 

B. 

Sefior i). Bartolomé Quinteros 

Bartolomé Quiles • 

Benito Acosta , 

Benito Larrayn « 

Bartolomé Gailoso. . •* « . * • 

Beltran Cadeillon , 

Benito Baena 

c. 

Señor D. Carlos G. Villa de Moros 

Carlos Juanrcó ...»•».»»• 

Carlos San Vicente • • • • • 

Cristo val Beltran , • 

Casimiro Piñeiro . » • „ 

Carlos Rovillard , 

Carlos Moratorio * 

Carlos Legar « * 

Casto Domínguez .(Padre) • 

Cayetanq José Sturía » « % # . 

Cosme Catta ••<•»«•, 

Cirilo Barbatnf $ 



Sefior £>. (Jarlos Sotiil » 

Calislo Acovedo 1 

Cesano Villegas. * « 1 

Cayetano Regaba, I 

D. 

Señora Da, Dolores Berbecet • % 

Diego Noble, , 4 4 

Doroteo García • 2 

Da vi non Leland y Ca 1 

i Mego Espinosa 1 

Domingo Cabrejo 1 

Dionisio A. del boto 1 

Dup Parenluer «»,...«,»•••« 1 

Diego Furriol ♦ , I 

E. 

Señor D. tiufemio Gadea. 1 

Eulogio Pinazo •••• 1 

Eusfcxpiio Coníreras < « 1 

Kstamslado García de Zúñiga • . • < 1 

-Elias Irueta 1 

R 

Señor D, Francisco Magariños 1 

Florencio Várela 2 

Francisco La viña (Padre) 2 

Francisco A. La viña (Hijo) 2 

Francisco Tico , .... 2 

Fetipe Echague • 1 

Francisco Martínez. . . > , 1 

Fübio Mainez • 1 

Francisco Cortinas „ . . . , 1 

Francisco A. de Figueroa , 2 

Francisco Taborda 1 



8«ñor i). Francisco Martines t 

Francisca Paredes 1 

Francisco Rodríguez * 1 

Francisca Romero • 1 

Francisco Solano de Ant uña 2 

Fermín Ordones 1 

Florencio PiniIJa.. . .# 1 

Francisco Reicsig 1 

Francisco Aroucho * . . , 1 

Francisco Silva ♦ 1 

Francisco Muñoz Lhijo,] . » 1 

Felipe Maturana .......... 1 

Francisco Osorio.* . * 10 

G. 

Sefior D. Gabriel Pereira . « « • , , , 1 

Gabriel Munílla 1 

Gerardo Mora torio « • • 1 

Gregorio Pérez « 1 

Gaspar Reicsig * 1 

Gervasio Herrera- • 1 

C. -^o Parada ♦ I 

Gr-egono Berdum . 1 

H. 

Señor D. H' Miam M, Lctm » 1 

Hilario Ascasubi - • . • . 1 

I. 

Señor D- Ignacio Soria é < 1 

Ignacio Echagüe * 2 

Indalecio Larraya • • • • 1 

ltdefonso Botana * • . . ♦ . 1 

Isidoro Vivas*... 1 



J. 



Scfior D. José Rondeau * . É . * 1 

Juan Andrés Gelh. [Padre] 1 

Jooquin Campana, é 2 

Julián Alvarez 2 

Joaquín Sagra y Periz 2 

José Alaria Platero 2 



José E. Zas.., 

José Maria Tiste ves 

José Maria Roo 

José Britos del Pino 

Juan Benito Blanco 

Joaquín Chopitea 

Juan Zufrmtegui 

Juan P. Vázquez „. 

José María Reys 

Julián S. de Agüero 

José A. Anavitarte , 

José Payare» , 

Juan López , 

José Cermeño 

José Pérez,- ♦ . ...... 

José Piñeru. 

Juan Dominguez 

José Ziapató 

Juan Masana 

Jua^Sevilote 

Juan Nm 

Juan Pineda 

Juan Lloverás 

Juan Andrés Gelli (hijo 

Juan Isidro Diaz , 

José Contí ♦ 

José A. Pagóla 

José Párente Riveiro 

Juan A. González 

José Antuña 

José Félix Antuña 

José Ignacio Uñarte y Echaguo 



fiefior !)♦ Juan B García 

José María Lavandera ♦ . , . . . 

José Aotonio Languenhcim 

José Tomas Arrúe 

José Melendez 

Juan Méndez Caldeira » 

Juan Pedro González. ... . 

Juan G. Sienra 

Joaquín Requena « 

Juan Gualverto García*^. . . 

Juaquin Pereira «* 

José Cabrejo * * 

Juan Manuel de la Sota . . . . « 

José Trapani 

Jaime Illa [hijo] 

Jacobo Várela 

Juan Correa • • «•■ 

Cosme Calta 

José Estevan Carovaca 

Juan Pedro González Vallejo, • 

José Tardaguila - » . 

Juan Gouland 

Juan Gregorio Corta ♦ . 

Juan León de las Casas . . . . . 

José María Manso , . 

Julián Alvarez ♦ »« 

José Pedro de Oliveira .... ♦ 

José £llauri 

José Antonio Vianqui. « 

Jorge Liñan • . . • . 

José Julián MacíeJ 

Jaime Hernández, del comercio de Libros 

en Montevideo* »« ■ 

Joeé María Magariños 

José A. Iturriaga 

Juan B. Caparro, «....* . « 

Juan Pedro Salvañac. 

José Soleen a 

Juan Pedro San Martin * 

Juan José Duran . 

José María González. * 



Señar D. Juan Isidro Díaz I 

José Alomo , # l 

Juan Martínez 1 

José Benito I ,amns ♦ 3 

Jaime Estrasulas , . . . . 1 

L. 

Señor D. Leonardo Olivera 5 

Luis Lamas , 1 

Laureano Anaya ♦ 1 

Luis G. Vatlejo 2 

Luis Goddeffroy . . . , 1 

Luis Ceferino de la Torre 2 

Luis Piñeiro 1 

Luis de la Robla 2 

Luis Lerena . 1 

Luis Baena, , 3 

Lázaro Gadéa. , . . ♦ » , m 1 

Luía B. Cavia , 1 

Lorenzo Pérez « # . 1 

León Pereda , I 

Luie Ballestip „ L 

Lázaro Luis de María ♦ 2 

Luciano de Las Casas 1 

M. 

Señora Doña Mana Josefa de Olivera 5 

Se&or D. Manuel Vidaí 1 

Manuel Herrera y Obes 2 

Manuel Morello 1 

Manuel Freiré 1 

Mr. Cexraquel 2 

Martin Erevan 1 

Melitori González 2 

Manuel X, Gómez 1 

Manuel Qradin 1 

Miguel Valencia 1 

Manuel Seneano I 

Manuel Tejera .,♦«•!.... 1 



20 



Sróor D Manuel Figueroa 
Manuel Méndez* 
Marcelino Santurio. 
Modesto A. Sánchez 

Manuel Baa , 

Miguel Molina 

Mariano Lavandera 
Manuel Fernandez Luna 

Miguel Solsona. 

Miguel A. Berro 

Miguel Rnd, ■ 

Manuel Pezzí 

Manuel Me mies 

Manuel B aillo 

Manuel A. Crespo 

Miguel Torteza 

Manuel Díaz 

Manuel Llamas 

Matilde Duran 

Manuel Cavia 

Manuel G. de la Sienra 
Manuel Villagran 
Manuel N. Tapia 
Manuel Argench 
Manuel Correa. . 

IV. 

Señor D. Nemesio del Soto 

Narciso D. Tenorio* 

Nicanor Costa 

Nicolás Calvo 

Narciso Ferrcr 

P. 

Pedro Lenguas 

Pedro José Otamendi 
Pablo Delgado. . . - 
Pedro Pablo Olave 
Pedro Champang 
Pantaleon Pérez, 



Señor D. Pedro Nieto. . * 

Paulino González Vallejo. 

Pedro de Nava. 

Pedro Villa de Mofee 
Pedro Sometiera. • » . 
Pedro Cacharavilla 
Pablo Nin. 

Pedro R. Diaz 

Pablo Domeneche. . 

Pascual Diaz 

Pedro L atorre. . • . 
Pedro Jourdan,. . , « 

Pedro Vidal 

Patío Goyena».^ 



Señor D. Román de A cha.» 

Rosendo Velazco* 
Ramón María Pélaez 
Ramón J. Garcia. . . « 
Rafael F. Echenique 

Rafael Boacn 

Rafael Méndez 

Rafael Machado. » • , 
Ramón Artagaveitia 
Remigio Navarro 

a 



Señor D. Santiago Vázquez 
Scurr Hughes. . . . 

Salvador Tort 

Sebastian Zagarra 
Santiago Cortes.... 

S. Oger 

Santiago Estrazulas 



T. 



Scfíor D. Teodoro il> VUard*b6 2 

Tomas Escudero. , 1 

Toribio Tutzo i 

Tomas Tésanos,. . 1 

Teodoro Jacquet.. • • * « • . 1 

Timoteo Ramos 1 

v. 

Señor D. Valentín Sam Martin I 

Vicenta Aooata. « * • • 1 

Vícasie Berro . * . * , 2 

rícente Villa de Moros * • . • 1 

Vicente Vázquez % 

X. 

S#ñor 0. X. Argericb 1 

Z. 

Señor D. Zenon García de Zúfiiga 1 



SEÑORES SÜSBRIPTORES DE BUE- 
NOS AIRES. 



Señor D. Juan María Gutiérrez, 
Esteran Echeverría. .< 



. 1 

. t 



a N. Sires 

Patcual Mendizabal . • ■ 

Victoriano Vila % 

Agustín Méndez, * . ... 

Manuel Eacuti ♦ . 

Hermenegildo Riostra, 



PIN DEL TOMO PRIMERO.